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Sin preocupación, un motociclista sube a la banqueta y pasa de la colonia Quintas del Marqués a la Arquitos, cuya división marcan precisamente los arcos del acueducto que hasta entrada la década del 60 del siglo pasado aún era funcional, pues dotaba de agua las dos haciendas que se ubicaban en la zona.
Hoy, este acueducto luce grafiteado, lleno de nidos de aves abandonados, y transitados sólo por los vecinos de ambas colonias, pero no de turistas o visitantes quienes desconocen de su existencia.
Ubicados en la calle Fray Servando Teresa de Mier, Los Arquitos son una de esas obras arquitectónicas que permanecen en la sombra, pues rara vez se les menciona o se les encuentra en las guías de turistas.
Por su naturaleza, esta construcción está fuera del denominado primer cuadro de la capital queretana, entre Quintas del Marqués y Los Arquitos. Ésta última colonia, más bulliciosa y con más movimiento que la primera.
Hay negocios abiertos de todo tipo, desde misceláneas, farmacias, talleres mecánicos, gasolineras, todo en apenas unas cuantas cuadras. Del otro lado, en Quintas del Marqués, predominan las viviendas unifamiliares.
Los negocios ubicados en las que anteriormente eran casas, son pocos, aunque van ganando terreno. Escuelas, jardines de niños y consultorios médicos, ocupan esos espacios, aunque de manera más discreta.
También muy cerca de ahí se encuentra un autolavado. A una cuadra una tienda de conveniencia y dos restaurantes, uno apenas en proceso de inauguración, y otro con una tradición de más de tres décadas de existencia.
El cronista auxiliar del municipio de Querétaro, Eduardo Rabell, explica que no se ha hecho un estudio profundo de Los Arquitos como monumento, aunque de memoria explica que hace más de 40 años ya existía ese acueducto, porque era parte de una hacienda que estaba activa y tenía producción. Incluso, parte del agua era utilizada para lavar ropa, en los inicios de esa construcción.
El acueducto, dice, era funcional, y sí llegaba agua. Además, Rabell recuerda que a esa zona, donde están Los Arquitos y Quintas del Marqués, la llamaban La Coconal.
“A mí me tocó ver gente lavando ropa. Me tocó ver animales bebiendo. Me acuerdo que del lado donde está Quintas del Marqués estaba la parte productiva de la hacienda, tenía perros muy bravos para cuidar todo lo que tenían ahí”, señala.
Sin tener el dato exacto, Rabell estima que la construcción de Los Arquitos debió darse en la década de los cuarenta del siglo pasado.
Luego de casi ochenta años, Los Arquitos siguen de pie. En donde terminan hay una escuela particular, y comienzan apenas a unos metros de la carretera México-Querétaro, donde sólo son una barda de unos cuantos centímetros. La construcción concluye en unos arcos de alrededor cuatro metros de altura.
En cierta parte del camino del acueducto pasa por abajo un dren de aguas pluviales, que en estos días luce lleno de basura, como botellas de plástico, latas y bolsas, además de hojas y ramas de los árboles de la zona.
En el paso que existe entre las colonias, divididas por esta construcción hay un par de bancas donde las personas pueden descansar o sencillamente ver la belleza de Los Arquitos… que lucen grafiteados. “Tuzarquitos”, se puede leer en uno de ellos, mientras que en otros se aprecian letras que no tienen sentido.
Unas promotoras de seguros aprovechan la sombra de los gigantescos árboles que circundan el lugar para instalar un stand donde promocionan sus productos a quienes pasan por ahí.
Un par de jóvenes pasan por la zona. Ambas caminan de la colonia Los Arquitos hacia Quintas. Minutos después regresan.
El viaje en sentido opuesto también lo hacen muchas personas. Algunas mujeres mayores que salen de las casas de Quintas van a comprar a las misceláneas de Los Arquitos, creando una especie de simbiosis de vecinos.
Una parte de las personas que pasan por ahí utilizan la zona para “cortar” camino entre ambas colonias. El paso en medio de Los Arquitos es el único modo de cruzar de una a otra. La otra manera sería caminar hasta Constituyentes.
Pasado el mediodía, el flujo de personas, principalmente mujeres, aumenta, debido a que se acerca la hora de la salida de la escuela y van apuradas por lo niños al plantel educativo.
Antes, un grupo de funcionarios municipales recorre Quintas del Marqués para conocer de viva voz los problemas que enfrentan en la colonia, como mantenimiento de áreas verdes, y la instalación de algunos comercios que rompen con la imagen urbana.
La gente de Los Arquitos los observa pasar. La comitiva es acompañada de vecinos de Quintas del Marqués, quienes de manera constante se quejan de los problemas que viven cuando se llevan a cabo partidos de futbol en el estadio Corregidora. Su colonia es paso para muchos aficionados. Para otros es un estacionamiento.
La comitiva pasa por la zona verde que rodea Los Arquitos, pero parecen no verlos, como si fueran invisibles. Escuchan a los vecinos comentarles de sus problemas, pero el pequeño acueducto, con ochenta años de existencia parece pasar desapercibido.