Los niños toman los bastones y comienzan a correr tras la pelota de tela, trata de anotar en la meta contraria. Practican pelota purépecha, uno de los juegos autóctonos que Luis Fernando Solís Duarte, presidente del Club de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales Libertad Hércules, impulsa entre los menores de ese tradicional barrio.
“Son deportes que tienen una base milenaria, con arraigo, y a pesar de que tienen esta historia no se practican o se difunden como debe de ser. Son deportes y juegos que se practicaban hace mucho tiempo y que ahora a través de la Asociación de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales del Estado de Querétaro estamos practicando, difundiendo y entrenando a los jóvenes, con el fin de que se mantengan.
Tenemos actividades a nivel estatal, nacional, regional que nos motivan a mantener este tipo de entrenamiento. Tenemos deportes de rescate y deportes de torneo, de competencia. Ahora estamos practicando la pelota purépecha que es un juego que tiene bastones de madera y una pelota de trapo. Se trata de hacer anotaciones en la meta contraria. Este juego es de la región purépecha, de Michoacán, y se práctica a lo largo y ancho del país”, indica.
Los menores que practican la pelota purépecha chocan los bastones. El sonido de la madera golpeando una contra llama la atención. Cuando se comienza el juego, dos participantes, uno de cada equipo, golpean tres veces los bastones. Dice un par de palabras y comienzan las acciones.
Los bastones tienen forma de “L”, similares a los usados en el hockey, pero de materiales y acabados naturales.
Luis Fernando explica que otro de los juegos que rescatan es la Pitarra, que se juega en un tablero con tres cuadros concéntricos y conectados en las líneas en sus vértices. Hay dos jugadores, las fichas rojas y las fichas amarillas, donde el objetivo de juego es dejar sin fichas al contrario.
Cada vez que se hace una tercia se le quita una ficha al jugador contrario. Algo que destaca Luis Fernando de este juego es que fue encontrado en la comunidad de Navajas, municipio de El Marqués, y que también se juega en el país. También ya se conoce en otras partes del mundo.
Aunque se descubre en Querétaro, explica Luis Fernando, no se sabe cuándo llega a México, pues no es un juego mesoamericano o del tiempo del Anáhuac, sin embargo, los primeros encuentros con el mismo se tuvieron en el municipio de El Marqués.
Bajo la sombra de un árbol, sentados en una banca, dos niños juegan Pitarra. Un grupo de niños siguen las acciones, atentos a los movimientos que hacen uno y otro jugador. Los contendientes son una niña y un niño. Los apoyos se dividen, sin importar género. Niñas y niños apoyan de manera indistinta a uno y otro.
Ríen, dan consejos a los jugadores, recomiendan movimientos, mientras los rivales piensan la siguiente movida.
Luis Fernando explica que los alumnos que acuden a los cursos los sábados son, constantes, de ocho a 10 chicos, de entre seis y años de edad, pues en esta clínica que se imparte en la Plaza Bicentenario de Hércules.
“Aquí en Hércules tenemos alrededor de un mes practicando todos los sábados, pero la Asociación de Juegos cumplió, el 23 de marzo, 20 años de ser fundada. Fue una iniciativa personal, para la cual pude contactar con Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales, y a través del apoyo del Club Deportivo Libertad, que es un club de Hércules, logramos hacer sinergia con la asociación de Querétaro.
La primera actividad en Querétaro fue el año pasado, en agosto, cuando tuvimos un curso de verano. Tuvimos 17 asistentes, y de ahí nos comprometimos a fundar un club de entrenamientos que tiene sus actividades cada fin de semana”, abunda. En este club los asistentes son de entre seis y 17 años.
Añade que como asociación tienen otros clubes de entrenamientos donde la categoría es libre, pudiendo acudir adultos de cualquier edad.
Dice que llama la atención de la gente las actividades que hacen, porque son juegos y deportes que no son tan comunes, que no tienen la fama o popularidad de deportes importados, como el futbol o el basquetbol.
Sin embargo, de quienes se acercan poco llegan a concretar su participación, pocos son los que se comprometen a los entrenamientos. “Es una tarea difícil, a pesar de que como asociación somos 50 deportistas. Entre que van, vienen, tienen otras actividades, resulta bastante difícil sin el apoyo de las instituciones gubernamentales y privadas que llegue a más gente y les llame más la atención”, subraya.
Recuerda que anualmente hay un encuentro nacional de la federación, donde todas las asociaciones federadas van a compartir su legado lúdico ancestral y deportivo. Cada año cambia de sede. En 2019 será en Tabasco, en agosto.
“Hace falta esa necesidad de identificación, de tener una raíz, una identidad que es lo que nos pertenece. Somos el tercer país con más juegos y deportes autóctonos y tradicionales en el mundo, sólo detrás de China e India. Ese compromiso, esa raíz que tenemos, es el sustento de nuestra actividad. Los valores que se pueden adquirir con esta interacción entre los sujetos y la correspondencia entre el valor auténtico, social y el comportamiento de la naturaleza, que implica la raíz ancestral, es lo que lleva a rescatar y difundir estas actividades”, puntualiza.