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Fernando Lara, mecánico desde hace 15 años, explica que las gasolinas adquiridas ilegalmente pueden afectar el desempeño del vehículo, e incluso provocar daños en el motor que, a la larga, resultarán más costosos de reparar.
El joven mecánico se ocupa de una camioneta blanca. Con las manos manchadas con un poco de grasa, saluda. Se recarga en otra camioneta que está en el taller mecánico en el cual trabaja, mientras dice que muchas ocasiones las gasolinas que venden de manera clandestina no viene con los aditivos con la cual la mezclan en las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Cuando la gasolina viene de una refinería viene lista para utilizarse, pero cuando es extraída de un ducto le hace falta un aditivo que le da el octanaje adecuado al combustible.
“Mecánicamente sí, le afecta, porque es gasolina sucia. Pueden existir fallas tanto en el arranque, se ‘asonsa’ el carro, obviamente, puede llegar a dañar la bomba de la gasolina. No hay combustión, esencialmente”, explica.
La gasolina cuando se extrae de manera ilegal viene sin el aditivo, agrega. Se lo pueden poner, pero no es lo mismo, porque el aditivo lo que hace es carbonizar un poco, para elevar el octanaje.
Fernando dice que existen muchos mitos sobre qué gasolina debe usarse, pues la gran mayoría de la gente cree que usando gasolina Premium su vehículo mejorará su desempeño, lo que en buena medida es falso, pues cada modelo de coche requiere cierta gasolina, dependiendo del motor y las especificaciones del motor, así como las recomendaciones del fabricante.
“Cada carro, de acuerdo a sus especificaciones en el manual del propietario debe de ponérsele la gasolina que debe usar. Muchos dice que la roja (Premium) es mejor. No, se supone que la roja lo que hace es que debido al octanaje retarda la explosión en la cámara de combustión. La verde (Magna) hace la explosión más rápido”, abunda.
Fernando explica que contrario a la creencia popular, la gasolina Premium no le da más potencia al coche. Esa gasolina, dice, es recomendada para los autos cuyo rango de revoluciones es más elevado, y que el combustible retarde la explosión ayuda a contener el consumo.
Mientras que los motores con menos revoluciones se puede ver afectados en su ciclo de combustión, pues la gasolina no explota como se recomendaría para su funcionamiento. En caso de no usarse la gasolina adecuada se daña el motor.
Comenta también que hay diferencias con los motores a diésel, que es un combustible más seco. De hecho, los motores que usan este hidrocarburo no utilizan bujías, sólo usan un inyector que hace la misma función de una bujía, funcionando con un ciclo de compresión-explosión.
Apunta que dependiendo el uso que se quiera dar al vehículo se puede optar por un motor diésel o gasolina, aunque se supone que el diésel contamina menos. Lo que sí, subraya, rinde más por kilómetro por litro.
Fernando apunta que comprar gasolina que no es apta para usarse, después de pasar por los procesos de purificación no es recomendable para los automóviles. La que viene de refinería, donde ya se sometió a los tratamientos de purificación y se mezcló con los aditivos es lo mejor, pues se garantiza que el producto es de calidad.
Otro problema que se presenta con la gasolina ilegal es el hecho de que al estar guardada en contenedores que no son herméticos pierde sus valores energéticos, pues los químicos que la forman se evaporan, incluso cambia de color, al no estar contenida en los depósitos adecuados, hasta que se degrada totalmente, precisa.
Gasolina contaminada
Otro factor a tomar en cuenta es que la gasolina que se extrae de tomas clandestinas y es vendida de forma ilegal, está contaminada por polvo y tierra del lugar de donde fue sustraída, por lo que los sistemas de inyección y combustión del vehículo se taparán de partículas, que no permitirán el flujo adecuado del combustible, dañando incluso la bomba de gasolina.
En muchas ocasiones, los recipientes en los que se almacena la gasolina también están contaminados de diésel u otras sustancias que, aunque en menores cantidades, puede dañar el motor de manera irremediable.
Las gasolinas, se ha reportado, es rebajada con otras sustancias, como acetona, que si bien no hace que la gasolina pierda sus propiedades, en el mediano plazo el motor presentará fallas mecánicas, por la presencia de las otros químicos ajenos a la gasolina.
El costo de reparación de un motor dañado por el uso de gasolina contaminada puede variar desde los dos mil, hasta los 25 mil pesos, dependiendo de los estragos en la máquina del vehículo.
El trabajo que se hace va desde la limpieza de inyectores, hasta el lavado del tanque y la bomba de combustible. En caso de daño más severo se deben de cambiar válvulas, pistones y árbol de levas, lo que aumenta el costo de la reparación. Cuando el uso de gasolinas sucias fue constante, el daño resulta irremediable.