La cantautora Gabriela Bernal, quien ahora explora su faceta como escritora, señala que aprovechó la pandemia y el confinamiento para incursionar en la letra escrita en otro formato, además de ofrecer conciertos en línea, aunque carecían de la emoción de estar frente al público, lo que describe como una experiencia fría.

Actualmente, con su libro Manual para mi primera vida, la cantautora originaria de Aguascalientes, pero asentada en Querétaro, ofrece una experiencia musical y literaria.
Como la mayoría de los artistas, el último año y medio fue complicado para Gabriela, pues los espectáculos en vivo fueron de los primeros en suspenderse y de los últimos en reanudarse. La única forma de presentarse ante sus seguidores fue en línea, pero sin esa experiencia de ver la reacción de la gente de manera presencial.

“Estuvimos dando shows en streaming, se siente horrible que después de una canción nadie te aplaude. Entre nosotros los músicos nos disfrutamos, escucharnos, tocar, pero el público en vivo tiene un peso muy importante, te inyecta adrenalina, energía. Ahora que hemos vuelto a público en vivo, como que sí entiendes más esa parte de disfrutar, porque de una semana a otra se puede acabar. Los likes no llenan igual”, enfatiza.

Además, la cantautora dice que ofrecer un espectáculo en línea es como grabar un video, pero sin la experiencia de la retroalimentación de la gente en vivo, que canta, es una experiencia fría. Sin público, hacer una presentación frente a un lente es escalofriante.

“Desde mis primeros álbumes tenía una línea lírica que a la gente le gustaba mucho, y hace como año y medio hice una encuesta en Instagram, preguntándole a mis seguidores qué era lo que más les gustaba de mi música y la gran mayoría coincidió que las letras. En ese tiempo se dio la pandemia (de Covid-19) y me metí al curso de la décima y la canción, de un repentista  cubano que se llama Alexis Díaz Pimienta.

Gabriela Bernal transita entre décimas y canciones
Gabriela Bernal transita entre décimas y canciones

Aprendí esta estructura mágica que se llama la décima, es una estructura muy compleja que existe desde 1591 y me gustó mucho cómo se integraba a la canción, entonces empecé a escribir muchas décimas. Me gano un apoyo del Pecda (Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico), en Aguascalientes,  y justamente meto el proyecto del libro y musicalizar cinco décimas”, narra.

Apunta que por el confinamiento aprendió la estructura de la redacción “y fue un destape”. Y agrega que no tenía nada escrito, que todos los textos surgieron de abril de 2020.

“Fue muy fácil darle una línea, porque empecé a escribir manuales, en décimas. Por ejemplo ‘Manual para días difíciles’, ‘Manual para perdonar’, ‘Manual para amar las cicatrices’, ‘Manual para pedir deseos’. Fue una búsqueda muy interna de lo que yo creía, en lo que no, de mis interrogantes, mis dudas, en mis aciertos, errores. Pensando en mi primera vida.

Si yo hubiera nacido y todos naciéramos con un manual, porque hay muchas cosas que se nos dicen, pero son cosas muy sencillas, pero el humano se anda complicando, y nos complicamos la vida. En la décima tenía que plasmar en 80 sílabas todo un manual para perdonar, pensando en las veces que yo he tenido que perdonar”.

La cantautora indica que las décimas surgieron de manera relativamente sencilla. Añade que aprovechó el confinamiento para tomar cursos de escritura, composición musical, y en ese tiempo, en lo económico, “todos nos apretamos el cinturón”. Continuó con las clases de canto en línea, además de otros cursos para escribir canciones. Apunta que con las lecciones le fue bien, con los problemas clásicos de conexión.

Sobre Manual para mi primera vida, señala que lo presentó hace 20 días en Aguascalientes en un museo, y luego en la Feria del Libro de aquel estado. Fue año y medio sin un concierto en vivo, pero por fin tuvo una respuesta de la gente frente al escenario.

Durante el confinamiento, como se reunía en grupos pequeños con sus amigos, narra que siempre hubo música en esas ocasiones, en las que interpretaba sus canciones nuevas. Por ese lado, sus amigos funcionaron como público.

Junto con  la publicación, Gabriela ofrece un disco con cinco poemas musicalizados. En el libro hay 49 poemas, de los cuales trató de sacar la melodía a cada uno, pero había décimas que no se lograron, pero las canciones que quedaron  tuvieron la melodía adecuada.

La cantante afirma que por lo pronto quiere seguir con la promoción de su publicación, además de completar la musicalización de otras décimas, para posteriormente subirlo a las plataformas digitales.

“Sin embargo, ahorita, para los que adquieran el libro, se llevan las descargas de estas cinco canciones. El libro se puede adquirir directamente conmigo. Como esto es nuevo, apenas voy a empezar a gestionar presentaciones en librerías, como no soy una escritora conocida, no me conviene dejarlo en una librería porque la gente que llega no me conoce. Todo sería a través de mi correo electrónico o mis redes (Gabriela Bernal Music, en Instagram y Facebook)”, precisa la artista, quien confía que su trabajo sea bien recibido por su seguidores y público nuevo que la escuche por primera vez.

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