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Con 10 años de experiencia como operadora de la línea de emergencias, Karen Jessica Trejo, policía del C4 del municipio de Querétaro, viene de una familia que siempre ha estado relacionada con la atención de emergencias y como parte de sus múltiples atenciones ha tenido que apoyar en la llegada incluso de nuevas vidas, todo ello a través de una llamada telefónica.
Karen relata que su papá y sus hermanos han estado involucrados en la atención ciudadana a través de corporaciones de emergencia, por lo que trae en la sangre esa vocación y, aunque ahora lleva ya una década atendiendo a través del Centro de Comando Policial, también fue una policía de calle y sabe lo que es estar del otro lado.
“Yo vengo de familia que también se dedica a las emergencias, es un estilo de vida a lo mejor esa parte de la adrenalina, es algo que te satisface personalmente, cada que hay un buen resultado, es satisfacción personal, es algo muy bonito, las emergencias son muy nobles, aunque es un trabajo demandante, es un estrés que tienes que saber llevarlo, controlarlo, pero es algo que me gusta, me gusta lo que hago, me gusta cuando los resultados se dan y cuando no, también te quedas con la mejora de por qué no”.
“Una hermosa emergencia”
Fue apenas en octubre pasado cuando iniciando turno, pasadas las 7 de la mañana, recibió una llamada de emergencia de parte de un padre de familia, un joven que pedía ayuda pues su mujer había iniciado labor de parto; Karen, al notar la desesperación del padre, le pidió calma y comenzó a hacer preguntas para identificar la situación, para darse cuenta que no había tiempo qué perder, que el bebé venía en camino.
“Fue en un turno matutino, casi íbamos entrando, él me llama mencionándome que necesitaba del apoyo de una ambulancia porque su esposa ya iba a dar a luz (…) Entonces fue mencionarle que mientras llegaba el apoyo de la ambulancia, el parto era algo inminente y teníamos que empezar a atenderlo. Es difícil, porque todas las emergencias son diferentes, no es lo mismo atender a través de la línea de emergencia a cuando a lo mejor tú lo estás haciendo, tú lo estás realizando”, relata.
En su caso tiene formación como técnico en urgencias médicas, lo que resulta un apoyo a la hora de brindar asistencia; sin embargo, señala que es una labor de experiencia, pues se trata de controlar la situación, trabajar bajo estrés y hacerle saber a la persona al otro lado de la línea que está acompañado y que en todo momento se le dirá cómo actuar y qué hacer para que salgan las cosas bien.
“Han sido varias de emergencias médicas, igualmente de labor de parto ya han sido bastantes, esta me pareció muy peculiar y especial porque el papá estaba en crisis, pero el resultado fue muy bueno, en otras ocasiones me ha tocado que cuando llega la ambulancia a lo mejor todavía no tienen el bebé en brazos, pero acá , ya lo tenía en brazos, ya lo estaba cargando, dando masajitos, etcétera”, relata.
Para Karen no es la primera ocasión en que asiste una labor de parto vía telefónica; sin embargo, sí es la primera vez que el bebé nace antes de que llegue la asistencia médica, señalando que es una sensación que deja un ambiente de felicidad en todo el C4 y entre el resto de los compañeros.
“Es algo recurrente que pasa en la línea de emergencias, muchos compañeros, paramédicos y no paramédicos, nos toca atenderlo y es como una emergencia bonita que nos toca en el día, saber que a alguien le tocó y se dio, es un ambiente de positividad en el equipo en general en la línea de emergencia”.
Hoy Karen también es madre de dos hijos y señala que el ser agente le ha permitido mostrarle a sus hijos, aunque pequeños, la importancia de una línea de emergencias, de la atención y la responsabilidad que hay detrás de ésta, pues recuerda que “se está hablando de vidas”.
“Uno de ellos todavía está chiquito, cinco años, todavía no lo comprende a lo mejor mucho, pero sabe a que se dedica su mamá y la importancia del uso responsable de una línea de emergencia, porque desde chiquitos tenemos que enseñarles y decirles: cuando requieras el apoyo de un policía, de un paramédico, a quién le vas a llamar, cómo te llamas, dónde vives, también son emergencias que me han tocado en ocasiones y que frustran el que tienes a un menor en una situación de crisis y que no te sabe dar, a lo mejor por su edad, o porque muchas veces no les enseñamos o no los creemos con la capacidad para esa información”, comenta.
Su hija, la mayor, de ocho años, se muestra orgullosa de ver a su mamá cuando porta el uniforme y de saber a lo que se dedica diariamente cuando sale de casa.
“Quiero decirle a la ciudadanía que de verdad estamos de manera entera, física y emocionalmente enredados a nuestro trabajo, yo sé que somos una cadena y que en donde uno de los eslabones falle, se rompe el trabajo, yo también he estado del otro lado, también he sido usuario de la línea de emergencia, también he tenido lo que es una emergencia, entonces entiendo en ocasiones la molestia de la ciudadanía cuando las cosas no salen tal como nosotros las queremos”, comenta.