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En las mañanas es un uniformado de la Policía Municipal de Querétaro que combate las rudezas del crimen en la ciudad, y por la noche es Drabek 1, un luchador rudo que utiliza todas artimañas y rudezas arriba de un cuadrilátero para golpear a los técnicos, representantes del bien en este deporte-espectáculo.
Este hombre que combina la actividad de policía con la lucha libre en donde guarda su identidad bajo una máscara negra con dibujos en color oro, forma pareja con su hermano de sangre, quienes son los Drabek, los cuales son estrellas de la Arena Querétaro, al igual que en otros escenarios del Bajío y el Centro del país.
En este momento por la pandemia ha dejado de presentarse en las arenas debido a que están suspendidas las funciones de lucha libre, pero su mensaje es el mismo: luchar contra los malos” y con la difusión de ese mensaje también apoya a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro (SSPMQ) en las campañas de prevención.
Drabek 1, cuenta, inició hace 19 años, los tres primeros fueron para dedicarse exclusivamente a formarse el gimnasio y posteriormente le dieron su licencia de luchador profesional hace 16 años: “la vida de un luchador es muy difícil, el luchador tiene que invertir demasiado tiempo, esfuerzo, ser muy constante, además de que es un deporte muy castigado en el sentido de físico, pues las lesiones están a la orden del día, tenemos luxaciones, torceduras y fracturas”.
“Yo el año pasado sufrí una fractura en la tibia durante una lucha que tuve en la Arena Querétaro y eso provocó que estuviera parado cuatro meses, pero afortunadamente con el seguro que tengo en la SSPMQ no tuve problema para rehabilitarme, pues el luchador no tiene seguro social y ninguna otra prestación”, comenta.
El monto de lo que gana Drabek 1 por cada lucha es muy variable: “me pagan desde mil hasta cinco mil, depende del lugar donde te presentes y si eres estrella o luchador de media tabla, pero es muy variado lo que se le paga al luchador profesional”.
“La verdad es que no podemos vivir de la lucha libre, y para vivir de ella necesitaremos realizar tres luchas a la semana, cosa que no se da y menos con esta pandemia que no hay actividad”, afirma.
“Soy rudísimo en el ring y en mi otro trabajo como policía estoy del lado del bien; cuando aplico esas rudezas sacó el estrés que genero en mi trabajo como policía, ese es mi escaparate al tener un personaje que puede gritar, golpear y maldecir desde el ring. Me gusta hacer enojar a los aficionados”, confiesa.
Al tiempo de enseñar a EL UNIVERSAL Querétaro el gimnasio de la SSPMQ en donde entrena, Drabek 1, presume su máscara y comenta que alternar el papel de luchador y policía es una meta que cumplió pues desde niño “imponían respeto y admiración los policías a quienes veía muy serios con su arma y patrulla, mientras que otro lado me gusta mucho el personaje de Batman y si a eso le agregamos el gusto por la afición de la lucha libre que mi papá me heredó, por eso se dio esa mezcla de mi parte de ser luchador y policía”.
Puntualiza que es muy difícil compaginar la profesión de policía y luchador profesional, “pero tocando puertas y pidiendo apoyo de los comandantes y los directores desde que entré a la SSPMQ y me han dado las facilidades para faltar, retirarme por entrenamiento y llegar tarde por alguna presentación de lucha, únicamente me pedían que le notificara a mi respectivo comandante. Siempre he tenido el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro”, relata.
Para ser policía, explica, se requiere profesionalización “y por ello cursé mi academia de formación inicial y para ser luchador profesional, un año antes de ingresar a la SSPMQ, tuve una formación desde los 16 años en lucha olímpica y también grecoromana y posteriormente aprendí y lo básico de la lucha libre como son las maromas y saber caer para no lastimarme, además de que hacemos ejercicios de pesas para estar resistentes y no lastimarnos”.
A pesar de esta bien preparado en el gimnasio, reitera en la práctica de la lucha libre hay lesiones en las articulaciones, en los codos, las muñecas, las rodillas, la cintura, “son muchas lesiones las que uno va acumulando con el tiempo”.
La práctica de lucha libre, subraya, le ha servido para su trabajo como policía “cuando sea requerido para detener un infractor sin lastimarlo, debido a que tengo conocimiento de defensa personal, “pero si te puedo decir que ser policía me da trabajo e ingresos estables, me da seguridad económica y mi personaje de luchador me un hobby y diversión”.
Desde su papel como policía, Drabek 1, dice que la inseguridad va al alza en todo el país, por eso quienes trabajan en las corporaciones policiacas tienen el reto de trabajar en el diseño de estrategias y acciones que lleven a sus elementos a tenerlos mejor preparados.
“A mí me gustaría que Drabek 1 fuera el súperheroe que acabara con los delincuentes, eso sería fantástico que al enmascararme pudiese terminar con la delincuencia, eso sería tener como mi propia historieta, pero eso es muy difícil porque Drabek 1 y el policía es un ser humano que siente, ríe, juegan, sufre y también llora”.
En su calidad de integrante de la SSPMQ, refiere, se encuentra integrado a la Dirección de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género, área que atienden reportes de suicidio, violaciones, violencia hacia niños y omisión de cuidados, “y cuando nosotros llegamos como policías las víctimas no esperan que nosotros lloremos sino que les demos una solución y por eso estamos obligados a realizar nuestro trabajo bien”.
Subraya que los más interesante de ser policía y luchador, es que en la SSPMQ, le han pedido en varias ocasiones utilizar su personaje para llevar juguetes a los niños y platicar con los niños, “siempre con la estampa del policía y también del luchador. Pues debemos de llevar el mensaje que tenemos muchos policías que somos buenos”, destaca.