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Como desde hace 17 años, el restaurante 1810, en Plaza de Armas, es el punto de reunión de reporteros y fotógrafos que llevan a cabo la dinámica “Llévese la suya”, donde los periodistas queretanos se pueden ver en fotografías que sus propios compañeros les tomaron durante sus jornadas de trabajo.
Las reporteras y reporteros de la capital llegan hasta el sitio, donde ya se ubicaron los tendederos con las alrededor de 250 fotografías que durante un año inmortalizaron la labor diaria de los comunicadores.
Hace un año, luego de suspenderse en 2020 por la emergencia sanitaria causada por el virus SARS CoV-2, se rindió homenaje a los periodistas que habían sido víctimas de la Covid-19. Este año, se hizo lo propio con la periodista Coco Ontiveros, quien falleciera en marzo pasado.
Hay muchas fotografías de la comunicadora que escribió una columna en la sección de Sociales de un periódico local durante 48 años de manera ininterrumpida.
Sus compañeras y amigas, Lina Salinas y Tamara Medina, recuerdan a Coco de manera emotiva. La voz de Lina se quiebra cuando habla y recuerda a su amiga, a su compañera.
“Amiga con los amigos, apasionada del periodismo, autodidacta, que supo hacer valer nuestra profesión.
“[Ella] no soportaba la traición ni los malos tratos al gremio periodístico, siempre hizo de su voz firme, ante un intento de desprecio al gremio”, lee la comunicadora.
Pide a los presentes que volteen al cielo para que desde allá Coco tome una fotografía que comparte con su esposo y su hija, quienes habían fallecido tiempo antes que la comunicadora.
En tanto, Tamara señala que Coco es un parteaguas y un referente, quien tenía un gran aprecio al periodismo y, aunque en los últimos meses ya no se sentía bien de salud, nunca dejó de trabajar.
Los presentes aplauden el recuerdo de Coco. Muchas de las personas reunidas aún no nacían cuando ya la comunicadora escribía en un diario local.
Luego, se hace la inauguración formal del “Llévese la suya”. Las reporteras y reporteros, así como fotógrafas y fotógrafos se buscan en las imágenes.
También lo hacen los camarógrafos de las distintas televisoras presentes en el estado.
Los saludos entre camaradas no se hacen esperar. Algunos, los más confiados, se saludan físicamente. Los más mesurados lo hacen aún con los protocolos sanitarios por la pandemia.
Los tendederos con las fotografías de los comunicadores rodean el perímetro del 1810, mientras los presentes se buscan o sencillamente observan las fotografías de sus compañeros, de sus amigos.
El ausente este año, por fuerza mayor, es Luis Montes de Oca, uno de los precursores de la idea y de la iniciativa, junto con el fotógrafo de este diario Demian Chávez, quien se encarga de dirigir unas palabras antes y durante la inauguración.
Recuerda que desde el inicio, la idea de Montes de Oca era la de hacer el evento muy cercano al Día de la Libertad de Expresión y que congregara a los compañeros de a pie, independientemente de las líneas editoriales de los diferentes medios de comunicación y su competencia. “Aquí nos vemos de manera horizontal, todos iguales”.
Chávez recuerda que cada año se le hace un homenaje a los compañeros por su trabajo o su trayectoria, “y este año no es para menos. Vamos a hacerle un homenaje a la compañera Coco Ontiveros, que falleció hace unos meses”.
Previamente, Chávez hace énfasis en los ataques a los medios de comunicación desde el poder y que impacta en el ejercicio periodístico.
“Lo hemos visto en reiteradas ocasiones, por ejemplo, en movimientos sociales”.
Señala que desde el mismo poder se descalifica a los comunicadores, se critica su trabajo o se le desmiente, lo que en la calle se refleja en agresiones, en ataques o insultos que suenan familiares, porque se repiten todas las mañanas.
“Hemos visto en las campañas políticas, en donde el Ejecutivo descalifica la labor del reportero y descalifica la labor editorial, simplemente sus palabras permean más allá del dicho y cuando sale a la calle el reportero, la gente repite las misma palabras y vuelve a descalificar la labor periodística y eso es muy peligroso, porque en una turbamulta la gente se vuelve loca. Eso es por falta de criterio, cuando no sabemos sumar información”, enfatiza.
Las y los reporteros se dan un tiempo para platicar antes de volver a la brega diaria, de cubrir conferencias de prensa, escribir la misma nota para dos o tres medios diferentes, “para ajustar pa’l chivo”.
Se dan tiempo para tomarse la foto oficial del evento de 2022. Se acomodan frente al 1810 y los tendederos con las fotografías. Sonríen, ponen su mejor cara, miran a la cámara, abrazan a sus camaradas.
Este año se presentan menos comunicadores, las agendas obligan a cubrir eventos, pero quienes se apersonan lo hacen con gusto por ver a sus compañeros que, en algunos casos, hace mucho que no veían.