Inspirada en sus compañeros con baja visión, mientras realizaba su servicio social en la cooperativa Pan Que Ayuda, donde trabajan personas con discapacidad, la alumna del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, Alejandra Tovar diseñó un juego de cubiertos incluyentes, creados especialmente para las personas con discapacidad visual.
El diseño de estos cubiertos le permitió a Alejandra obtener el primer lugar nacional en el concurso de diseño James Dyson Award 2021.
La estudiante de Diseño Industrial cuenta, en entrevista para con el UNIVERSAL Querétaro, que al realizar su servicio social en la panadería Pan que Ayuda, donde dos de sus compañeros tienen baja visión, pudo percatarse de las dificultades que las personas con discapacidad visual enfrentan en una actividad tan simple y cotidiana como es ingerir alimentos.
“Las personas con baja visión tienen que tocar el otro extremo de los cubiertos para saber qué tipo de cubierto es, para saber si es cuchara, tenedor o cuchillo, esto, además de ser peligroso porque algunos cubiertos son muy filosos, es también poco higiénico, y más ahora que estamos con la pandemia.
“Ninguna persona tendría que tocar la punta de un cuchillo o de un tenedor para poder ingerir sus alimentos.
“Además, como mis compañeros con baja visión trabajan con comida y pedidos, muchas veces comían en tiempos distintos, a veces comían solos y no había nadie que los auxiliara para decirles qué tipo de cubierto tenían en la mesa”, dice.
Posterior a esta experiencia, para su clase de Diseño Alejandra debía presentar un proyecto sobre la transformación de un producto ya existente, así que pensó en convertir un juego de cubiertos tradicionales en cubiertos con texturas tridimensionales que ayudaran a las personas con baja visión.
El juego de cubiertos presentado por Alejandra son de tres colores distintos, según los que más fácilmente identifican las personas con baja visión.
La cuchara tiene un mango de color rojo vibrante y con figuras en forma de círculos, cuya textura es fácil de identificar al tacto; lo mismo ocurre con el tenedor, que es de color azul y con figuras triangulares, y el cuchillo, con mango color café oscuro y líneas diagonales para hacer rerefencia al filo.
“Al principio no sabía qué proyecto presentar para mi clase, yo sentía que ya todo se había hecho y que los productos que usamos comúnmente no necesitaban ninguna transformación, pero recordé el problema que ya antes había observado con los cubiertos para personas con discapacidad visual y decidí crear este prototipo de cubiertos con textura en los mangos o sujetadores, cada uno con figuras distintas”, explica.
“Están hechos en estos colores porque son los que las personas con baja visión identifican más fácilmente, sobre todo si se encuentran sobre una superficie lisa; por ejemplo, sobre una mesa.
“Tuve que platicar con las personas con baja visión para que me dijeran qué es lo que necesitaban, también tuve que investigar sobre la discapacidad visual y cómo podemos facilitar las cosas para estas personas”.
El proyecto llamado Triada, cubiertos para personas con discapacidad visual es apenas un prototipo del producto final, pero ya ha sorprendido a compañeros y profesores del Tecnológico de Monterrey, quienes animaron a Alejandra a participar en el concurso de diseño James Dyson Award 2021, en el que recientemente obtuvo el primer lugar a nivel nacional. Competirá a nivel internacional con competidores de 28 países.
Debido a que la propuesta de Alejandra para crear dichos cubiertos incluyentes es única en el mercado, ya se encuentra recibiendo asesoría legal para patentar su proyecto.
La joven estudiante cuenta, con orgullo, que el máximo objetivo del proyecto Triada es que este juego de cubiertos pueda comprarse en cualquier comercio y que también tenga un precio accesible.
“Yo quiero que las personas con discapacidad visual puedan acceder fácilmente a este tipo de producto, porque la idea es que esté en el mercado y que tenga un precio accesible.
“Ya estoy recibiendo asesoría para completar la patente y los registros necesarios, y también estamos trabajando en la forma de perfeccionar el diseño de los cubiertos, hacer que las texturas sean más fáciles de identificar para las personas con discapacidad visual”, adelanta.
A los jóvenes diseñadores, Alejandra les pide ser conscientes de las múltiples necesidades de los grupos vulnerables y de lo mucho que pueden hacer los diseñadores industriales para crear objetos que sean útiles en la vida diaria de todas las personas con discapacidad.
“A veces creemos que ya todo está hecho, que no hay nada en lo que podamos innovar o transformar cierto objeto, pero la verdad es que hay muchísimo que hacer por las personas con discapacidad visual o cualquier otro grupo vulnerable.
“Las necesidades son muchas, por eso a los jóvenes diseñadores les pido que sean conscientes de esto y sigamos trabajando”, comenta la joven estudiante.