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El Museo de la Ciudad abrió sus puertas para recibir a los pequeños peludos, convirtiéndose en uno de los primeros museos en el país en ser pet friendly, y también en prestar sus instalaciones para su entrenamiento.
Gabriel Hörner García, director del museo, reconoce que la idea de dejar entrar a los lomitos a este espacio cultural nació desde la intención de poder llevar a sus propias mascotas a su lugar de trabajo, tres peluditos que se han convertido en las mascotas del Museo de la Ciudad de Querétaro.
Tristana, Iskra y Cañitas fueron rescatados y hoy recorren con familiaridad los pasillos y las salas de exposición del museo, en ocasiones solos y, en otras, acompañan a los visitantes.
Este museo busca ser un espacio educativo en todas sus vertientes, pues además de las exposiciones, conciertos y obras teatrales que se presentan, prestará sus áreas comunes para que aquellas personas que decidan adoptar un peludito, realicen ahí su adiestramiento, de la mano con un entrenador canino.
“Lo que nos interesa mucho del asunto es promover el humanismo a través de las campañas de rescate de perros, de apoyo a las asociaciones que se dedican al rescate y al mantenimiento de perros abandonados, por eso estamos planeando que esta campaña esté acompañada de actividades para visibilizar el problema y para ayudar a solucionarlo”, explicó.
Gibrante Tallavaz Macías es el primer rescatista con el que comenzará a trabajar el museo, quien precisa que el objetivo inicial es brindar cursos a rescatistas para que sepan cuidar mejor a sus perros y para fortalecer los protocolos de adopción.
“Un proyecto que tenemos con el museo de la ciudad es enseñarles a usar las instalaciones, es importante que las personas que entrenen tengan un cierto conocimiento, una educación canina necesaria para poder estar en los lugares de visita y un segundo es poder hacer la capacitación para rescatistas que puedan hacerlo de manera adecuada y dividirlos con hogar temporal y hacer sinergia con el grupo de rescatistas, explica.
Comenta que desde hace años se ha dedicado al rescate de perros de la calle, buscando poder encontrarles la familia ideal; sin embargo, reconoce que esta labor no es sencilla, muchas veces las personas no están listas para tener una mascota.
“Lo primero que me topé es que muchas veces regresaban a los perros con los rescatistas porque decían: es que el perro está loco, pero realmente el perro no estaba adecuado a la nueva familia y la familia era ignorante con su nueva mascota”, dijo.
Por ello se busca disminuir la cantidad de perros en situación de calle y evitar que aquellos que sean adoptados, los regresen por mal entrenamiento.
“Más que hacer un refugio más grande, estaríamos capacitando a los rescatistas para tener un protocolo diferente donde ya no les regresen perros y el perro se vaya con un grado de educación, estaríamos matriculando a los perros para que tengan un chip y el dueño tenga una credencial y así poder constatar de quién es cada perro y que no haya perros vagando y siempre haya un responsable”, explicó.
Si bien reconoció que se trata de una labor titánica, está iniciativa se trabajará de la mano con diversas instituciones y asociaciones rescatistas, buscando tener acercamiento también con la legislatura local para que la ley permita robustecer los protocolos de adopción de mascotas, y reducir el número de perros abandonados.
Afirmó que con esta iniciativa se cambiará la forma de adoptar una mascota, pues tendrá que una persona calificada para adoptar.
“Vamos a cambiar la forma de adoptar, ahora va a ser: tengo un perro, si calificas para mi perro, te lo voy a dar. Si dices: oye, me gusta ese perro, bueno, habrá que ver si puedes con ese perro, ya no va a ser tenlo y ahora es tú problema, sino que más bien va a ser mío (de la asociación) y vamos a dar comodatos para que la genta tenga un perro en compañía del rescatista, ya no va a ser nada más deslindarse”, finalizó.