“Unos regalados y otros vendidos, pero ya se acabaron”, dice María del Carmen, quien desde hace casi 20 años ofrece los famosos tacos de a peso, que ahora cuestan tres y cinco pesos.
Conocidos también como “Los Tacos de Hércules”, a diario comensales acuden a degustar este alimento icónico en la zona, ya sea de chicharrón, carne, queso, nopales, huevo, papas, frijol con carne o chorizo, pero también a degustar de sus gorditas y tortillas.
Ubicados a un costado de la vieja estación del tren en Hércules, María del Carmen arriba al lugar, después de las nueve de la mañana, donde los clientes ya la esperan. A este sitio llegan lo mismo familias completas, que parejas madrugadoras o trabajadores de reparto de productos diversos, que detienen unos minutos su labor diaria para consumir los tacos, acompañados de salsa y rajas.
En medio de su atención a los clientes, y del ruido provocado por el paso del tren, María del Carmen dice que fue la abuela materna la que inicio el negocio con la venta de tortillas, labor a la que se sumó por 40 años, su mamá, doña Mary (fallecida hace un par de meses), que además decidió preparar tacos y gorditas, que inicialmente ofrecía casa por casa en Hércules.
“Empezaron con la venta solo de tortilla, ya después mi abuelita le dijo a mi mamá ‘llévate unas gorditas a lo mejor se venden’ y así empezó con una cubeta chica de 100 a 150 taquitos y 50 gorditas, ahora se venden más de 800 tacos al día”, comparte con orgullo.
“Ellas nos enseñaron el negocio de los tacos. El ofrecer la probadita y el piloncito a los clientes” que lo mismo provienen de colonias del centro de la ciudad, pero también de San José el Alto, Mompaní y de comunidades de El Marqués.
Doña María del Carmen, quien ahora comparte espacio de trabajo con su sobrina, María Teresa, la cuarta generación dedicada a la misma actividad, reconoce que está labor les ha permitido sacar adelante a la familia. “Este es el legado que nos ha dejado mi mamá, doña Mary”, destaca.
Menciona que de lunes a sábado el trabajo inicia a las 5:00 am, con la preparación de los guisos. Todo ello implica ir al molino, hacer las tortillas y elaborar los tacos y gorditas, para salir horas más tarde de Saldarriaga, en el municipio de El Marqués, lugar del que son originarias, a su destino de venta en la cabecera delegacional de Cayetano Rubio.
Lee también: Brotan aguas negras en el barrio Hércules
Trabajar en la fábrica, vender tacos y luego dedicarse solo a ello
Es precisamente en este punto dónde además de María del Carmen y su sobrina, María Teresa, doña Paty y sus hermanas Carmela y Agustina, también originarias de Saldarriaga ofrecen tacos. Aunque podría ser competencia directa, ambas mantienen sus propios clientes para seguir adelante. “Para todos sale el sol”, asegura doña Paty, al referirse a la competencia que se tiene en el lugar, pero que con el paso del tiempo cada quién ha logrado conservar y sumar clientes.
Recuerda que, en su caso, tiene 38 años dedicada a la venta de tortillas, tacos y gorditas, “Fui la primera de mis hermanas; empecé vendiendo tortillas en 1984, porque trabaje en la fábrica de Hércules y me pedían tortillas. Ya luego mi patrón me preguntó que si hacía tacos de albañil y le dije que sí; entonces traía los tacos a la fábrica”.
Y, es así, que luego de dos años de laborar en la fábrica textilera, doña Paty, como la llaman sus clientes, decidió dedicarse por completo a la venta de tacos, labor que hoy sigue vigente en la zona.
“Siempre vendiendo de lunes a sábado; ahora llegó a las 12:30, pues ya me cansé, ya le baje al ritmo, pero la gente sabe la hora de llegada”, expresa.
Los tacos de doña Paty cuestan cinco pesos, pero también vende tortilla grande, seis por 10 pesos y ocho tortillas medianas por 10 pesos, alimentos que destaca son llevados a Estados Unidos por un cliente que dos veces al año visita a sus hijos en esa nación de Norteamérica.
Es más del mediodía y los clientes siguen llegando a los “tacos de a peso, que ahora son de tres y cinco pesos”.
Hay quienes consumen en el lugar, pero también aquellos que prefieren ordenar para llevar paquetes de tacos surtidos y, claro, con su ya clásico pilón.
Tanto para Carmen y Paty, para todos hay clientes, así se ha demostrado desde hace ya 40 años en los que han encontrado en esta actividad la manera de salir adelante con la familia.
Te podría interesar: Investigan quema de pirotecnia en Hércules; podrían aplicar sanciones
Coinciden en que la economía familiar no es la mejor, por lo que hay días buenos para las ventas, pero también malos, y en el caso de estos últimos es preferible regalar.
“Yo los regalo. Le hablo al padre del Seminario, para que vengan por sus tacos, o los regalo a los anexos y al hospital de La Pradera”, señala al respecto doña Paty, quien sostiene que desde hace tres años que los cambiaron de lugar las ventas no se han recuperado en su totalidad respecto a cómo vendía antes.
Sin embargo, confían que los meses de noviembre y diciembre sea una buena temporada para recuperarse, sobre todo por los pedidos especiales que reciben para convivios o posadas de parte de empresas, escuelas, y familias, además de atender eventos sociales, ya sea bodas, bautizos, y hasta para festejar divorcios, concluyen.