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María Guadalupe Acosta Jaime, elemento de la Guardia Municipal desde hace 11 años, tuvo el pasado domingo 12 de mayo un día fuera de lo común, pues en el puente Montenegro, en la zona de Santa Rosa Jáuregui, evitó que un hombre se quitara la vida, ganándose el reconocimiento de sus compañeros y de la sociedad.
La oficial se muestra reservada. Juega con sus manos, un tanto de manera nerviosa. Adscrita a la Dirección de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género, narra que el domingo “recibimos un reporte de que en el puente Montenegro había una persona que estaba en el puente, que se quería aventar.
“Llegamos al lugar, y desde que íbamos en los carriles centrales lo vimos. Íbamos mi encargado de turno y yo [en dos unidades]. Él cerró los carriles centrales y yo me bajé a distraer al joven, más que nada”, relata María Guadalupe.
Apunta que para evitar que el joven terminara con su vida, comenzó a platicar con él. Que fuera a suicidarse era de sus principales temores, por lo que comenzó por preguntarle su nombre en varias ocasiones para distraerlo.
Hubo un momento, asevera, que el hombre estaba distraído. Dice que la volteaba a ver cuando le hablaba, pero en un instante en el que miró hacia los carriles centrales, aprovechó ese momento para colocarse detrás de él y asegurarlo hacia el interior del puente.
“Lo abrazamos y en ese momento no nos decía nada. Le preguntaba cómo se llamaba, en dónde vivía, y sólo me dijo que vivía en Montenegro. Lo que hicimos fue bajarlo para estar en un lugar seguro. Me senté con él y empecé a dialogar”, recuerda.
María Guadalupe narra con calma el suceso. Su cuerpo casi no se mueve de la silla, contrario a sus manos, cuyos dedos se entrelazan sobre la mesa de una sala de juntas de la sede de la Guardia Municipal queretana.
No es la primera ocasión que enfrenta esta situación, pues con anterioridad ya había intervenido con otra persona que había intentado quitarse la vida.
En la dirección en la que está adscrita reciben apoyo sicológico y eso le ayuda a realizar de una mejor manera su trabajo y saber cómo intervenir cuando se enfrentan estos sucesos.
Explica que el momento en el que sintió más adrenalina fue cuando vio al joven sobre el puente, y no cuando estaban con él dialogando. Indica que la forma de actuar en situaciones de esa naturaleza depende mucho de la experiencia que se tenga en el trabajo, además de la capacitación que se requiere.
Asegura que cuando estaba hablando con el muchacho sintió mucha seguridad y confianza. Luego, cuando evitó que se quitara la vida experimentó una gran satisfacción.
Comenta que en su área se reciben muchas llamadas de personas que se quieren suicidar, además de las actividades que se llevan a cabo de manera ordinaria como los protocolos de protección a víctimas de delitos y de violencia familiar y de género, así como del Protocolo Alba.
En el caso del joven que quiso suicidarse el pasado 12 de mayo, María Guadalupe dice que le ofreció apoyo sicológico, a lo que el hombre accedió, pues expresó que sí lo necesitaba.
Actualmente, ella gestiona con su directora la posibilidad de brindar atención al joven.
Al conocerse su acción a través de medios de comunicación, las felicitaciones para María Guadalupe vinieron de su familia y de sus compañeros de trabajo. Su hija y su hermana la felicitaron. Sus compañeros le preguntaban si ya había visto que estaba en las noticias.
Muchos de sus compañeros se preocupaban por ella, por conocer su estado emocional tras su intervención, pero ello los calmaba diciendo que estaba bien, tranquila y contenta con el trabajo hecho correctamente.
“Sentí mucha satisfacción por nuestro trabajo, Hay compañeros buenos, malos, pero las cosas buenas pocas veces se difunden”, enfatiza.
Dice que abrazó la carrera policial, porque siempre le gustaron las patrullas; luego se animó a entrar a la Guardia Municipal. Le gustaría llegar más arriba en su trabajo, ya que tiene muchas aspiraciones.
Contenta dice que le agradó su labor, además de que el joven reaccionó muy tranquilo a su presencia, lo que ayudó a que todo llegara a feliz término, sin ningún contratiempo.
Braulio Juárez Salinas, con 10 años de servicio, responsable de turno de la misma área de María Guadalupe, narra también los hechos de ese día. Indica que llegaron pronto al lugar de los hechos, en dos minutos, porque se encontraban cerca de la zona, procediendo a actuar de manera inmediata.
Lo más importante en ese tipo de eventos, señala, es preservar la vida de la persona, brindarle el apoyo emocional que necesite y se le pregunta si se pueden acercar a él, así como entablar un diálogo, y en un momento de distracción asegurarlo.
Agrega que este tipo de casos se toman con bastante seriedad, pues está en juego una vida humana.
Ambos policías se muestran humildes ante su trabajo, que pocas ocasiones es reconocido, pero que impacta de manera importante en la vida de una persona, de una familia.
Sus compañeros pasan a su lado y los saludan, sonríen con ellos, reconocen su labor. Ellos devuelven el saludo y la sonrisa. Fueron los héroes del día.