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El olor del consomé de borrego y la barbacoa, se mezclan con el del menudo, las carnitas y el jugo de naranja recién hecho. Es temprano y ya hay clientes en el mercado Hidalgo que acuden a desayunar algo de la variedad de opciones que ofrece este tradicional sitio.
Desde desayunos vegetarianos, consistentes en jugos, cócteles de frutas y panes integrales, hasta la moronga por kilo, y tortas de carnitas, pueden encontrar los comensales que buscan empezar el día con un buen alimento.
Conocido por la variedad de los alimentos que se ofrecen durante todo el año, el mercado Hidalgo también destaca por la calidad de la comida que se vende, ya sea para el desayuno o para la comida.
En uno de los locales, atendido por una mujer, el menudo de “todos los días” se prepara en una olla de la cual sale un vapor que lleva el olor a todo el pasillo donde se ubica el negocio.
A unos metros se encuentra un puesto de barbacoa. Cuatro comensales esperan ser despachos. Piden para llevar. Será un almuerzo de fin de semana en casa. Uno de los comerciantes que atiende alcanza a decir que las ventas aún no se recuperan del todo tras superar lo más álgido de la emergencia sanitaria por la Covid-19.
El comerciante comenta, mientras calienta montalayo, que las ventas disminuyeron hasta un 70% y a la fecha, la gente todavía no regresa al mercado como ocurría en el tiempo previo a la pandemia.
Aunque durante la emergencia y el confinamiento los locales de comida permanecían abiertos, al ser comercios esenciales por expender alimentos, las ventas no fueron tan abundantes en ese periodo, por lo que muchos decidieron cerrar, para no perder dinero.
Ahora, ya con casi todas las actividades al 100%, en teoría deberían tener más ventas, pero los clientes aún no regresan. “A lo mejor es porque no hay dinero. Mucha gente se quedó sin trabajo, o les bajaron el sueldo. Tienen que cuidar más el dinero”, dice uno de los locatarios.
En otro local, dos mujeres apuran la atención a un hombre, un adulto mayor, que pide tacos de carnitas. El negocio expende también tortas del mismo producto. Es temprano y el movimiento comienza.
Casi enfrente, se ofrecen tacos de guisados, los cuales están en media decena de cazuelas a la vista del público, a través de un plástico, para evitar que estén totalmente expuestos a la clientela que se sienta al frente del local.
Chicharrón en salsa, nopales, tinga y una olla con menudo aguardan a los clientes, quienes ya esperan a ser atendidos, se quitan el cubrebocas para comenzar a degustar el desayuno en el mercado.
En un puesto de jugos y licuados una familia espera sus bebidas. El encargado del negocio coincide con sus compañeros del mercado: las ventas no han mejorado. Los clientes no regresan al mercado, a pesar de que ya está abierto y a que los precios, comparados con otros sitios, son competitivos comparados con otros lugares.
“Esperamos que esto mejore. Las ventas están bajas y no nos hemos recuperado. Nos falta promoción”, expresa.
El resto de los locales, donde se venden frutas y verduras, carnes, aves y abarrotes también ya están abiertos, en espera de los clientes. La mayoría de quienes acuden a comprar al mercado son adultos mayores y vecinos del primer cuadro queretano. También acuden quienes tienen sus trabajos en el centro, que salen temprano a laborar y por las prisas no alcanzan a desayunar en casa.
Para los más tradicionales, en un local se ofrece pan dulce. La variedad y cantidad del mismo, así como el olor atrae a los compradores, quienes llevan surtido de pan para complacer a todos en casa.
Uno de los antojitos más famosos del mercado Hidalgo es la moronga, que antaño se vendía por kilo y por tacos, pero ahora únicamente se ofrece por kilo para llevar.
Un enorme comal contiene la moronga, en espera de la clientela fiel que desde hace cuatro décadas la consume.
Junto a ese puesto, los jugos son una parada obligada para quienes quieran acompañar el desayuno con taquitos de morcilla.
La visita por el almuerzo se puede aprovechar para hacer las compras del día, pensando en la comida del mediodía, pues en el mercado también se puede comprar la despensa.
Vegetales, frutas y carnes se ofrecen por igual en los puestos. Es la parte clásica del mercado, uno de los más antiguos y de mayor tradición del centro de Querétaro. Aunque los locatarios tienen una queja constante que se convierte en petición: un estacionamiento.
La solicitud de tener un estacionamiento ha sido una petición desde hace muchos años de los vendedores del mercado, quienes señalan que desde los trabajos sobre la avenida Ezequiel Montes, durante la administración de Marcos Aguilar Vega, los clientes disminuyeron, ya que no los dejaron aparcar sus automóviles en batería frente al mercado.
Ahora, luchando contra la falta de ventas, las deudas y los compromisos, los locatarios del mercado Hidalgo luchan por recuperar sus clientes, volver a la normalidad, a los tiempos previos a la Covid-19, cuando los fines de semana las familias llegaban al mercado a comprar para llevar o comer en el lugar, con un mercado con vida, con tradición, con la herencia de la cocina urbana de Querétaro.