Disminuir el impacto ambiental y los daños a la salud humana es el objetivo de la química verde, concepto que tiene que ver con la sustentabilidad y la disminución del daño al entorno de los productos químicos, algo que involucra a investigadores, empresas, gobiernos y consumidores, pero que a la vez se siga impulsando el crecimiento económico, asegura el doctor Josué David Mota Morales, químico farmacobiólogo de profesión e investigador en la UNAM.
Afirma que el crecimiento económico y la sustentabilidad no están peleados. Es posible compaginarlos, pero con la colaboración de la sociedad en su conjunto.
La química verde, explica, es una manera muy inteligente de aterrizar un concepto que es difícil de entender. “Aterrizar conceptos de la química teórica o ingeniería química al día a día, resulta que es difícil, pero en este caso el concepto se aterrizó muy bien. Hace referencia a una química amigable con el ambiente”, comenta.
Explica que tiene dos frentes. Uno, el que tiene que ver puramente con el medio ambiente. Mientras que el otro tiene que ver con la salud.
Precisa que el concepto no es nuevo, pues en realidad se acuñó desde principios del siglo 21, principalmente por la preocupación de empresas e investigadores por disminuir el impacto de los procesos productivos, principalmente “para que no maten al usuario”, algo que es obvio, pero que no se pensó durante muchos años.
“Si uno piensa en el nacimiento de los plásticos, de los polímeros, que son unos de los representantes más grandes de la contaminación a través del desarrollo tecnológico, nos hemos dado cuenta que por mucho años no importaba el costo ambiental, no era algo que la gente tenía en mente cuando desarrollaba un producto o un proceso”, asegura.
Mota Morales subraya que no son sólo los plásticos, también son las telas, que tienen mezcla de materiales naturales y derivados del petróleo, y que son más complicados de desensamblar para que cada componente pueda reciclarse o aprovecharse.
Actualmente, dice el especialista, se tienen materiales con propiedades avanzadas; sin embargo, el reto ahora es cómo avanzar en estas propiedades, sin perjudicar la salud y el medio ambiente.
“Todas estas políticas, toda esta forma de pensar de que ya no es válido hacer algo simplemente por poder hacerlo, es cuando nacen estas iniciativas de sustentabilidad, de química verde y bajo impacto ambiental. Surgen de manera simultánea en diferentes lugares. Surgen en las industrias, con estas políticas de eficientar los procesos, muchas políticas encaminadas a hacer más eficientes a las empresas, pensando siempre en la cuestión monetaria”, abunda el doctor.
Los gobiernos, señala, se dan cuenta de los efectos adversos de poner una empresa a un lado de un río o cerca de las tierras donde se cultivan los alimentos para la población.
Mientras que los consumidores se dan cuenta del impacto ambiental que tienen los procesos de producción. Desde diferentes frentes comenzaron a surgir grupos de trabajo que buscaban cómo disminuir el impacto ambiental de la producción industrial.
“Toca a los científicos resolver los problemas de reciclaje y reutilización de los materiales, así como crear procesos que sean menos dañinos al entorno. Los gobiernos deben de poner reglas para que quien sea más amigable con el medio ambiente en sus procesos sea reconocido o tenga incentivos, mientras que quienes no lo hagan se hagan acreedores a una sanción”, menciona.
Agregó que si bien los plásticos son una de las grandes preocupaciones, no es el único tema, pues se trata de disminuir el impacto ambiental de los procesos productivos, y también tiene que ver con hacer productos con menos impacto tanto en el ambiente como en la salud humana, sin que se tomen necesariamente cosas de la naturaleza. Es un error, asegura, pensar que muchos de los procesos químicos que involucran a alguna planta o algún derivado de un producto natural sea etiquetado como verde o que es menos dañino o más eficiente.
“El objetivo es que la gente sepa que hay muchas formas de hacer química verde o procesos verdes, o sustentables. Si te centras en evitar el uso del petróleo, es una forma de hacerlo, pero evitando el uso del petróleo no vas acabar haciendo algo menos tóxico. La naturaleza hace cosas tóxicas de todos modos. Hacer un té de una planta que no se conoce mata igual que inyectarse un químico que se desconoce. No es una garantía tomar cosas de la naturaleza. Remedios y otras cosas pueden entrar en el concepto de cosas más sustentables con el medio ambiente, pero no son una garantía de que el proceso va a ser el mejor o el más eficiente”, precisa.
Otro punto que debe considerarse es la cantidad de energía que se debe utilizar para la elaboración de un proceso. El gasto energético en una empresa es grande, por lo que los procesos que se puedan llevar a cabo a temperaturas más bajas serán verdes, sin que importe si se usa petróleo o sustancias tóxicas. Lo que se busca es que se gaste menos energía para la elaboración de ciertos productos.
Otra forma en la que se pueden hacer eficientes los procesos es con el consumo local. El gasto por transporte, dice, es mucho. Parte del desarrollo y la globalización es que las mercancías se puedan mover libremente, pero acercarse a estos problemas desde un punto de vista sustentable o verde debería de hacer eficiente el consumo.