Faltan unos minutos para el inicio del partido entre Argentina y México, el segundo de la selección mexicana en el Mundial de Qatar y en las principales vialidades de la capital se percibe premura.
El tráfico en el boulevard Bernardo Quintana avanza a paso lento, hay congestionamiento de autos en dirección al centro. Cantinas y bares están abiertos desde el mediodía, contrario a sus horarios nocturnos. En avenida Universidad, hay filas para entrar a los restaurantes.
Son las 13:00 horas y el partido ha comenzado. En los alrededores del mercado Josefa Ortiz de Domínguez, La Cruz, ya se escucha el murmullo de las narraciones del partido. La gente que caminaba en los pasillos del mercado empieza a detenerse en aquellos locales donde hay un televisor encendido.
A un costado de Garibaldi, la tradicional zona de comida nocturna en el mercado, la televisión de una juguería aglomera la atención de los vendedores, de los compradores, de los transeúntes, pero también de los puestos cercanos que tienen a su vista el partido.
Entre los pasillos del mercado son pocos los caminantes, es más la atención que hay sobre el partido, un encuentro que reúne a todos los que están cercanos a la pantalla.
De pronto, de entre uno de los pasillos en los que confluyen fondas y carnicerías surge la voz de un niño: “Gooooool de las Chivas”.
Con el partido en curso, la asistencia de comensales es baja, en algunos locales de comida es nula.
Juana Montes, conocida como Juanita, y sus hermanos venden antojitos en el local 329 del mercado; ella ha optado por tomar una silla de su local y sentarse a ver el partido. Un día antes alertó a sus hermanos de abrir el local temprano, con la esperanza de que llegaran comensales antes del partido, pero “la gente no llegó”.
“En este día del partido ha bajado la venta, la gente sale un ratito en la mañana, pero a esta hora ya andan en sus casas con su carnita asada (…) Con estos días de partidos del mundial han bajado (las ventas), mucho más han bajado hoy, con los partidos de México”, señala.
Por ello, Juanita hace una invitación para que los comensales acudan al mercado y consuman local: “invito a los clientes a que no nos abandonen. Soy Juanita de Antojitos Greta, aquí tenemos televisión para que vengan a ver el partido mientras saborean el taco, aquí los esperamos. Los esperamos con los tacos de copete con papas, con guacamole, de chile relleno, quesadillas de flor de calabaza, sencillas y saben que con mucho amor los atendemos”.
También en la barra de este local, junto con Juanita, está Juan Carlos Salazar, él trabaja como cantante en el mercado, aunque llegó desde la mañana ha hecho una pausa para ver el partido, pues reconoce que en este momento la atención de los comensales está en el encuentro de futbol.
“Está muy emocionante, muy rudo, con la esperanza de que gane México. Ando chambeando, pero ahorita hay que respetar al cliente que quiere ver los partidos y no hacerles malobra con el ruido”, indica.
Junto a un negocio que vende tacos de chamorro está un hombre que ante la llegada de un par de caminantes señala: “está muy cerrado el partido”. El sentimiento de apoyo a la selección mexicana parece ser compartido, no importa que sean desconocidos, los que ven el partido desde el pasillo de este mercado ya tienen algo en común, sean amantes o no del futbol, hoy los une la esperanza de que México gane.
Un par de hombres detienen su paso en una carnicería, uno le dice al otro: “Vamos a esperarnos aquí”, es ahí donde hay un televisor transmitiendo el partido.
En un local de comida, donde están ausentes los clientes, la cocinera señala: “Todo mundo está paralizado y ni hacen caso”.
Es el minuto 44 del partido y el balón está en pies de los mexicanos. Locatarios de una pollería, de una frutería y de otro negocio más comparten televisor, externan nerviosismo de que esta acción pueda terminar en gol: “Ahí la pone”, “Ay, Chuchito, que lo meta”.
Pero no, no fue gol de la Selección Mexicana y comienzan a aflorar adjetivos para el portero argentino: “Pinche portero, ya me cayó regordo”.
Roberto Sánchez es locatario en el mercado, en Antojitos Max, en el local 377, él también hace una invitación a los comensales a visitar el mercado.
“El partido está bien trabado, como se esperaba. No ha habido muchas llegadas (de México). Está muy, muy, trabado (…) En la mañana hubo gente, pero ahorita está muy solo, ya sabíamos que iba a estar así, cada Mundial así pasa, vienen antes o después del partido”, expone Roberto.