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Queretaro. Qro.
Sí se puede tener cáncer de mamá a los 27 años. Así lo aprendió Griselle Martínez González, cuando hace dos años el oncólogo le confirmó cáncer en su seno izquierdo. A pesar de la confusión por la noticia recibida, la joven no tuvo dudas en sacrificar su seno a cambio de salvar su vida.
Cáncer a los 27 años
Griselle notó una protuberancia en uno de sus senos mientras tomaba un baño; su ginecóloga le dijo que sólo se trataba de una pequeña bolita de fibrosis y le recomendó esperar seis meses. Pasado ese tiempo, al ver que el tumor crecía decidió ir con un oncólogo, ahí le dieron la noticia de que el cáncer estaba muy avanzado; estaba en la tercera de 4 fases.
El propio doctor confesó que Griselle era la mujer más joven a quien había diagnosticado con cáncer de mama, a pesar de que era una joven perfectamente saludable.
“Mi caso es muy poco común, de hecho el doctor me dijo que yo era la paciente más joven a la que había diagnosticado como cáncer de mama. La primera pregunta que yo le hice cuando me dijo que tenía cáncer fue ¿por qué?, en realidad no hay razones, simplemente me tocó, a pesar de mi edad, de que siempre he cuidado mucho mi alimentación, a pesar de que no fumo, no tomo y tampoco tengo antecedentes de cáncer de mama en mi familia”, confesó.
Debido a su corta edad, le recomendaron a Griselle no sólo extirpar el seno con cáncer, sino hacer lo mismo con el seno derecho para evitar el riesgo de que el cáncer se presentara también en ese costado.
Griselle no lo dudó y autorizó la mastectomía de los dos senos; actualmente sus dos pechos ya fueron reconstruidos y, aunque fue un largo proceso, se dice convencida de que tomó la mejor decisión.
“En ese momento no me preocupó perder mis senos, en ese momento sólo pensaba en salvar mi vida. De hecho cuando salí de la mastectomía no me sentí triste, al contrario me sentía muy contenta de estar viva. Yo no tuve dudas, yo sacrifiqué mi pecho a cambio de vivir”.
Después de la mastectomía inició un largo proceso de quimioterapias y sesiones psicólogas. La joven que ahora tiene 29 años de edad confiesa que al inicio del proceso estaba llena de valentía, porque su único objetivo era salvar su vida.
Sin embargo, también confiesa que verse sin sus senos y sin su cabello por las quimioterapias, fue impactante.
“A pesar de que yo siempre me sentí muy dispuesta, con muchas ganas de luchar y salvar mi vida, sí es muy fuerte verte al espejo y ver que te falta un seno, o los dos, que te falta tu cabello, tus cejas, por la quimioterapia, es algo que finalmente todas sentimos, pero al final reconocí que esta era yo y que mis cicatrices me recordaban mi lucha y todo lo que yo había pasado”, detalló.
Su familia, amigos y quien en ese entonces era su pareja sentimental, fueron los grandes pilares de Griselle durante todo su proceso de recuperación. La danza arabe era otra de sus motivaciones principales, actividad que la joven aún realiza.
“Siempre me he considerado muy afortunada; mi familia siempre estuvo, mi novio en ese momento siempre estuvo conmigo, mis amigas me acompañaban a mis quimioterapias y ese era un apoyo muy fuerte porque eran momentos muy difíciles para mí, en los que realmente podía derrumbarme, llorar, demostrar lo que sentía y mis amigos estaban ahí, me mostré ante ellos sin pelucas, sin nada qué ocultar, tener ese apoyo es fundamental para las mujeres que pasamos por esto”.
Mostrarse al mundo
Aunque Griselle tuvo asesoría del personal de la asociación Mujeres Unidas Contra el Cáncer de Mama (Muccam) desde que inició su historia con el cáncer, fue hasta después de sus mastectomías que se acercó físicamente a las demás sobrevivientes al cáncer de mama.
Fue a través de Muccam que Griselle participó en la sesión de fotos para la galería “Me ves ¿Y no me ves?”, creada para concientizar sobre la importancia de detectar a tiempo este tipo de cáncer.
La joven de 29 años de edad detalla que mostrar sus cicatrices ante una cámara para después difundir las imágenes a todo el mundo, fue una experiencia de introspección que le recordó las grandes victorias que ha logrado a lo largo de los dos últimos años.
Además, considera importante que las jóvenes de su edad sepan que no hay edad ni condición física que las exente de padecer cáncer de mama.
“Participar en esta sesión fue algo muy fuerte e importante para mí, fue mostrarme al mundo como realmente soy, después de toda mi lucha de los dos ultimos años, ésta será la primera vez que mi familia, amigos, incluso mi novio me verán con mis senos reconstruidos. Además, para mí es muy importante que las mujeres de mi edad vean que el cáncer de mama puede llegar antes de los 40 años, a cualquier edad, que es importante revisarnos y sobre todo que sepan que se puede salir adelante”.
Me ves ¿Y no me ves?
La asociación Mujeres Unidas Contra el Cáncer de Mama (Muccam), se prepara para inaugurar la galería llamada “Me ves ¿Y no me ves?”, el próximo 7 de octubre en las instalaciones del Instituto Municipal de la Mujer, en el municipio de Corregidora.
En esta sesión fotográfica participan 11 mujeres sobrevivientes al cáncer de mama, quienes cuentan en estas imágenes sus historias de lucha contra el cáncer de mama, que es la causa con mayor mortalidad en la mujer, con 521 mil 907 defunciones anuales en el mundo.