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Con un despertar a las tres de la mañana y su primera corrida a las cinco, Griselda Martínez Rodríguez, de 40 años, enfrenta el desafío de ser conductora en las nuevas rutas de QroBús, en una política que promete cambiar radicalmente la calidad del servicio del transporte público queretano.
Más allá del rugir del motor y retos que conlleva manejar un camión de grandes dimensiones con decenas de personas a bordo, su historia es un testimonio de superación, constancia y de romper paradigmas en una profesión dominada por varones y con el estigma de que las mujeres no saben conducir.
Nacida en San Juan de los Lagos, Jalisco, Griselda es una mujer que se ha reinventado varias veces en la vida. Trasladándose hace ocho años a Querétaro, abandonó la preparatoria y ejerció como ama de casa, encargándose de la crianza de sus tres hijas. Un mensaje de WhatsApp, sin embargo, la motivó a dar un giro de 180 grados en su vida.
“Me enteré por un grupo de WhatsApp de la convocatoria. Al principio dudé, pero dije, vamos a intentarlo. Y sí, me costó un buen, pero me gustó”, confiesa Griselda, quien además comparte que su inspiración vino de su hermano, propietario de un camión de volteo.
Cambios en la rutina familiar
La responsabilidad de ser madre de tres hijos no ha sido obstáculo. Griselda comparte con orgullo que su hija de 17 años es campeona estatal en lucha libre olímpica y está inscrita en Talentos Deportivos. Mientras que su hija de 22 años, se ha convertido en su gran soporte, cuidando de su hermano de siete años y ayudando en el hogar.
Paradójicamente, aunque es conductora de un autobús, ella también se enfrenta a las dificultades de que, en el lugar donde vive, al norte de la ciudad, el sistema aún no cuenta con rutas seguras. Por ello, en ocasiones ha tenido que optar por servicios de taxi para que sus hijas puedan ir a la escuela.
“Primero sí fue difícil, porque yo no tenía quién llevara a mi hijo, y mi hija se andaba moviendo; donde estamos sólo hay baldíos. Entonces prefiero pagar Uber, pero ahora sí que alguien conocido de ahí la lleva aquí a Talentos Deportivos, a la prepa, por seguridad”, explica.
La rutina diaria de Griselda es demandante. Se levanta antes del amanecer para prepararse y realizar la revisión de su unidad. Durante su ruta enfrenta desafíos como el tráfico y las exigencias de los usuarios. A pesar de ello, Griselda mantiene el optimismo, consciente de que está contribuyendo al bienestar de su familia y, como explica, a la construcción de una nueva forma de movilidad en la ciudad.
Desafíos: conducción y estereotipos
El proceso para convertirse en conductora no fue sencillo. Primero tuvo que aprobar un examen teórico y luego uno práctico. Y, todavía, pasar el examen par obtener su licencia de conducir tipo C, la obligatoria para unidades de gran tamaño.
“La emoción fue grande cuando finalmente obtuve mi certificación y licencia. Los nervios estaban ahí, pero lo logramos”, comenta.
Sin embargo, no todos apoyaron su decisión: su hermano, conductor de grandes unidades, expresó sus reservas por inmiscuirse en una profesión en la que 90% de las plazas están ocupadas por hombres.
“Mi hermano me decía, ‘¿Qué vas a hacer ahí?’ Pero mis hijas y mis padres siempre estuvieron conmigo. El camino ha sido un poco difícil, especialmente en cuestiones de logística con mis hijos, pero hemos encontrado la manera de adaptarnos”, dice.
Sobre las dificultades al conducir Griselda, que conduce la Troncal 12, señala que Avenida de la Luz presenta desafíos, sobre todo por estar en curva y por el tamaño de su unidad. El trayecto, además, cruza con Paseo 5 de Febrero, que durante las obras también ha traído desesperación entre los usuarios.
“Muchos pasajeros quieren bajar porque está el tráfico parado, pues también tienen que llegar a su trabajo. Como te imaginas llegan tarde, pierden todo. Pero no los podemos bajar si no es en la parada, a menos que haya alto total”, explica.
A pesar de su determinación y habilidad, Griselda no es ajena a las hostilidades y se presentó, hasta el momento, el caso de un usuario que se molestó por la adaptación de la apertura de puertas en la bahías de Avenida Constituyentes. Liliana San Martín Castillo, secretaria del Trabajo, ya alertó que algunas conductoras han enfrentado señalamientos e hizo un llamado a darles el voto de confianza.
Con 70 conductoras en servicio y 120 en formación, Griselda forma parte de un grupo pionero que no solo desafía estereotipos, sino que también se enfrenta a retos en una ciudad capital en constante crecimiento, con decenas de personas que llegan al día a vivir y con un sistema de transporte que, en palabras del gobernador Mauricio Kuri, se revolucionará para los queretanos.
“La vida te presenta oportunidades. Yo decidí tomarla de frente, con el apoyo de mi familia. Y aquí estoy ahora”, concluye Griselda.