La graduación de la primaria para Dariana Beatriz González Aranda y sus compañeros no será igual. Luego de esperar seis años y convivir siete años con sus amigos, no podrán tener la fiesta que planearon para la despedida de la escuela. La pandemia del Covid-19 les robó eso y también la convivencia en los últimos meses con sus compañeros, debido a que las clases se tomaron desde casa frente a una computadora.
Este viernes Dariana termina su curso de sexto grado de primaria. No tendrá la tan esperada fiesta, debido a que en este momento está prohibida la realización de este tipo de eventos.
Alma Beatriz Aranda Martínez, médico pediatra, explica que su hija Dariana ha pasado por diversas etapas.
Al principio, dice, con la información que dan en los medios actualmente, que hasta los niños la tienen a su alcance, al principio pensaron que iban a ser unas cuantas semanas, que no iba a afectar al ciclo escolar, entonces lo tomaron, en especial Dariana, con mucha responsabilidad, pensando que era por el bien común.
“Cuando les llega la noticia que invariablemente implica sacrificar volver a reunirse con sus compañeros, llegó un momento de decepción, de tristeza, por no tener una graduación la esperaban.
“Incluso me llegó a comentar que por el hecho de convivir con sus compañeros desde el kinder era un momento de desesperanza, de sentir que no van a volver a tener un momento tan especial”, indica.
Conforme van pasando los días, dice Alma, su hija está más tranquila, aceptando las cosas como van pasando, porque también ha visto cómo han crecido los casos de Covid-19 y que los hospitales se están llenando, por lo que cree que lo va asimilando de manera favorable.
A Alma, como mamá, le preocupaba también la forma en la qué iban a terminar el ciclo escolar, saber si estaba bien preparada para la secundaria o si se iba a perder el ciclo escolar.
“Había un cierto grado de incertidumbre. En cuanto a lo de la fiesta, es una ilusión que se queda un pausa. Trato mucho de no pensar en eso como algo triste, pero al final las pandemias no se presentan, afortunadamente, cada cinco años, cada 10 años. Es algo extraordinario lo que nos ha tocado pasar. Todas estas adversidades nos ayudan a sacar lo mejor de nosotros mismos. También he visto aspectos positivos, como que los he tenido que dejar solos [a todos sus hijos] porque tengo que trabajar y mi esposo también trabaja por la mañana, y han salido adelante”, señala.
Agrega que había una fiesta planeada con todos los compañeros de Dariana en un salón, y que quizá se puede llevar a cabo en una fecha diferente.
Dice que se tratará de hacer para que los chicos tengan un cierre de ciclo lo más cercano a lo que pensaban hasta antes de marzo. “Hay que continuar, la vida sigue”.
En el aspecto académico, Alma dice que pueden mejorarse muchos aspectos. Hay maestras que se adaptaron bien a la nueva dinámica, aunque quizá faltaron horas de clases y en ocasiones la tecnología jugaba malas pasadas.
Dariana dice que se siente un poco mal, pues “desde que estaba en primero de primaria veía cómo despedían en mi escuela a los niños de sexto año. Estaba esperándolo desde que comenzó el año y ya muy emocionada, pero me tocó vivir esto”.
Narra que en el colegio al que acude hay todo un ritual para despedir a los alumnos de sexto grado. Primero les hacen una línea de honor, pasando por todos alumnos de la escuela, chocando las manos. Luego se dedicaba una canción. Los “ahijados” (alumnos del primer grado) les dan un regalo a sus “padrinos” (los alumnos de sexto) y viceversa.
Después escriben un mensaje en sus playeras con mensajes emotivos, y luego maestros y alumnos se mojan.
Dariana explica que muy pocas veces ha tocado el tema con otros de sus compañeros, pues cuando hablan de ello se sienten un poco decepcionados de no poder llevar a cabo su despedida como lo habían imaginado.
En el aspecto académico dice que se ha sentido cómoda para estudiar a distancia, aunque en muchas ocasiones no es lo mismo a tener una clase presencial. A distancia, dice, las dudas no se solucionan de igual manera que de manera personal. Fuera de ello, la planeación de las clases y las actividades escolares le han parecido buenas, y ha podido aprovechar las nuevas tecnologías para su educación.
Dice que se siente bien preparada para la secundaria, pues tomando en cuenta las condiciones en las que se vivieron los últimos meses de clases, algo que fue novedoso para alumnos y maestros, también fue mejorando día a día con la práctica diaria y con aprendizaje en ambas vías.
Al final, Dariana y sus compañeros terminarán la primaria y comenzarán la secundaria, para lo que tendrán que tomar cursos de regularización.
Cerrarán un ciclo en sus jóvenes vidas y su trayectoria académica, no como lo habían pensado, como lo habían visto con otras generaciones en su colegio. Será diferente. Algo más para contar en el futuro sobre este atípico 2020.