Más Información
La mayor parte de su vida, Erika Magaly Hernández León la ha dedicado a una de sus grandes pasiones: la protección civil.
A sus 45 años, recuerda que fue en 1990 cuando comenzó su andanza en esta materia; a casi 32 años de ese momento, refrenda su vocación, donde una de sus motivaciones es que la capacitación llegue a la gente.
Su formación comenzó en la Cruz Roja, donde laboró en diversos departamentos y donde se formó como Técnica en Urgencias Médicas, posteriormente, se especializó en el área de protección civil.
En la Cruz Roja, Magaly fue parte de los iniciadores del grupo de paramédicos en bicicletas, una actividad que se convirtió en su pasatiempo.
A lo largo de su carrera, se ha especializado en las áreas de socorro, rescate vertical y espeleosocorro (técnica de rescate), entre otras.
Tras su paso por la Cruz Roja, el 3 de enero del 2000 comenzó a laborar en la Coordinación Municipal de Protección Civil de Querétaro, donde hace unos meses cumplió 22 años de servicio. “Estaba muy apasionada, porque todo lo que había aprendido en Cruz Roja lo apliqué aquí de manera profesional, laboral y con un equipo de trabajo. En Cruz Roja estuve mucho tiempo, fui parte de una actividad de niños, porque hay un equipo que se llama Juventud, donde entran chicos de 15 años y grandes”.
Ingresó a Protección Civil a través de una oportunidad laboral, previamente trabajaba en la línea de emergencia (antes 080), tras ser convocada, aplicó y aprobó para el perfil que se requería, desde entonces pasó por las áreas de logística y atención de emergencias en la línea telefónica de la institución, entre otras áreas que la llevaron al departamento de capacitación, al que pertenece desde hace 15 años y donde actualmente es instructora.
La capacitación, una posibilidad de reaccionar de manera correcta
Aunque cada etapa de su formación le ha dejado grandes aprendizajes, reconoce que la capacitación es una de las actividades que más disfruta.
Comparte que es gratificante ver que un ciudadano llega a un curso de capacitación, motivado por la empatía, pero sale entusiasmado al dimensionar el conocimiento que se lleva.
“Pertenecer al área de capacitación es la que me ha gustado más, impartimos cursos a diferentes poblaciones, tanto compañeros como ciudadanos.
“Es algo muy bonito cuando alguien está frente a otras personas que no saben nada de una atención de emergencias, es muy gratificante ver cómo se van de buenas,
“Cuando hablamos de la importancia de que una persona puede ayudar en una situación de emergencia, si sabe hacerlo, se van diciendo ‘gracias’”.
La pandemia de Covid-19 implicó cambios importantes en la vida profesional y personal de Magaly, desde impartir clases en línea, hasta sobrellevar las actividades que realiza en su hogar. El tener que dejar a sus hijos mientras salía a laborar, le generó estrés que derivó en la manifestación de alergias.
Lo que en su vida personal era una preocupación, se convirtió -para ella y su esposo, quien es bombero- en una oportunidad para establecer un plan familiar de emergencia, lo que sería un ideal para toda la población.
“Mis hijos tienen una capacitación y entrenamiento en atención de emergencia, tenemos un plan familiar de emergencia, tenemos alarmas en casa, extintores, un botiquín que ellos saben utilizar. Una sede alterna a casa, por si necesitan salir, eso me relajó. Estamos convencidos de que cuando tienes un aprendizaje, tienes posibilidades de reaccionar de una manera correcta, nunca sabes cómo va a ser tu reacción”.
Magaly refrenda que la función de la protección civil es justo esa, instruir a la población, a las familias, sobre la atención de emergencias desde sus núcleos, pues, señala, aunque hay personas que creen que no es necesario, son herramientas que les pueden cambiar la vida.
Hechos de gran impacto
En tres décadas de ejercicio profesional, Magaly ha apoyado en constantes emergencias, pero hay dos hechos que hasta el momento siguen marcando sus días.
Recuerda que uno de los primeros servicios que atendió como paramédico estuvo relacionado con un pequeño que murió por atropellamiento.
“Fue una escena muy fea, la mamá estaba destrozada, nos decía que sólo lo dejó un momento, en el que se le soltó de la mano. No había nada que hacer, solamente el consuelo hacia la mamá; fue hace mucho tiempo y todavía lo tengo aquí, aquí, bien marcado”.
Otro hecho es el relacionado con una avioneta que cayó en un lote baldío, a un costado de instalaciones de Pemex, cerca del año 2006; en ese momento brindó atención a un hombre que, tiempo después, ante una coincidencia, se encontró en la vía pública, el hombre preguntó si ella conocía a la mujer que lo había socorrido en aquel accidente, se trataba del mismo paciente que Magaly ayudó.
“Después de meses, salí a la tienda, sentí que un señor me veía. No sabía quién era, era una mirada muy insistente.
“Yo traía el uniforme, me preguntó si trabajaba en Protección Civil, le dije que sí, que en qué le podía ayudar y me dijo que Protección Civil le ayudó en un accidente. Me dijo: ‘estoy buscando a una chica que me estuvo ayudando, recordaba que estaba boca abajo y nadie me podía voltear, llegó ella y me volteó y no me lastimó, ahora estoy aquí’. Y me preguntó: ‘¿usted la conoce?’ Y le respondí: ‘sí, soy yo’. Eso me emocionó, cuando lo cuento siempre lloro”.
A tres décadas de formación, Magaly externa las satisfacciones que día con día le deja su trabajo, una de las principales es poder generar un impacto en la gente, pues en la capacitación -señala- está la trascendencia de protección civil.