Son muchas las historias que nos cuentan sobre sueños frustrados, sobre gente que quiso ser o hacer, pero que la vida se llevó sus aspiraciones. Cristina Ruanova Fernández nos cuenta una historia diferente. Cristina habla de cómo el amor a sus hijas la llevó a convertirse en patinadora artística sobre hielo.
“Todo empezó porque cuando recién abrió la pista, mis hijas querían tomar clases de patinaje, las inscribimos en un curso de fines de semana, un día mi esposo y yo las estábamos esperando, y platicando salió el tema de que siempre quise aprender a patinar, tomamos la clase muestra, y de ahí empezamos. Usaba andadera, y al mes me animé a soltarme, de esto hace apenas poco más de dos años”, comentó.
Cristina descubrió que pese a que los años habían pasado desde que aquella niña soñaba con ponerse unos patines y entrar al hielo, el sueño seguía latente y, mejor aún, apareció con la oportunidad de convertirlo en realidad, porque Cristina tenía lo más importante para realizar sus sueños.
“Primero que te guste, en muchos niños veo que son [las] mamás frustradas [los que los llevan a fuerza], porque regañan a los niños en sus rutinas [ríe], y ves a los niños sufriendo porque no les gusta. Desafortunadamente no hay mucha competencia porque el adulto tiene muchos tabúes, yo me topé con comentarios como por ejemplo: ‘¡eso es para chavitas!’, ‘¡qué oso!’, o también gente que piensa que eres valiente. Pero la gran mayoría no se atreve a practicarlo, aunque quiera hacerlo”, afirmó Cristina
Cristina es licenciada en comunicación, tiene una maestría en educación, es vocal de la Asociación Queretana de Deportes de Invierno, y se encarga de la comunicación, publicidad, redes sociales y academias de Ice Dome Juriquilla, una de las pistas de hielo que hay en la capital.
“El patinaje es un deporte que como cualquier otra disciplina requiere tiempo y dedicación, pero además es un deporte caro, no cualquiera puede comprar unos patines profesionales, pagar los entrenamientos, la pista, eso ha hecho que no haya mucho apoyo, aficionados, ni tantos competidores, eso ha sido lo difícil; sin embargo, también pertenezco a la asociación y estamos trabajando”, expresó la patinadora.
Junto con su esposo, Ovidio Medina, quien es presidente de la Asociación Queretana de Deportes de Invierno, están buscando llevar a cabo un proyecto para seguir impulsando este deporte en el estado, así como a nivel nacional.
“Por tradición se ha hecho cada año la Copa Querétaro, a mi esposo se le ocurrió hacer la copa dos veces al año porque tenemos dos pistas, una en Corregidora y otra en Juriquilla. Vamos a hacer el trámite para que así sea y que, además, como hay varias pistas, hacer una competencia entre pistas; estamos en esa estructura, pero la intención es impulsar más este deporte en el estado”, comentó.
“Yo te esperaba” es la canción que se escucha en cuanto Cristina entra al hielo. Su rutina está dedicada a sus hijas Katy y Carol Medina, quienes le dieron la inspiración para nunca dejar de soñar y, mejor aún, para nunca dejar de luchar para hacer realidad sus sueños.
“Es una rutina que le dedico a mis hijas, es con la canción de Alejandra Guzmán de “Yo te esperaba”, este año cumple 15 años mi hija mayor. Nuestro asesor técnico nos dijo que tenemos que contar una historia con nuestra rutina, al principio tenía una canción muy movida que me gusta mucho, pero sentí que no estaba contando nada, después encontré esta canción y no lo dudé”, comentó.
Además de los lazos con sus hijas, el patinaje se ha convertido en un motor familiar, ya que sus sobrinos Farel y Alex Medina, quienes viven con ella, también lo practican, y el próximo año su esposo competirá por primera vez.
Sin embargo, su hija menor y uno de sus sobrinos tomaron el camino del hockey, pero al final, el hielo une a esta familia.
“Es una pasión que estamos compartiendo toda la familia, mis hijas patinan, y mi marido se metió conmigo a clases, y él también el próximo año compite. Es una pasión compartida, eso hace que lo que a ambos nos gusta lo practiquemos juntos. Ha sido padrísimo, nos ha unido el deporte, viven conmigo también mis sobrinos, y uno de estar en hockey se cambió a patinaje artístico, pero todos en la familia patinamos”, expresó.
El patinaje le ha dado anécdotas muy valiosas para su vida, y una de ellas es creer en que nunca es tarde para lograr un sueño, ese es el mensaje que quiere transmitir a todas las personas.
“Hay una frase que me gusta mucho de Disney que dice: ‘Si lo puedes soñar lo puedes lograr’. Mi infancia la viví en Yucatán, y ahí jamás se pensaba en una pista de hielo, pero recuerdo que veía mucho la gimnasia olímpica y el patinaje artístico en los Juegos Olímpicos, son de esos sueños que piensas que nunca podrás [realizar] hasta que llega el momento en el que estás preparada para recibirlo. El decir, sí se puede, lo voy a hacer, lo sueño y lo estoy logrando”, dijo.
A pregunta expresa de si el patinaje fuera una persona qué le dirías, las lágrimas fueron imposibles de contener y Cristina respondió: “Gracias infinitas porque ha sido una pasión indescriptible y un sueño logrado, que jamás pensé que pudiera lograr”.
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