La falta de algunos medicamentos es temporal, pues si hay mucha demanda de cierto producto es normal que llegue el momento en el cual no se encontrará mientras se vuelve a surtir, afirman farmaceúticos, quienes explican que además de ciertos fármacos la gente busca vitaminas para fortalecer el sistema inmunológico.
Alejandro Trejo López, encargado de una farmacia en el barrio de La Cruz, señala que a su negocio no han acudido personas a comprar medicamentos para combatir la Covid-19.
“Lo que sí sé es que la gente se prefiere vitaminar a estar enfermo, y ya empieza a haber escasez de vitaminas, como las clásicas de vitamina C, como redoxon, aderogyl. Esos son los únicos medicamentos escasos. La combinación de vitamina C y D también escasea”, apunta.
Señala que la carencia de algún medicamento muchas veces es por la demanda que hay de ciertos productos. Si un medicamento le funciona a una persona, esa misma lo recomienda con alguien más, “se hace una cadenita y esa cadenita hace que el producto se agote”.
Muchos de estos productos no requieren receta médica. En el caso de los medicamentos que se utilizan para tratar la influenza se requieren retrovirales, que sí necesitan de indicación médica.
Explica que a su farmacia, que tiene a la vez un consultorio médico, acuden personas del mismo barrio de La Cruz que presentan síntomas de resfriado, o que necesitan vitaminas, así como medicinas de patente.
Alejandro comenta que las consultas médicas en estos días de frío han aumentado, ello a pesar de que las calles del primer cuadro queretano lucen en su mayoría vacías. En estos momentos, asevera, los doctores que tienen sus consultorios junto a la farmacia de Dios ya son conocidos por los vecinos del barrio y acuden con ellos para consultas, aunque en estos tiempos de emergencia sanitaria lo hacen con el sistema de citas, para evitar que se aglomeren los pacientes.
Ha visto, dice, que muchas personas no acuden a consulta por el temor de ser diagnosticados con Covid-19; que el doctor le diga que se vayan a hacer la prueba para detectar la enfermedad y que sea positiva, pues no saben cómo enfrentar económicamente y emocionalmente al virus, pues por desgracia ya muchas personas asocian la enfermedad con una muerte inevitable.
Alejandro sabe que la detección a tiempo de infección causada por el SARS CoV-2 salva vidas. Habla por experiencia, pues su padre fue víctima de la pandemia, muriendo hace casi cinco meses. En el barrio de La Cruz era conocido como “Chano”.
Alejandro recomendó a las personas a no caer en las compras de pánico de ciertos medicamentos, pero desgraciadamente “así es la gente; les dicen ‘se está agotando tal casa’, y van por lo que se está agotando. Que no tengan miedo a esta enfermedad [la Covid-19]. Si se trata a tiempo, mucha gente se logra salvar. También a mucha gente no le sirve el mismo medicamento. Pero también que tengan paciencia, que usen el cubrebocas, porque es un arma que nos puede funcionar mucho y que nos salva”, prescribe.
En las sucursales de las farmacias de cadena, los encargados, cuando se les piden ciertos medicamentos, dicen que no los hay, que están agotados, o que sólo hay en existencia en cierta sucursal. Esto deriva en la sensación de desabasto de ciertos productos.
Leonel Vieyra, encargado de una farmacia cercana del mercado de La Cruz, explica que hay medicamentos que se agotan cada cierto tiempo. Dice que hace unos meses pasó esto con la azitromicina, fármaco recetado para infecciones como bronquitis, neumonías. Sin embargo, volvió a estar en existencia.
Pone como ejemplo la Aspirina Protect, que en muchos lugares estaba agotada, aunque en otros nunca dejó de venderse. Añade que, de pronto, hay demanda de ciertos medicamentos y es natural que los inventarios se agoten mientras vuelven a ser surtidos por los laboratorios, pero, como tal, “un desabasto, no”, subraya.
Leonel atiende la farmacia ubicada en la calle de Gutiérrez Nájera, desde atrás de una cortina de hule, para evitar en la medida de lo posible el contacto cercano con los clientes. Es parte de la nueva normalidad por la pandemia.
“Cuando hay demanda, obviamente en estos tiempos ha habido mucha más demanda, hay fármacos que se agotan por el momento. Los médicos los recetan y todos recetan lo mismo. Ahorita el tratamiento normal, el que más se aconseja, y el que más se vende, es el de azitromicina, dexametasona, ivermectina, anticoagulantes… todos los doctores recetan lo mismo”, destaca.
Esos medicamentos, dice el farmacéutico con más de 30 años de experiencia en el negocio, se terminan en cierto momento, pero cuando los laboratorios los vuelven a surtir las farmacias, los vuelven a tener.
Añade que incluso las vitaminas que comenzaron a escasear en algunas farmacias de cadena, eran fáciles de conseguir en farmacias que no pertenecían a alguna franquicia.
Los laboratorios farmaceúticos, explica, no tienen la capacidad para producir todos los medicamentos al mismo tiempo, por lo que van programando lotes de ciertos productos, y si la demanda así lo exige destinan más tiempo para ciertos productos.
Aunque, por otro lado, las grandes farmacias también acaparan la producción de ciertos fármacos, dejando sin posibilidad de compra a las más pequeñas, puntualiza Leonel.