En Querétaro, al cierre de 2021, el Inegi contabilizó a más de 1 millón 60 mil personas que son parte de la Población Económicamente Activa (PEA), de las cuales 423 mil 427 (39.9%) son mujeres; una de ellas es Aracely García, quien, a sus 55 años, relata que labora desde que tiene memoria.

Comparte que actualmente desempeña diversas ocupaciones, los fines de semana labora en una tienda de venta de disfraces en el centro de la capital, entre semana es trabajadora doméstica, en sus tiempos libres vende productos en catálogo, a lo que se suma el trabajo que realiza en su hogar.

Mujeres, un pilar de la economía
Mujeres, un pilar de la economía

Al preguntarle ¿desde qué edad empezó a trabajar?, refiere que desde su infancia, cuando acudía a la primaria, en el turno vespertino, por las mañanas laboraba en actividades domésticas en la casa de sus vecinos. Fue su primer empleo.

“Fue (trabajo) en casa, estaba chiquilla, andaba en la primaria, allá donde yo vivo una señora me dijo: quiero que me vengas a ayudar; le respondí que iba a la escuela en la tarde y me dijo que la apoyara en la mañana”.

Aracely terminó la primaria, su último grado escolar; sin embargo, señala que sí le hubiera gustado continuar con sus estudios, pero en ese momento no fue una opción para ella.

Recuerda que cuando sus tres hijos eran pequeños, sus actividades se centraban en el trabajo doméstico. Ahora ha cumplido cuatro años de trabajar en una tienda de disfraces.

“Yo toda mi vida he trabajado, desde soltera, pero cuando tuve mis hijos chiquitos no trabajaba, sino en casa, estaba al pendiente de ellos, pero ahora que ya están grandes —y salen ellos a hacer su vida, al ya no estar al pendiente de ellos— ya tengo cuatro años trabajando aquí”.

Dice que en este empleo le tocó pasar los periodos más complejos de la pandemia; ver cuando las calles estaban prácticamente vacías y las posibilidades de vender eran mínimas.

Entonces, recuerda que por momentos sus esquemas de salario pasaron a ser semanales, una alternativa a la que llegó con sus jefes, con la finalidad de poder sortear la crisis.

“Se han recuperado como 70% de las ventas prepandemia, no al 100%, pero ya es algo. (…) (Con el inicio de la contingencia) ni pasaba gente en la calle. (…) Estuvo horrible para todos, pero teníamos que trabajar”.

Respecto a si ha detectado condiciones desventajosas para las mujeres en el mercado laboral, opina que ha sido difícil, pero se ha adaptado a sus empleos.

“Se me hacía como difícil y todo, pero uno se va acostumbrando a las cosas, ver la manera de cómo hacerlo. (…) Siempre he sido una persona bien trabajadora, desde soltera, como que ya estoy acostumbrada al trabajo, no se me hace complicado, sólo es agarrar el ritmo”.

Subraya que, incluso, en sus días de descanso opta por ocupar sus tiempos libres para vender productos por catálogo y salir a visitar a sus clientes, actividad que le ha permitido detectar qué tipo de marcas o artículos le permiten tener un mayor margen de ganancia.

Entre sus actividades cotidianas también se encuentra el trabajo doméstico que realiza en su casa; desde limpieza hasta cocinar un sinfín de platillos.

Condiciones laborales para mujeres

De las 423 mil 427 mujeres que integran la Población Económicamente Activa en Querétaro, 4.7% (19 mil 978) están desocupadas (están en busca de un empleo) y 95.3% (403 mil 449) están ocupadas, precisa el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Se estima que 17.4% de las mujeres ocupadas trabajan más de 48 horas semanales, con lo que el estado se ubica en el lugar 13 entre las 32 entidades federativas, de acuerdo con el estudio Estados con Lupa de Género 2022, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Querétaro es el tercer estado con mayor desigualdad en el trabajo no remunerado, debido a que una mujer realiza, en promedio, 78% más horas de labores sin pago que el tiempo que dedican los hombres.

Acorde con el IMCO, en México se desaprovecha el talento femenino, pues el porcentaje de mujeres en edad de trabajar que tienen un empleo o están en busca de uno es de 43.6%; la tasa de participación económica femenina también es baja en comparación con los hombres, ya que mientras siete de cada 10 mexicanos en edad de trabajar participan en la economía, sólo cuatro de cada 10 mexicanas lo hacen.

El instituto estima que si en 2030 se lograran sumar 8.2 millones de mujeres a la economía mexicana, el país tendría un Producto Interno Bruto (PIB) tres veces mayor.

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