“Soy sumamente afortunado y bendecido por Dios y por la vida y por todos mis ángeles, porque me quedé en filo, exactamente. Si hubiera pasado un mes y medio más, tal vez no la estaría contando”, dice Luis Martín Aguilera Jáuregui, sobreviviente al cáncer, enfermedad que le detectaron y trataron justo a tiempo.

Ahora, en el Día Mundial del Superviviente de Cáncer, señala que valora más las cosas simples de la vida, dando valor a lo que realmente es importante y disfrutando el día a día.

Comunicólogo de profesión, Luis recuerda que “estábamos en la pandemia. Empecé a sentirme mal un 31 de diciembre del año 2020. Una molestia que no sabía lo que tenía, no podría  dar una explicación física de los malestares que tenía. Clásicos cuadros que no identificas: que tienes gripa, que te duele el estómago, que te duele el cuerpo, que te duelen las articulaciones.

“Mi hice prueba de Covid, pero resultó negativo, no apareció nada. Ahora sí me dieron tratamiento como si tuviera o hubiera tenido Covid. Después de que pasaron los síntomas más agudos, empecé con un problema gastrointestinal muy fuerte y a partir de ahí empecé a bajar de peso de manera muy significativa. En un principio pensé que sólo era un tema del estómago, pero ya después de tres, cuatro meses de bajar seis, siete kilos, pensé hacerme un check up”, narra.

En agosto de 2021 acudió al urólogo, y en un estudio que se realizó, el antígeno prostático salió alto. A partir de ahí, el urólogo comenzó un protocolo de seguimiento, por la edad que tiene le hizo un tacto rectal, encontrando dos nódulos. Le dijo que había que seguir un protocolo, para descartar que fuera algo más fuerte. En octubre se le realiza una biopsia, y en noviembre recibe la noticia que tenía cáncer. Pasó casi un año para recibir el diagnóstico desde el inicio de los malestares, pues además, el médico le dijo que ese tipo de cáncer es asintomático.

“Realmente cuando me detectaron el cáncer el doctor me dijo que estaba en el filito, estaba en la frontera entre si me lo hubiera atendido un poco más tarde después hubiera sido prácticamente irremediable la situación en el avance del mismo. En el momento en el que me lo detectaron, gracias a Dios, gracias a la vida, hubo oportunidad de que me retiraran el tumor completamente. Por lo que me dicen los médicos, es uno de los dos tipos de cáncer que si se detectan a tiempo se pueden curar al 100%. Uno es el cáncer de próstata y otro es el cáncer de colon. Y en mi caso fue cáncer de próstata”, apunta.

La confirmación del diagnóstico llegó a finales de noviembre, el día 26 de ese mes, a las 19:10 horas. Con su esposa había acordado que cuando llegaran los resultados los abrirían juntos, así que esperó a que su mujer estuviera con él para conocer los resultados. Le dijo que abriera el correo. Al momento que lo abre y comienza a ver, sólo vio como se le nublaba la vista y empieza a llorar, diciéndole que no lo podía creer, pero que sí tenía cáncer.

“Cuando la vi llorar y la sentí vulnerable, no me cayó el 20 de que tenía cáncer. En lo que pensé fue en lo que seguía. Lo que hice fue hacerme el fuerte, lo que nos enseñan a muchos como hombres,  a no mostrar vulnerabilidad. El shock emocional fue tan fuerte que no lo sentí en ese momento. Mi intuición fue abrazarla y decirle: “no te preocupes, todo va a salir bien”, recuerda Luis.

Su esposa, como profesional de la salud, pensaba en qué grado de cáncer era y en las opciones de tratamiento. Entre los dos pensaron en cómo decirle del diagnóstico a sus dos hijos, uno de 22 años y el otro de 13. Luis pensaba también en cómo decirle a su madre y a sus hermanos.

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