Como no se había visto nunca, este fue un Día de las Madres sin ramos de flores, sin celebraciones con mariachi, ni comidas en restaurantes.
Debido a la contingencia sanitaria por el Covid-19, las familias mexicanas dejaron de largo las tradicionales celebraciones en familia, y en vez de eso echaron mano de las nuevas tecnologías para celebrar a la distancia.
Muchos queretanos se comunicaron con sus madres y abuelas a través de llamadas telefónicas, otros optaron por usar sus cámaras para realizar videollamadas. “Fue un día de las madres distinto, nosotras como madres extrañamos reunirnos con nuestros hijos y nuestros nietos, pero lo que más queremos es su salud, así que una simple llamada o vernos por la computadora nos alegró el corazón”, comenta Lupita López, quien cada año recibe la visita de sus hijos y nietos; sin embargo, en esta celebración aprovechó la tecnología para comunicarse con ellos.
Debido a las distintas campañas realizadas por los gobiernos de los tres niveles de gobierno, en las que invitaron a las familias a celebrar el 10 de mayo desde sus casas, las calles de la ciudad lucieron casi desiertas, omo ocurre desde hace casi dos meses, la mayoría de los restaurantes y cafeterías permanecieron cerrados, y algunos, por el contrario, contrario, vendieron comida para llevar.
Algunas pastelerías como Andares, El Globo, e incluso la tienda comercial Costco tuvieron filas de clientes que esperaron hasta 2 horas para ingresar al lugar y comprar un pastel para la celebración en casa.
“Yo me tardé como dos horas en entrar a Costco para comprar un pastel, porque no todas las pastelerías están abiertas, entonces decidí venir a lo seguro. No vamos a hacer ninguna celebración grande, pero vivimos con mi mamá y queremos darle este pequeño regalo para no pasar tan tristes este día”, comenta Alfonso, quien realizó algunas compras en dicha tienda departamental.
Aunque las calles lucían vacías, al igual que las plazas y jardines principales en el Centro Histórico, fueron varios los repartidores de aplicaciones de comida los que circulaban por estas vialidades y cada cierto tiempo se detenían en los domicilios para hacer entregas de postres o pasteles.
Sin embargo, los grandes ausentes en esta celebración tan arraigada en la cultura mexicana fueron los floristas, quienes reportan una baja de 100% en sus ventas, pues sus productos no son considerados de primera necesidad.
Desde hace varias semanas tanto el panteón municipal como el mercado de las flores y las florerías aledañas al camposanto, permanecen cerradas por instrucciones del gobierno municipal. Fueron pocos los vendedores de flores que se encontraron en las calles, quienes trataban de vender algunos de sus ramos, con el temor de que algún inspector los descubriera.
La contingencia sanitaria por el Covid-19 arruinó una de sus mejores ventas en el año, el Día de las Madres. Esteban Beltrán, uno de los 64 locatarios del Mercado de las Flores que se han quedado sin su fuente de ingresos, comenta que este mercado municipal cerró sus puertas desde el 15 de abril, con la esperanza de reactivar actividades a finales del mismo mes; sin embargo, eso no ha pasado.
Las inmediaciones del mercado están clausuradas con cintas amarillas, colocadas por personal de Inspección y Vigilancia. Sólo algunos locatarios tienen permitido entrar para regar las plantas y flores que aún tienen guardadas en sus locales.
Con voz entrecortada, Esteban comparte que nunca habían pasado por una crisis tan extrema. “Es verdaderamente triste, algunos tratan de vender sus plantas y flores para tener algo de ingresos y lo hacen a escondidas, como criminales, como si fuéramos delincuentes, con temor de los inspectores que siempre van sobre nosotros. El 10 de mayo es una de las mejores fechas para nosotros, para las personas que venden arreglos y para los locatarios del mercado porque vendemos muchas orquídeas, hoy no tuvimos nada de eso, sólo tuvimos clausuras y suspensiones de los locales.
“Nuestro mercado de las flores tenía uno de los mejores filtros de seguridad, desde antes nosotros controlamos el acceso de las personas, usábamos cubrebocas, desinfectábamos los pisos, dábamos gel a los clientes e incluso recortamos los horarios.
“De las autoridades no tenemos ningún apoyo, ni moral ni económico, ni siquiera tenemos comunicación con ellos, estamos olvidados, no sabemos cuándo va a terminar esta situación”.
Esteban cuenta que muchos de sus compañeros, con las esperanza de reactivar actividades los primeros días de mayo, se surtieron de muchísimas flores y se encontraron con la sorpresa de que no podrían reabrir el mercado.
“Nadie nos avisó que el mercado duraría cerrado más tiempo, muchos compañeros compraron flores y plantas y nadie fue bueno de avisarnos nada. Son toneladas de flores que se echaron a perder, que no pudieron venderse en esta fecha tan importante para nosotros. Los inspectores sólo dijeron ‘pues qué no ven las noticias o qué’, pero lo mínimo que nos merecemos es que nos avisen oficialmente que el mercado no podrá operar, cosa que nunca pasó”, comenta el comerciante.