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En San Sebastián estuvieron las cabezas de los padres de la independencia, procedentes de Guanajuato. El ala derecha de San Francisco la mandó demoler Venustiano Carranza para hacer una calle; el convento de La Cruz fue cuartel y en la capilla alterna hubo una explosión de pólvora porque alguien estaba fumando; la parroquia de San Pedro cumple 250 años este año. Estas son algunas de las historias que encierran los muros de estos templos queretanos.
Lugar histórico
En la iglesia de San Sebastián, en el barrio del mismo nombre estuvieron las cabezas de Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama e Ignacio Jiménez, una vez que se instauró la gubernatura, luego de que estuvieran expuestas en la Alhóndiga de Granaditas, en la ciudad de Guanajuato. Llegaron un cortejo fúnebre muy recordado en esos tiempos.
Junto con este dato existe la leyenda del soldado sin cabeza, muy cerca de la casa consistorial, señala Gustavo Pérez Lara Hernández, historiador y promotor cultural de la Secretaría Adjunta de la presidencia municipal de El Marqués.
Hay un puente sobre el río Querétaro que une a San Sebastián con la calle de Pasteur. En esta calle hay un sitio llamado el portal del soldado sin cabeza. Lo que sucedió es que ahí estaba la casa consistorial, que era el lugar donde el alcalde ordenaba todo. Está en la esquina de 15 de mayo y Pasteur.
En la actualidad San Sebastián es una de los templos más antiguos de la ciudad, cumple 300 años. Aunque se ve pequeña, al interior es muy amplia, con muchos salones, usados para actividades eclesiásticas.
El lugar que vio a Maximiliano
El templo de La Cruz fue cuartel durante al sitio de Querétaro, en el Siglo 19. Es conocido que Maximiliano de Habsburgo lo usó como cuartel general, narra Pérez Lara Hernández.
Lo que poca gente sabe es que en la capilla conceptual, a un costado del templo, los soldados estaban hacinados, provocando incluso un incendio en la capilla por la explosión de un polvorín, explica el historiador, cuya narración está plasmada en el libro Las calles de Querétaro.
Tras el sitio de la ciudad de Querétaro por parte de las tropas de la República, Maximiliano y sus seguidores fueron apresados.
En el convento de La Cruz estuvo hospedado el emperador, y a través de uno de sus muros se rompió la resistencia al sitio, que derivó no sólo en la conclusión del segundo imperio, sino en la muerte de muchos queretanos, víctimas de enfermedades y hambre.
Actualmente en el muro del antiguo convento de La Cruz luce el hueco dejado por el famoso cañonazo, aunque es una reconstrucción.
En enero de 2015, debido a obras de remozamiento en la zona, el muro original se vino abajo, destruyendo la construcción original. Para preservar la historia, se llevaron a cabo obras que dejaron el muro casi con su imagen original.
Evangelización en San Pedro
Ubicada en La Cañada, cabecera municipal de El Marqués, recibe este nombre porque primer cura que llegó ahí a bautizar a los indígenas que querían convertirse al cristianismo venía de la provincia de San Pedro y San Pablo, Michoacán, explica Pérez Lara.
Se dice, agrega, que su nombre era Jacobo Daciano, y fue precisamente porque Hernando Pérez de Bocanegra lo invitó, luego de visitar esa provincia en el actual territorio michoacano, y regresa con él para hacer el primer bautizo, donde Conín cambia de nombre a Hernando de Tapia, ceremonia que se efectúa en el primer templo católico que es la Iglesia Chiquita, de La Cañada.
En 1741 se edifica la parroquia de San Pedro de La Cañada, ya que los indígenas originarios de la zona, quienes ya estaban bautizados, ya conocían la Santas Escrituras.
“Aquí confunden, relacionan o sincretizan a Tláloc con San Pedro”, señala Pérez. Agrega que la gente cuando subías al cerro veía mucha neblina. Esa fenómeno natural se producía por el agua caliente de los pozos y el río. De ahí el dicho de que sólo faltaba la presencia de San Pedro, porque La Cañada era un ‘pedacito de cielo’”.
La parroquia cumple este año 250 años de fundada. En 1769 se elevó a parroquia, de acuerdo a una placa conmemorativa que está en el curato del templo.
En busca de un tesoro
Se vivía el periodo revolucionario en México. Querétaro, como se sabe, fue ciudad clave para su desarrollo y conclusión, al firmarse aquí la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Venustiano Carranza era presidente de México cuando mandó derribar el ala derecha del templo de San Francisco para construir una calle.
Entre lo que es actualmente el museo regional y el templo de San Francisco se puede ver actualmente la reposición.
Gustavo Pérez Lara explica que Carranza mandó tirar esa parte para construir un andador en las actuales calles de Corregidora y Vergara, porque de alguna manera quiso darle un uso al intento fallido de buscar los restos de Conín, que él consideraba que estaban ahí.
Aunque la gente decía en esa época sabía que lo que realmente buscaba era el tesoro de Conín, Carranza, añade el historiador, mandó derribar muchas casas para poder conectar las calles con la actual avenida Zaragoza.
Muchas de las historias alrededor de estos templos no son ampliamente conocidas. Algunas sólo aparecen en libros poco consultados, pero forman parte de la historia de la ciudad y de su gente.