“Si hay rateros que se meten y le roban lo poquito que tiene uno, como hace cuatro años, también se metieron”, recuerda doña Sara García, quien ayer, junto con otras 2 mil 440 personas regresaron a sus casas en el fraccionamiento La Rueda, en San Juan del Río, luego de que el viernes fueran evacuadas por la inundación que sufrió este asentamiento que se localiza a un costado del Río San Juan.
“Yo no me quería retirar tanto porque todas las cosas están ahí, y acá de este lado prácticamente no podemos hacer nada”, relató.
En las poco más de 24 horas que duraron fuera de sus casas, cientos de personas se congregan en las inmediaciones del acceso a La Rueda, muchos esperando noticias de sus familiares, que se quedaron dentro de sus casas pensando que la situación no se complicaría como en días pasados; mientras que algunos otros decidieron quedarse a ayudar en las labores de rescate, algunos lo hicieron por necesidad, pues sus bienes se quedaron en sus casas, por lo que sabían que los ladrones estaban al acecho para robar.
Esto pasa también con la familia de Martha Hernández, una mujer que salió en mañana del viernes a trabajar, asistida por la Guardia Nacional y, por la tarde, a su regreso, le informaron que ya no podría volver a su casa, donde se quedaron su hija y sus nietos, que se rehusaron a salir ante el temor de perder su patrimonio.
“Salí a las seis de la mañana, nos sacó la Guardia Nacional, pero tenemos que trabajar. Ellos nos sacaron y ya no me dejaron entrar. Allá se quedó mi hija, mis dos nietos y mi yerno, pensaron que no iba a subir el agua como la otra vez, pero es mucho lo que subió el agua”, relata.
Martha dice que ha pensado en vender su casa, pues esta situación es recurrente, cada que llueve está el temor de perderlo todo por el agua, pero tampoco hay compradores que quieran tomar ese mismo riesgo.
“Nadie la quiere comprar, cómo la vamos a vender si nadie quiere comprarla si saben cómo está aquí, no sabemos qué siga (…) A nosotros no se nos había metido el agua porque estamos en la parte de arriba, pero me comentan las vecinas que el agua ya llegó hasta arriba también, ya está más arriba que la vez pasada”, agregó.
Durante la contingencia, habitantes de las colonias colindantes únicamente observaron desde lejos cómo corría el río, con un nivel que no se veía desde hace mucho tiempo.
Muchos de estos vecinos montaron, antes de regresar a sus casas, lonas, donde colocaron mesas para ofrecer algo de comer a las familias que permanecieron en las calles.
“Vénganse a echar un taco”, “aunque sea un poco de agua”, ofrecen mientras descargan camionetas que llegan con garrafones y botellas de agua, algunos se acercan, otros ven desde lejos.
El alcalde de la demarcación, Roberto Cabrera Valencia, adelantó “que una vez que el agua lo permita se iniciará con la limpieza de las calles” y todavía prevalecen ligeros encharcamientos.
Afirmó que, de acuerdo a los reportes que se tienen, existe saldo blanco y ninguna persona lesionada, además de que no hay pérdida humana debido a la inmediata reacción de los Cuerpos de Emergencia y la colaboración de las personas evacuadas, desde la madrugada del 1 de octubre.
El alcalde señaló que diferentes dependencias apoyarán a repartir costalera como una medida de prevención, para los ciudadanos que lo han solicitado, ya que se tiene un pronóstico de lluvias ligeras a moderadas y de moderadas a fuertes durante los próximos días.
Por su parte, el director de la Coordinación Estatal de Protección Civil, Carlos Rodríguez Di Bella, señala que se prevén condiciones climatológicas complicadas para estos días, incluso tormentas eléctricas, lo que complicaría las labores de rescate.
“La propia naturaleza y la geografía de la colonia, por estar construida por debajo de la margen izquierda del río San Juan, representa un riesgo inminente de inundación. Tenemos amenaza de tormenta eléctrica y, el hecho de estar al interior del agua, puede generar ahí una descarga que pudiera lesionar a alguno de los rescatistas, que prácticamente llevan todo el día trabajando (…) Por las condiciones que tenemos en los tirantes del río y el aporte de demasías que están generando todas las presas aguas arriba, seguramente estaremos por aquí trabajando las próximas 72 horas”, señala.
En las labores de rescate participaron, más de 120 elementos de diversas corporaciones, entre Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Bomberos de Querétaro, las coordinaciones municipales de Protección Civil de Querétaro, Corregidora y El Marqués, que apoyó con equipo de rescate acuático.
La misma situación se repite en Tequisquiapan, donde el centro histórico y las colonias cercanas, principalmente en las inmediaciones del Parque La Pila, donde se ubican algunos hoteles y zonas comerciales, volvieron a registrar niveles por arriba de los 50 centímetros, aunque el nivel se mantiene por debajo de lo que se registró hace dos semanas.
Contrario a San Juan del Río, que pasó la mañana de este sábado a semáforo naranja, Tequisquiapan se mantiene en semáforo rojo debido al comportamiento de la presa Centenario, la cual sigue recibiendo 133.5 m3 de agua por segundo, por lo que se mantienen inundadas las calles Ezequiel Montes, Fray Junípero Serra, Sauces, 5 de Mayo, Rivera del Río y Jazmín.
La alerta en Tequisquiapan también continúa para los fraccionamientos La Rinconada y Bugambilias, así como las colonias Francisco Márquez, Rivera de los Sabinos, La Pila, Casa de la Cultura y el kínder Estefanía Castañeda.