Los estudiantes de enfermería, nutrición y fisioterapia conviven con los adultos mayores de la casa de retiro Acacias. Durante una semana los estudiantes llevaron a cabo prácticas con los residentes de ese centro, como uno de sus primeros acercamientos a pacientes.
Los jóvenes prepararon algunas dinámicas con los adultos mayores del Acacias. Son alumnos de la Unitec que realizaron prácticas en la casa de retiro, en coordinación con el personal del asilo.
Lorena Estrada García, coordinadora de la licenciatura de Enfermería en la Unitec, explica que los alumnos llevaron a cabo actividades muy específicas, para desarrollar habilidades y competencias en su área, pero que trabajaran de manera conjunta, que les permitiera aprender de las otras carreras.
Explica que aunque las tres carreras se dan en la misma universidad, la interacción entre sus alumnos es poca, pero con estas actividades fuera de la casa de estudios pueden aprender y trabajar de manera multidisciplinaria.
Indica que los equipos que se formaron estuvieron integrados por alumnos de las tres disciplinas, “eso les permitió, además de brindar una atención integral a los pacientes, que aprendieran de otras áreas, que difícilmente cuando salgan a campo laboral lo podrán desarrollar. Así, los fisioterapéutas aprendieron a hacer curaciones, las enfermeras aprendieron a hacer movilizaciones, y las nutriólogas, que generalmente tienen un estigma de dietistas, de preparación de alimentos, aprendieron mucho de enfermería y de fisio. Lo más importante es que las tres áreas identificaron el conocimiento que el otro les puede brindar”.
Agrega que los 70 alumnos que participaron en esta actividad aprendieron mucho del personal de Acacias, llevándose una retroalimentación integral, además del contacto con los pacientes mayores los hizo sensibles a la profesión, cambiando su actitud y percepción de sus profesiones.
Carmen Jiménez, directora de Acacias, guía hacia donde se llevará cabo el convivio con motivo del final de las actividades. “Nunca habíamos tenido tanto movimiento, pero fue muy bueno. Fue algo interesante”, dice Carmen.
En el patio central del asilo los adultos mayores hacen un semicírculo alrededor de los jóvenes que dan inicio con las dinámicas que conformarán la ceremonia de “clausura” de las actividades de los estudiantes.
Comienzan con una ligera activación física con música, para hacer que los adultos mayores ejerciten sus músculos. La mayoría los sigue. Muchos, los que por la edad o por alguna enfermedad no pueden, sólo observan.
Jaime Nieto Gilberto Gabriel, estudiante de Fisioterapia, ayuda a una mujer mayor a bajar por la rampa del asilo. La residente lo hace despacio, tomada del barandal. Se mueve con cuidado. Jaime, joven fornido y de casi 1.80 metros de estatura, observa a la mujer, y está atento para prestar ayuda si lo necesita.
Luego, explica que las actividades que llevó a cabo en Acacias fueron muy satisfactorias y dinámicas, “pues aprendemos lo que es más importante, que es la empatía con el paciente, y también profundizamos la práctica nuestros conocimientos y trabajando en un equipo multidisciplinario”.
Apunta que lo que se lleva de esta experiencia es la convivencia con la gente, así como aprender más del trabajo que harán en el futuro, cuando terminen sus carreras.
Jaime dice que se dedica mucho al deporte, y ayudar a otras personas a que cumplan sus metas, sus objetivos, fue una de las razones por las cuales estudia Fisioterapia.
Los adultos mayores observan a los muchachos que los motivan a moverse, a hacer un poco de ejercicio desde sus lugares, aunque una residente espontánea se levanta de su silla y pasa hasta el centro, para poner el ejemplo de movimiento. Los aplausos son para la mujer, que agradece la ovación.
Sandra Badillo, estudiante de Enfermería, dice que la convivencia con los adultos mayores fue “una gran experiencia”, en la cual aprendieron mucho de ellos. Señala que la actividad que se realiza en una casa de retiro es muy laboriosa.
“A nosotros en la universidad tenemos modelos que nos enseñan a cuidar a un paciente, pero es muy distinto a tenerlos aquí, sobre todo con los adultos mayores, que ya no se pueden mover, hay más grado de dificultad para comunicarse con ellos, porque muchos tienen discapacidad auditiva o mental”, asevera.
Danaé García, estudiante de la carrera de Nutrición, añade que fue una experiencia muy buena, pues le cambió la perspectiva que tenía de la carrera y a los estudiantes de Nutrición les dio la oportunidad de aprender de sus compañeros de Enfermería y Fisioterapia, así como aplicar los conocimientos adquiridos en las aulas, pero en un lugar donde pueden estar en contacto con pacientes.
“Aplicar los conocimientos con los adultos mayores es muy diferente, porque normalmente nosotros aplicamos con simuladores, o con personas muy sanas, entonces esto te da otra perspectiva. Aquí es prestar atención a todo lo que aprendiste, porque está en juego la vida de una persona”, añade.
Zair Carranza, de Enfermería, coincide con sus compañeras. Precisa que es una experiencia única, principalmente conocer las necesidades de los adultos mayores, que son un sector olvidado de la sociedad, y conocer las necesidades de los mayores es gratificante, además, “todos vamos para allá”.