Más Información
Las restricciones sociales y comerciales por la pandemia de Covid-19 no impidieron que las celebraciones por el Día de la Santa Cruz se llevaran a cabo, aunque eso sí, de una manera discreta y con una presencia moderada de danzantes en el atrio de este característico templo.
Por segundo año consecutivo, y también debido a la pandemia, las tradicionales fiestas de la Cruz se limitaron a celebraciones religiosas, pues para evitar aglomeraciones de fieles en la vía pública, actividades como el paseo del gallo se vieron suspendidas en esta edición.
Sin embargo, lo que no pudo faltar en el tradicional festejo fue el color, los cantos y las danzas características de las mesas de concheros, que aunque fueron pocos, se dieron cita en las inmediaciones de la parroquia para danzar y entregar ofrendas florales y frutales.
Desde las primera horas del día, las celebraciones religiosas iniciaron con el tronar de las campanas y los feligreses acudieron como de costumbre a celebrar el Día de la Santa Cruz.
Algunas mesas de concheros llegaron al templo de La Cruz vistiendo trajes típicos y sonando conchas y caracoles para anunciar su llegada.
Los grupos de danzantes ingresaron a la parroquia esparciendo incienso, minutos después, abandonaron el lugar, satisfechos de haber cumplido con la tradición a pesar de la contingencia sanitaria que ya está presente en Querétaro desde hace un año y medio.
El templo de La Cruz lució hermosos arreglos florales para conmemorar la fecha, y como es costumbre, las distintas mesas de concheros instalaron las ofrendas monumentales llamadas “Chimales”, estructuras que lucieron distintas flores y frutos con una fuerte carga simbólica para cada una de las mesas.
Ante la instalación de estas llamativas ofrendas, decenas de transeúntes se reunieron alrededor de los concheros, quienes además de alistar las ofrendas e instaladas en andamios de madera, también entonaban cantos tradicionales acompañados de guitarras, mientras repetían una y otra vez: “¡Él es Dios!”
Una vez que las ofrendas fueron colocadas al frente del templo de La Cruz, comenzaron a llegar, paulatinamente, distintos grupos de concheros; algunos danzaron en el atrio del templo, otros más, a apenas unos metros, danzaron en la Plaza Fundadores.
Estos tipos de danzantes se presentaron varias veces a lo largo del día de ayer , y continuaron sus danzas sin importar la fuerte lluvia que se presentó por la tarde.
Discreta celebración
Fray Antonio Miranda Arrollo, guardián del del templo y convento de la Cruz, lamentó que la contingencia sanitaria por el Covid-19 no permitió realizar las múltiples actividades con las que tradicionalmente se se celebra el Día de la Santa Cruz, sin embargo, reconoció que la salud de los queretanos no es un asunto menor, por lo que suspendieron actividades para evitar aglomeraciones.
También reconoció que los feligreses que asistieron a las ceremonias a religiosas, respetaron en todo momento las medidas sanitarias como el uso de cubrebocas y gel antibacterial; además de que cientos de familias participaron de la misa a través de las redes sociales, donde se transmitieron las múltiples ceremonias religiosas.
“Prácticamente la fiestas inician desde el 12 de septiembre, pero lo cierto es que prácticamente cancelamos todas las celebraciones, como el tradicional paseo del gallo o la santa procesión, en donde se visitaban los cuarteles de los jefes concheros, ellos hicieron sus velaciones en privado, decidimos suspenderlo porque no queremos incitar a la aglomeración.
“El tradicional desfile o la santa procesión por las calles de la ciudad también lo suspendimos, prácticamente tuvimos solo celebraciones litúrgicas, con la presencia de algunas danzas, muy pocas, no fue como en otros años que llegaron a danzar 25 mil cocheros en estas plazas”, detalló.
Fray Antonio reiteró que toda la comunidad católica del Templo de la Cruz ha hecho un gran esfuerzo por adaptarse a estas nuevas dinámicas y formas de realizar las celebraciones, pues una situación similar nunca había ocurrido.
“El año pasado también tuvimos restricciones por lo mismo de la pandemia, esto es histórico, en todos los años de la historia del Templo de la Cruz nunca había pasado algo así, una situación en la que tuviéramos que prácticamente suspender todas las actividades de esta celebración tan importante para nosotros”, lamentó.
“Nada volverá a ser igual”
Para la señora Miriam Martínez, fiel feligresa del Templo de La Cruz, lamentó que la presencia de danzantes fuera mínima debido a la contingencia sanitaria pues, dijo, las fiestas de la Cruz son la actividad principal de dicho barrio tradicional.
“Es muy triste ver cómo han tenido que dejar de hacer ciertas cosas, por esto de la pandemia. Las fiestas de la Cruz es lo más bonito del barrio, de toda la ciudad, porque llena de vida las calles, dan trabajo a las personas que vienen aquí a vender, mucha gente venía a ver las danzas, pero ahora no hubo nada de eso”, rememoró.
“Sí hubo unas cuantas danzas, eso es muy bonito, pero no es como era antes, yo creo que ya nada va a ser igual”, comentó la mujer.