“Muchas veces vemos estas marchas sólo de desorden, como de destrucción, pero cuando lo vives en carne propia y sabes que alguien de tu familia murió a causa de esta violencia, es cuando ves que una barda rayada, un carro quemado, roto, no valen la vida de una persona”, declaró Alejandra Valera, participante de la marcha del 25N.
Alrededor de 50 queretanas marcharon ayer para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, partiendo de la Alameda Hidalgo con destino hacia el Jardín de la Corregidora, en el primer cuadro de la ciudad.
Como parte del contingente estuvieron familiares de Gaby Ramos, una mexicana de 38 años que fue asesinada el 17 de octubre de este año por su expareja, en Utah, Estados Unidos; al tener sospechas de que Omar Burciaga Perera, presunto homicida, huyó a México, sus familiares se han unido a las marchas en distintos estados para pedir justicia y difundir el rostro del supuesto culpable.
Decenas de mujeres más marcharon para exigir justicia por las que ya no están, por los feminicidios sin resolver, por todas aquellas que continúan en espera de justicia, así como la violencia y el acoso que se ejerce diariamente contra las mujeres en distintos espacios.
“Hoy venimos a marchar por las que ya no están, por nosotras y las que sufren día a día violencia. Creo que toda mujer ha sufrido violencia de alguna manera, directa a indirectamente y básicamente me uní a este movimiento por las cosas que nos han pasado, por las injusticias que nos pasan día a día a las mujeres”, declaró Marina, participante de la marcha del 25N.
Por su parte, Karim, otra joven manifestante, aseguró que pese a que ha sido difícil dejar atrás la educación machista y la cultura con la que se ha educado durante generaciones, hoy reconocen que el movimiento feminista ha marcado un antes y un después, haciendo cambios que pudieran parecer pequeños, pero dan pie a algo más grande.
“Nacimos y crecimos en una sociedad patriarcal, entendemos cómo no tienen estas gafas moradas y entienden el mundo desde la perspectiva de los hombres, y vamos a seguir luchando por ellas, nos apoyen o no (…) Esta ola de feminismo que estamos viviendo es un momento histórico, y yo personalmente he visto cambios en mi entorno, en mis amigos, incluso con mi familia, son cambios pequeños pero que de poco a poco van sumando”, detalló.
Pero la protesta va más allá de quienes ya no están, busca ser una voz de cambio para las acciones de las que son víctimas las mujeres en su vida diaria.
“He salido con sudadera y pijama y aún así me han acosado, me han tocado sin mi consentimiento en el camión, en la escuela, maestros, cuando voy a ciertos lugares, tengo que ir afuera muy bien tapada (…) Las leyes están, pero no siempre se hace caso a ellas, si yo voy a denunciar, es muy fácil que no proceda la denuncia, me van a dar largas, y buscamos que se hagan rápido las cosas”, expuso Diana, otra manifestante.
Ayer por la mañana, el gobernador, Mauricio Kuri, aseguró que en Querétaro todos los feminicidios han sido esclarecidos, resaltó que es la única entidad en el país donde sucede esto, incluso hizo un llamado a la marcha a no violentar la protesta.
“Querétaro es el único estado en todo el país donde todos los feminicidios han sido esclarecidos (…) lo que les decimos es que no puedes manifestarte contra la violencia haciendo violencia, es momento de que se manifiesten, es momento de levantar la mano pero de manera pacífica y civilizada”, dijo.
Ante estas declaraciones, los colectivos feministas respondieron al mandatario y consideraron que su declaración es una cortina de humo que intenta esconder lo que sucede.
“Lo hacen para crear una cortina de humo, despejar la situación y que la gente no se enfoque en eso, porque la realidad es que los casos no han sido esclarecidos, muchísimos se quedan a la mitad y no siguen su proceso como debe de ser; las familias se quedan sin respuesta, sin apoyo, y se quedan solas con todo esto”, declaró una de las protestantes.
Cabe señalar que la marcha del 25N se llevó a cabo de manera pacífica, sin pintas ni destrozos, inclusive ante la presencia de católicos afuera del Templo de San Francisco, donde tradicionalmente se enfrentan feministas con creyentes, en esta ocasión se mantuvo la cordialidad y el respeto al paso de la manifestación.