En el ejido de Tlacote el Alto, Don Jesús Suárez ha dedicado 50 años a la producción y venta de la bebida de los Dioses: el pulque, además de ofrecer los famosos “curados”de sabores.
Dice que esta labor la aprendió de su padre, quien le enseñó el gusto por la plantación y producción del maguey, así como la preparación del pulque.
“Soy vendedor de toda mi vida. El pulque lo vendemos y ofrecemos con gusto, porque es nuestra fuente de trabajo”, comparte en plática con EL UNIVERSAL Querétaro, al destacar las virtudes de esta bebida de color blanco y espeso, que se obtiene luego de fermentar el aguamiel extraída del maguey.
Con su marca “Pulqueré” ha logrado mantener y ampliar clientes, al garantizar un brebaje limpio y de alta calidad que le ha permitido estar presente en diferentes foros y ferias, presume.
“El pulque es una bebida muy buena por lo natural, muchos no lo acostumbran porque dicen que no les gusta, pero al probarlo les encanta mi producto”.
Sostiene que “quien toma pulque, tiene mucha vida por adelante, porque no tomamos químicos, ni conservadores, es 100% natural”.
Precisa que esta bebida debe de ser del día, de lo contrario se fermenta y el cliente ya no la desea consumir.
“Nosotros sacamos el aguamiel tres veces al día, esto es, de las seis a las siete de la mañana, de las doce a la una y de seis a las siete de la tarde, pero en tiempos de calor -de marzo a junio- lo sacamos cuatro veces para tener un producto sabroso”.
De igual manera, refiere que, en épocas de lluvias, los productores deben tener mucho cuidado para mantener la calidad de la bebida de origen prehispánico. “El agua no se lleva con el pulque”, aclara.
Don Jesús, que hoy forma parte de los 20 artesanos que se encargan de mostrar sus productos en Punto México de la Secretaría de Turismo en la capital, destaca también la aceptación que tienen entre los clientes los curados, elaborados con pulque y fruta natural.
Dice que la variedad de los curados es amplia. Pulqueré ofrece lo mismo de piña, piñón, nuez, avena, fresa, coco o guayaba, “tenemos al menos una decena de sabores”, agrega.
Para el productor queretano, el pulque al igual que los curados, tienen una demanda importante y si bien las nuevas generaciones pueden llegar a desconocerlo, una vez que lo degustan, están convencidas de su consumo cotidiano.
“Las nuevas generaciones, si bien muchos no lo conocen, al probarlo si les gusta. Mi producto lo paladean porque viene en buenas condiciones, porque tenemos mucho cuidado de no vender pulque de mal sabor o agrio”, señala.
La labor empieza desde la plantación, en su parcela que heredó de su padre en el ejido Tlacote el Alto, aunque reconoce que ya cada vez hay menos plantación, por lo que es necesario replantar para su conservación.
“Estamos convencidos que mientras sigamos con ese ánimo y gusto, no se nos va a acabar”, asevera Jesús Suárez, al recordar que la cosecha del maguey tarda entre 12 y 14 años.
En el estado de Querétaro se cuenta con poco más de 300 hectáreas dedicadas a la siembra de maguey, y se espera incorporar 340 más, de acuerdo a información de la Asociación de Productores del Maguey Pulque en el estado de Querétaro.