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Dorotea Soriano Fernández junto con otros seis artesanos de la comunidad de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco, se dedican a la elaboración y venta de la muñeca Lele, de bolsas, monederos, morrales, prendas de vestir, así como caminos de mesa, y muñecas con una diversidad de personajes, todos con calidad garantizada, asegura.
Explica que han sido años de trabajo, preparación, capacitación, y actualmente ya cuentan con el registro de la marca Di nei, que en otomí significa Te quiero, a través de la cual buscan fortalecer su presencia en el mercado nacional y en el extranjero, escenarios en los que han encontrado buena aceptación, en particular con la muñeca Lele que es reconocida como embajadora de Querétaro y México.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, destaca el trabajo que realiza este grupo de artesanos, a quienes les ha cambiado la vida al no tener que emigrar para la venta de los productos, abandonar sus hogares, sacar a los hijos de la escuela o descuidar las tareas del campo. La formalidad de la actividad ha permitido sumar un ingreso a la economía familiar, resalta.
“El requisito aquí es que [los artesanos] se capaciten porque nuestras muñecas tienen calidad, y lo que buscamos es que el cliente esté satisfecho con el producto”.
Dorotea, que luce la vestimenta propia de la comunidad, se dice orgullosa de la cultura otomí y el esfuerzo que a diario hacen para salir adelante.
“Nosotros hacemos la muñeca Lele, que quiere decir bebé en otomí, también hacemos monederos, morrales, trajes, blusas, bolsas, caminos de mesa y bordados; somos varios compañeros de la comunidad”.
Recuerda que está iniciativa de trabajo conjunta se formalizó hace seis años y como todo emprendedor, el camino no ha sido sencillo, porque hay que cumplir con una serie de requisitos, además de enfrentarse a una fuerte competencia del producto importado de China que se llega a vender en tiendas departamentales, pero también se encuentra en las calles de la ciudad.
Pese a esta competencia, comenta que a través del registro de marca y la formalidad del trabajo, han logrado mantenerse en el mercado.
Con el propósito de abrir más y mejores oportunidades de trabajo y venta, el grupo decidió apostar y cumplir con la formalidad, condición que ha llevado a ampliar su labor al ofrecer talleres en escuelas y empresas del sector manufacturero, donde el tema central es mostrar y resaltar el valor que tiene el trabajo en equipo, pero también se ha convertido en una oportunidad para que conozcan las horas de trabajo que implica el desarrollo de producto artesanal y el por qué no se debe regatear.
“Los invitamos a que no regateen porque estos trabajos no se hacen en serie, ni en máquina, es una por una, por lo que ninguna artesanía es igual”.
Además, “para nuestras compañeras es un empleo, y la posibilidad de no salir de sus casas y dejar a sus hijos o en su caso que tengan que sacarlos de la escuela; dejar sus animales o abandonar su trabajo en el campo para venir a la ciudad para vender; entonces nos organizamos. Yo soy la que me encargo de vender, comprar toda la materia prima y ver dónde podemos venderlos”, explica.
Respecto de la venta de los artículos que elaboran, informa que se cuenta con un local fijo en el mercado de La Cruz, además disponen de un espacio en plaza del Parque, y en atención a la petición de clientes constituidos formalmente para emitir facturación.
“Facturamos para las empresas, y clientes en general, también personalizamos nuestras artesanías con el logo de las empresas, y hacemos envíos a toda la República. Hemos avanzado; las compañías están abriendo sus puertas, pero queremos que sean más y que esta labor genere economía para las artesanas de la comunidad indígena”.
Para Dorotea la respuesta de la iniciativa privada ha sido positiva, aunque podría ser mayor, y así se espera suceda durante la próxima temporada de fin de año que haya más pedidos de artesanía y sea motivo de los obsequios que se entregan entre los colaboradores.
“Viene una temporada importante para que contemplen a la artesanía, conozcan los productos y hagan un buen regalo; es un dinero que se queda en una comunidad indígena, esto ayuda a seguir trabajando para bien de las familias”, afirma.
Recuerda que en Santiago Mexquititlán, ante la falta de oportunidades de empleo, parte importante de sus habitantes han optado por dedicarse a la elaboración de artesanía. Hay capacidad de producción, pero lo importante es que haya compradores, subraya.
Señala que hay compañeras y compañeros de la comunidad que buscan integrarse al grupo, pero para sumarlos, se requiere que haya más demanda de productos.
Enfatiza que, a través de la facturación, los puntos físicos de venta, y la incursión en los medios digitales, así como la apertura de espacios que se han dado para mostrar la riqueza de los trabajos de manos queretanas en la zona de viñedos y lugares de alta presencia de visitantes como Bernal, ha sido posible darse a conocer y tener mayor difusión de sus productos.
A estas estrategias de promoción, los artesanos aprovechan la asistencia a exposiciones y ferias tanto en el territorio nacional como más allá de las fronteras en específico en países como España, Francia, Colombia y recientemente en Laredo, Texas, donde Lele y la artesanía queretana ha sido bien aceptada, afirma.