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Puntuales a su cita como desde hace casi cuatro décadas, la familia Banda Muñoz inicia el recorrido de la posada por las calles de Hércules. Tradición que se resiste a desaparecer.
A su paso entre cantos y villancicos, niños y adultos comparten y contagian la alegría por la próxima navidad.
María y José, acompañados de pastores, y sin faltar la burrita Micaela, visitan casas y negocios donde sus habitantes abren las puertas para escuchar con atención la letanía, para finalmente hacer entrega de dulces, galletas, pero también fruta y dinero.
Para Víctor Banda, tras el fallecimiento de su padre, ha dado continuidad a la posada con el propósito de preservar y difundir las festividades.
Se trata, dice de una iniciativa 100% familiar que busca involucrar a las nuevas generaciones para que conozcan y participen en las costumbres de su pueblo.
Y, aunque acepta, que cada año resulta complicado que niños y jóvenes se sumen a este trayecto, lo importante es que hay compromiso, voluntad y el apoyo permanente de personas y familias para no dejar morir la tradición, asegura.
“Los niños no quieren salir porque siento que se va perdiendo la tradición en nosotros los adultos que ya no inculcamos esa parte y le damos prioridad a otras cosas y eso hace que se olviden”.
Lamenta que hoy las generaciones prefieran hacer fiestas y convivios, que están muy ajenas a las tradicionales posadas que eran motivo de encuentro familiar y de vecinos.
Pero en medio de estás dificultades en punto de las 18:00 horas los pequeños Valeria y Santiago que por segundo año consecutivo interpretan a María y José, se apresuran con el vestuario, al igual niños y adultos que con jorongos de vivos colores, pañoletas, sombreros y panderos se convierten en entusiastas pastores para emprender el recorrido.
“La gente nos recibe con mucho gusto y te comparten lo que tienen y pueden con humildad, pero también hay quienes te dicen no tengo nada que ofrecerte, pero te abren la puerta y te escuchan.
“Este precisamente es el objetivo de salir todas las noches; el mantener presente una tradición, anunciar el nacimiento de Jesús, pero también convivir, llevar a través de los cantos alegría a las familias”, señala.
Al concluir con el recorrido, es el momento de la repartición de “los aguinaldos”; galletas, dulces y fruta colectada es degustada por los participantes.
El dinero obsequiado durante cada una de las jornadas previas a la nochebuena se resguarda, para el día 23 realizar una última posada.
Víctor Banda, resalta la importancia de fomentar al interior de las familias las tradiciones y evitar que el ritmo de vida terminen por desaparecerlas.
La tradicional posada que hace 39 años salió por primera vez a las calles por iniciativa de Víctor Banda Quevedo, sigue vigente a través de la familia Banda Muñoz que como cada 16 de diciembre inicia el peregrinar en la parroquia de La Purísima Concepción con la intención de recorrer los diferentes barrios y colonias.
Familias de la zona reconocen la labor que se realiza con el fin de seguir siendo un pueblo lleno de historia y costumbres queretanas.