La mujer, de entre 30 y 35 años fue ingresada al Hospital General de Querétaro como desconocida, al menos desde abril pasado. Fue localizada a la orilla de la carretera México-Querétaro con un golpe en la cabeza. No llevaba identificaciones, no se sabía quién era. Finalmente, la mujer perdió la vida. Hasta la fecha su cuerpo permanece en el Semefo, en calidad de desconocida, a pesar de que las organizaciones Desaparecidos Justicia AC Querétaro y el Frente Queretano Contra la Discriminación y el Estado Laico, investigando por su cuenta, han obtenido algunas pistas de la vida de esta persona, pero la identificación oficial por parte de las autoridades no se ha hecho y los familiares ubicados por alguna de las organizaciones no se han presentado a reclamar el cuerpo.
Por su parte, Walter López, vocero del Frente Queretano Contra la Discriminación y el Estado Laico, señaló que por personas que la reconocieron se trata de un hombre transgénero.
En tanto, Brenda Rangel, de Desaparecidos Justicia, señala que algunos familiares de la persona rechazan que sea su pariente.
Sumado a ello, Rangel indica que pudo saber por el contacto con conocidas de la persona que tuvo una hija, y que vivía actualmenteen la colonia Presidentes.
Brenda recuerda que se enteró del caso de manera fortuita, pues supo de un joven que estaba en el hospital, quien también estaba en calidad de desconocido, a quien acudió para conocer su caso. El joven, al poco tiempo, fue reconocido por sus familiares, quienes se trasladaron de Veracruz para estar con su pariente.
Al estar en el hospital, narra, supo del caso de esta joven mujer, quien tenía un golpe severo en la cabeza. “A esta persona la tiraron en la carretera México-Querétaro, pero la intención, por lo que platiqué con los doctores, por el golpe que recibió, es que alguien la golpeó con la intensión de matarla y que la tiraron porque la dieron ya por muerta”, narra.
Brenda explica que supo del caso apenas dos semanas antes de que muriera. Además de que le llamó la atención que un doctor comentara que la paciente había pasado por un embarazo no hace mucho tiempo.
Por cuestiones de seguridad no publicó nada en las redes sociales de Desaparecidos Justicia, para evitar que quien intentó asesinarla la fuera a “rematar”. A quien sí dio parte y solicitó apoyo fue a la comisionada para la Búsqueda de Personas en el estado, Karen Cedillo Torres, para tratar de identificar a la joven, quien le dijo que la institución ya había acudido a tomar las huellas a la mujer, algo que no le consta a Rangel.
Cuando se publicó la foto de la joven en las redes sociales de la organización, comenzaron a llegar mensajes de diferentes usuarios donde aseguraban que la víctima vivía en la colonia Presidentes. Al tener este primer indicio, Rangel recorrió las calles de la colonia con una foto de la mujer, preguntando si la conocían. Le dijeron que en una tienda, aparentemente había un familiar suyo.
Momentos antes, una señoras de la colonia Lázaro Cárdenas la habían contactado, así como otras de la Presidentes, para decirle que la conocían, y que su nombre era María del Refugio, su nombre real, porque mencionaron que ella no se nombraba así, porque se identificaba como una persona con gusto por su mismo sexo.
Otra mujer le mencionó que María del Refugio tenía un equipo de futbol, y que se había puesto un nombre masculino, y que nunca hablaba de su familia. Su nombre de elección era Mario.
Brenda supo que la víctima trabajaba en una tortillería, lo que confirmaron, pero que la conocían con el nombre de hombre y que había estado embarazada, presuntamente de algún conocido del equipo de futbol, lo que causó molestia en su pareja, con quien peleó. Sin embargo, nació la bebé, aunque la mujer les comentó a otras personas que había tenido un aborto.
La voz de Brenda se quiebra cuando dice que a pesar de no conocer a la mujer, no puede dejar que terminara en una fosa común, pues así pudo estar su hermano, quien desapareció hace casi una década, y por humanidad quiere ayudar.
Luego, pudieron localizar a unos familiares, pero nadie se quiso hacer responsable del cuerpo, ni reclamarlo para darle una sepultura digna.
Walter López subraya que ese es el gran problema de la comunidad LGBTT+, que los familiares, al saber la preferencia sexual de su familiar lo abandonan y no les importa el destino final de sus parientes. Incluso, precisa Walter, han sepultado a personas de la comunidad LGBTT+ con cooperaciones hechas en bares, pues los familiares los abandonan y se desentienden de ellos.
Brenda añade que otra versión que se dio del caso fue que la hija de María del Refugio, o Mario, había sido dada en adopción.
Rangel añade que se está ante un feminicidio, además de que no se sabe en dónde está la bebé y quién intentó matar a la mujer, así como que se puede estar ante un crimen de odio, contra un hombre transgénero.
Walter precisa que esta situación es muy común entre las personas de la diversidad sexual, en donde las dinámicas con las familias suelen ser complicadas.
“Este pudo haber sido también un crimen de odio. Es un hombre trans. Era una mujer lesbiana en su proceso de convertirse en un hombre transgénero. Nos preocupa el crimen. Nos preocupa el tema de esa niña, que tiene que aparecer. Pudieron haberle hecho algo al bebé”, subraya Walter.
Los días pasan y el cuerpo de María del Refugio o Mario permanece en un morgue, en espera de un trato y una sepultura digna. El último acto de humanidad que se merece cualquier persona.