“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”, dice el cura a los fieles que desde temprana hora acuden a los templos católicos este Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma de este 2023.
Los templos reciben a más devotos que en días ordinarios. Las misas que se celebran en los diferentes recintos religiosos cada hora están más pobladas.
La feligresía, antes de acudir a sus trabajos, escuela, o actividades del día a día, se da tiempo para asistir a misa y luego recibir la ceniza en la cabeza.
Contrario a como se hacía décadas atrás, ahora se impone la ceniza en la cabeza y no en la frente, como costumbre. Los fieles se inclinan mientras el cura hace una cruz con la ceniza sobre el cabello.
Afuera de los templos la vida transcurre casi de manera normal, o casi normal.
Las madres llevan a los hijos a las escuelas y luego se enfilan a sus trabajos o regresan a casa para las labores del hogar, acompañadas del repique de las campanas de los templos.
Una mujer joven platica con otra mujer mayor, quien le comenta que las campanas suenan porque es Miércoles de Ceniza y es una fecha importante para los católicos.
En templos como La Cruz pasan apenas unos minutos entre misa y misa. El flujo de personas no disminuye durante el día y durante cada ceremonia.
En ciertos momentos, los feligreses disminuyen. Sin embargo, en otros momentos la afluencia aumenta de manera considerable.
Afuera de algunos templos hay actividad: los vendedores de comida aprovechan que este día hay afluencia importante de personas para ofrecer sus mercancías, para hacer su venta.
En esta ocasión los devotos son de todas las edades, contrario a las misas de días ordinarios, que son frecuentadas más por adultos mayores. Jóvenes, niños, mujeres, hombres, son convocados este día.
Si bien no acuden en masa, lo hacen de forma constante. Algunos llegan en solitario, otros lo hacen en pareja o con algún conocido o familiar. Llegan a los templos, escuchan misa y al final se forman para recibir la cruz de ceniza en la cabeza.
Martín Lara Becerril, vocero de la Diócesis de Querétaro, explica que el Miércoles de Ceniza marca el inicio formal del tiempo de la Cuaresma, que son 40 días de preparación para la Pascua.
Señala que la Cuaresma concluye con los días santos de la llamada Semana Mayor, en la cual el catolicismo recuerda la pasión de Cristo.
“La Pascua nosotros la celebramos en tres días que son Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección”, detalla.
“Es lo que nosotros llamamos el Misterio Pascual de Cristo. Es decir, su pasión, muerte y resurrección. Este es el centro del cristianismo y es el centro de la fe que nosotros profesamos. Para vivir este misterio tan grande, tan profundo de la muerte y resurrección de Jesús, nosotros nos preparamos con 40 días de anticipación”, indica.
Apunta que la Cuaresma la comienzan los fieles católicos este miércoles. La ceniza, asevera, es un signo para quienes la reciben: “nosotros tenemos conciencia de que al recibir la ceniza somos polvo, venimos del polvo y al polvo hemos de volver. Es decir, recordamos la finitud del hombre”, abunda.
Con la ceniza también se reconoce que se es pecador, y que, por esta fragilidad, Dios ha tenido misericordia del ser humano. Además, la ceniza es un signo público del arrepentimiento del pecado de los católicos.
“Los que somos católicos lo sabemos bien. Quienes no lo son, los invito a que se unan a nuestro sentimiento, porque nuestros sentimientos en estos días de la Cuaresma son muy humanitarios. Es decir, yo ayuno, no como, para que el pan que me voy a comer, se lo coma quien tiene hambre. Voy a hacer oración por quien tiene necesidad de ser fortalecido emocionalmente”, dice.
En el templo de Santa Rosa de Viterbo, uno de los más emblemáticos de la capital queretana, los fieles acuden desde temprana hora. A la misa de las siete de la mañana acuden devotos que llenan poco más de la mitad del templo. Muchos son los fieles que asisten a diario a los servicios religiosos.
Antes de imponerla a los devotos, el sacerdote bendice la ceniza que se usará durante todo el día, y que está hecha, de manera tradicional, con la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año previo.
En La Cruz, en tanto, los fieles llegan de diferentes puntos de la capital del estado y no sólo del tradicional barrio local y del vecino San Francisquito.
Por estar en el corazón de la ciudad, muchos de los feligreses son empleados de los diferentes negocios del centro, o personas que acuden a las oficinas gubernamentales.
El sacerdote llama a los fieles a convertirse en estos días de la Cuaresma, para estar espiritualmente en paz, prepararse para la época de Pascua.
Al final de la eucaristía se impone la ceniza a los presentes, quienes hacen dos filas para recibirla. Luego, se retiran en silencio, con la cabeza baja, de una manera reflexiva, en el comienzo de las conmemoraciones más importantes del catolicismo, para dentro de 40 días concluir con la Semana Santa, con todas las ceremonias y rituales que se llevan a cabo en esa semana, como parte de la devoción y fe de la gente y que con el paso de los años, se han convertido en una atracción, además de un acto de fe.