“Es el libro de Moisés”, dice Reynaldo Lugo Escobar tras pasar las yemas de los dedos porel lomo de una publicación que está en la Tifloteca de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), espacio dedicado a la comunidad con discapacidad visual.
Con habilidad, Reynaldo lee con sus dedos los puntos en el lomo de otro libro. Es un texto bíblico, dice el joven egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación por la misma UAQ, donde ahora impulsa, junto al psicólogo Fernando Noria González, la Tifloteca, dentro del programa “UAQ incluye a todos”.
Reynaldo sabe las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad visual y débiles visuales. “Una, es la falta de material. No tener la lectura a tiempo era una complicación grande, porque me hacía rezagarme en la entrega de materiales con mis profesores, las tareas. Al no tener la lectura era sumamente complicado participar dentro de aula.
“Después de ahí, las actitudes de algunos docentes, que se aferraban a sus técnicas pasadas y tradicionales y se nos complicaba romper con esa barrera”, comenta.
Sin embargo, fueron más los maestros empáticos con él, para adaptarse a sus necesidades. Fueron los menos los que llegaron a “hacerle la vida de cuadritos”.
Monserrat Landa, psicóloga de profesión, forma parte del programa de Inclusión y Equidad Educativa, del área de Área de Planeación de la UAQ, interviene en la charla. Afirma que una de las facultades que más se preocupa por la inclusión de las personas con alguna discapacidad y por la inclusión es la de Ciencias Políticas y Sociales.
Reynaldo añade que ahora son más facultades las que se suman a la inclusión de estudiantes y docentes con alguna discapacidad visual, como Psicología, Ciencias Políticas, Derecho y Bellas Artes.
Fernando explica que el espacio puede ser usado también por los tutores, para que puedan dejar o consultar los acervos resguardados.
“Realmente se recupera ese espacio. Empecé a trabajar con personas con discapacidad visual. Después de eso empecé a escribir una propuesta, y así conocí a Reynaldo que tenía unas ideas similares. Su tema de titulación tenía que ver con tecnologías digitales para alumnos con discapacidad. Vi su propuesta y fueron surgiendo (ideas) poco a poco. Fuimos uniendo fuerzas”, comenta.
Dentro del espacio hay una computadora braille, junto con su impresora especial. Se tienen documentos y libros también en ese lenguaje. Reynaldo muestra, con otra lap top, cómo navegar en Internet. Una voz da lectura a las páginas que visita.
Fernando dice que los alumnos también pueden imprimir sus tareas en el lugar. La computadora está disponible, así como los audiolibros y tutorías con las que cuentan por el momento. Los libros en braille fueron donación de Reynaldo, agrega.
Además dice que como es un programa relativamente nuevo se están resguardando todos los audios y materiales que los alumnos trabajan, para que un futuro puedan acudir a escucharlos o trabajarlos desde sus casas. Todo lo que se genera va creando un archivo.
A la fecha, precisa, hay nueve alumnos y tutores que usan este espacio incluyente. Si lo requieren, los tutores graban los audios, los dejan y mandan a los alumnos.
En busca de más recursos. Monserrat resalta que están en espera de recursos federales, para equipar mejor la Tifloteca, con un programa de computación más rápido, para que los alumnos puedan hacer los cambios a un formato que sea más fácil para ellos comprenderlo.
En la UAQ, precisa, hay alrededor de 15 estudiantes con discapacidad visual, pero de ese número hacen un corte, porque el sistema arroja muchos más, por aquellos que usa lentes, por lo que no cuentan con dato fidedigno y preciso.
Reynaldo añade que se requiere más apoyo de los tres órdenes de gobierno para que el proyecto siga en pie y pueda crecer con el tiempo, pues hace falta el recurso.
La Tifloteca no sólo se compone de libros físicos, pues también se puede hacer todo de manera digital, donde se puedan usar las tecnologías disponibles para que los alumnos con discapacidad visual puedan estudiar y seguir con su preparación.
“De esa manera, si nos encontramos equipados podemos decirle a la sociedad que tenemos un espacio totalmente equipado, para que cualquiera pueda hacer uso de él”.
Fernando destaca que hay un espacio similar en la Universidad Politécnica de Santa Rosa Jáuregui, aunque no la conoce. Lo que sí hay son instituciones que trabajan con personas con discapacidad visual, donde les dan materias o les enseñan braille, pero con el concepto que tienen en la UAQ son contados.
“Antes de que existiera este espacio no había un lugar a donde pudieran acudir los alumnos a demandar sus materiales. Ahorita, dándole difusión al espacio y a lo que hacemos aquí, van a llegar los alumnos”, precisa.
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La Tifloteca se inauguró el mes pasado, en el marco de la Primera Jornada por la Inclusión de la Diversidad Visual.
El espacio está equipado con audiolibros, publicaciones en braille, una impresora en braille, además de computadoras que permiten escanear libros físicos a formato digital, entre otros.
Además de la consulta de materiales, los universitarios también pueden imprimir sus trabajos escolares en este espacio.
Se ubica a un lado de la Biblioteca Central de la UAQ, en el Centro Universitario y se brinda servicio de 10:00 a 16:00 horas.