Más Información
El Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Campus Juriquilla ofrece al público en general, de la mano con sus investigadores y su infraestructura, terapias para la depresión resistente a fármacos, a través de la estimulación magnética transcraneal repetitiva.
Eduardo García Villarreal, investigador titular del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Campus Juriquilla, y Gabriela Alethia Brunner Mendoza, investigadora a cargo del área de Estimulación Magnética Transcraneal, señalan que este tratamiento es para aquellas personas que con medicamentos no han podido combatir su condición.
La depresión es un diagnóstico clínico, y hay de muchos tipos. El más grave es la depresión mayor, cuando sin ayuda se puede llegar a un punto de no regreso, en donde lo peor que puede ocurrir es el suicidio.
Eduardo García explica que este tratamiento no es nuevo, pues desde hace 10 años fue aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) y se realiza en el área de Estimulación Magnética Transcraneal del campus, con óptimos equipo y a costos accesibles.
“Un psiquiatra nos manda a los pacientes que no responden a los fármacos. Se ha visto que (la terapia) tiene bastante beneficio para estos pacientes.
“La estimulación se escucha muy aparatosa, pero consiste en una pequeña descarga eléctrica en la corteza del cerebro de forma no invasiva, es decir, ponemos un aparato que está afuera del cráneo, y lo que hace es generar una corriente muy pequeñita dentro del cerebro y se repite para propiciar cambios en la conectividad cerebral. Ese es su beneficio”, afirmó.
Gabriela Brunner explica que el protocolo estándar consiste en un proceso de 20 a 30 sesiones, el cual siempre es indicado por un siquiatra.
Normalmente el protocolo que manejan en la Unidad de Resonancia Magnética se hace a partir de una resonancia simple, para determinar dónde se va a estimular, usando la tecnología del neuronavegador.
“Una vez que los pacientes inician su tratamiento de estimulación magnética, tenemos una sesión diaria, y son cuatro semanas, en el caso de 20 sesiones. Cada sesión tiene una duración aproximada de una hora, por la preparación, pero el tratamiento de estimulación como tal tiene una duración de sólo 35 minutos”, explica la especialista en neurociencia.
Nueva esperanza en los pacientes
Gabriela Brunner relata que los pacientes que acuden con ellos llegan con ganas de tener otra opción contra la depresión, pues llevan años, tanto con trastorno depresivo mayor, como con una larga lista de fármacos, así que ven como una alternativa nueva, y llegan con expectativas muy altas, lo que le agrega dificultad al tratamiento, pues sus beneficios son graduales y varian entre pacientes.
“Lo que nosotros podemos esperar es que la depresión, con el protocolo, disminuya en cuanto a algunos síntomas clínicos que son generalmente visibles, como la anhedonia, que es la pérdida del gusto por hacer cosas, o problemas para dormir. Pero cada uno tiene síntomas particulares y eso se los mencionamos”, abunda Brunner.
García Villarreal precisa que el 50% de los pacientes con depresión mayor van a responder a los fármacos. El otro 50% que no responden es donde se encuentran los candidatos al tratamiento, y de esa cifra, sólo la mitad de los pacientes responde de manera positiva al mismo. Por ello, refiere, lo ideal es que tenga tanto tratamiento farmacológico como con estimulación magnética, pues se ha visto que tienen más beneficio cuando actúan en conjunto.
El investigador explica que para que una persona sea considerada con depresión, debe de darse un diagnóstico clínico que hace un siquiatra o un sicólogo, para lo cual hay parámetros internacionales. Sin embargo, hoy día no hay una medición puntal como niveles de sangre o análisis cerebral, que lo determine de forma contundente, pero en se trabaja para encontrar un medidor biológico para ello.
“Actualmente hay guías que nos pueden decir si una persona tiene depresión. Uno cree que depresión nada más es estar triste, pero no es así. Se puede manifestar como ansiedad, o con manía, que es parte de la depresión”, abunda.
Brunner añade que por lo general hay otros síntomas, y no sólo el estar triste, como la euforia, e incluso en últimos años se ha detectado una depresión muy funcional, que pocas veces se nota, por lo que es importante buscar atención profesional.
