Una ancestral tradición sigue presente en los municipios serranos de Querétaro para celebrar el Día de Muertos. Según el cronista del Patronato de las Fiestas, Alfonso Camacho, en la zona norte del estado aún se preparan los llamados “tamales de muerto”.
Para preparar el alimento a la masa de maíz azul se le agrega el agua restante del último baño del difunto y un poco de ceniza. La costumbre era repartir los tamales durante el velorio.
Alfonso Camacho explica que con dicha tradición se cree que la fuerza y el espíritu del difunto se transmite a los vivos.
“Hay una vieja costumbre que todavía se vive en la parte norte del estado, que son los tamales de muerto, y son verdaderamente de muerto. En las comunidades campesinas de hace muchos años se acostumbraba que cuando alguien se moría, lo bañaban, y con el agua que quedaba amasaban el maíz, por eso tienen ese nombre. Se tenía la creencia de que con eso se recuperaba la energía y la vida del muerto, es una dualidad hermosisima”.
La preparación de los tamales de muerto en la Sierra Gorda es sólo una de las milenarias tradiciones que siguen presentes en el estado, y que tienen una fuerte relación con el Día de Muertos, que a pesar de la modernidad y del crecimiento de las ciudades, todavía es una de las fiestas más arraigadas en la cultura queretana.
Y para muestra de esto, dice Alfonso Camacho, están los concursos de altares, las ofrendas monumentales en el Centro Histórico, el tradicional desfile de catrinas realizado el 1 de noviembre, la flor de cempasúchil en plazas y jardines, las visitas a los cementerios, las calaveritas literarias que se practican en las escuelas, y las que se publican en los periódicos, además de las ofrendas que cada familia todavía realiza en sus casas.
“El crecimiento de las ciudades no tiene nada que ver con lo arraigado de nuestra tradiciones. La esencia permanece, sigue presente la tradición del día de muertos a través de expresiones en el montaje de los altares donde se colocan los gustos del muerto, la comida, flores de cempasúchil, cruz de sal, espejo, agua, la bebida preferida del difunto, son ofrendas con lo que se recrea la presencia de las personas fallecidas.
“Se siguen realizando las visitas a los panteones, en todos los panteones de Querétaro se ve la presencia de las familias, acuden para adornar las tumbas, cenar en el cementerio, esto es muy tradicional en el panteón de San Pedro Mártir o en el panteón de Cimatario, las familias se reúnen para convivir con el difunto”.
Como cronista del Patronato de las Fiestas de Querétaro, señala que su misión es resguardar y documentar la vivencia de estas tradiciones vivas en el estado. Prueba de eso es la publicación del libro Día de Muertos en Querétaro, elaborado por distintos cronistas municipales, quienes cuentan cómo se vive esta tradicional fiesta en cada uno de los 18 municipios del estado.
En la publicación, los cronistas destacan los tamales de muerto realizados en los municipios de la sierra, los cadáveres momificados en el cementerio de Colón, y la elaboración de misas en los camposantos los días 1 y 2 de noviembre. Todos los cronistas coinciden en que la tradición del Día de Muertos está presente en toda la entidad, sin importar si el municipio es parte de la metrópoli o de las zonas enclavadas en la Sierra Gorda.
El Patronato de las Fiestas también promueve la celebración del Día de Muertos y los disfraces de catrinas por encima de la celebración del Halloween, pues dice Alfonso Camacho, aún se debe recalcar que Halloween es una tradición extranjera que en nada demerita a las costumbres mexicanas. Por eso este año el patronato se encargará del tradicional desfile de catrinas y catrines.
“Debemos resaltar que el mexicano juega con la muerte, por ejemplo, comer las calaveras de azúcar es prueba de eso, en el libro hecho por los cronistas se dan muchos ejemplos, se pueden adquirir otras costumbres como Halloween, pero nuestro Día de Muertos no se acaba”.
El cronista señala que ningún pueblo, además de México, cuenta con mayor número de apelativos para la muerte, “La Llorona”, “La Limpia”, “La Chicharra”, “La Igualadora”, “La Chinita”, “La Segadora”, “La Apestosa”, “La Tía Quiteria”, “La¨Polveada”, “La Cierta”, “La Patrona”, “La Triste”, “La Chicharrona”, “La Raya”, “La Blanca”, “Patas de Catre”, “La Mera Catrina Pelona”, “La Hora de la Petateada”, “La Calaca”, “La Huesuda”, “La Dientona”, “La Flaca”, “La de la Guadaña”, “La Tiesa”, “La Estirada”, “La Tilica”, “La Tembeleque”, “La Pepenadora”, “La Novia Fiel”, “La Tiznada”, “La Tía de las Muchachas”, “La Triste”, “La Madre Matiana”, “La Güera”, “La Cuatacha”, lo que se ha convertido en un sello particular de la cultura mexicana ante el mundo.