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Según datos de la asociación civil Mujer Libertad, en el estado de Querétaro se contabilizan más de 10 mil 600 trabajadoras sexuales, uno de los sectores más vulnerables ante la pandemia del Covid-19, pues las medidas de salubridad anunciadas por el Gobierno Federal, como la sana distancia, simplemente no encajan con su forma de trabajar, donde el contacto físico lo es todo.
La gran mayoría de las trabajadoras sexuales enfrenta la contingencia sanitaria sin las mínimas medidas de salubridad recomendadas, y no porque no quieran, sino porque no las tienen a su alcance. Ante la escasez de cubrebocas, las trabajadoras se las ingenian para elaborar sus propias medidas de prevención.
Tampoco disponen de gel antibacterial, pues es un material que también está agotado y cuyos precios se han disparado durante las últimas semanas; por eso preparan su propia agua clorada, para así mantener sus manos limpias y también las de sus clientes, aunque eso no es ninguna garantía para evitar los contagios.
Dejar de trabajar y resguardarse en casa es otra medida de salubridad que no pueden acatar; simplemente porque si no trabajan, no comen.
De hecho, desde que se intensificó la contingencia sanitaria, hace aproximadamente un mes, los ingresos de las trabajadoras sexuales han disminuido un 98%, por lo que en repetidas ocasiones, muchas de las mujeres vuelven a casa “sin un sólo peso”.
Así lo explica Mónica Mendoza, presidenta de la asociación Mujer Libertad, donde se contabilizan 10 mil 600 trabajadoras sexuales, aunque no son las únicas en la entidad.
“El trabajo ha bajado bastante, no hay gente en la calle, ha disminuido un 98%, pero tenemos que salir para llevar de comer a nuestras casas; ya ni siquiera pensamos en pagar la renta, la luz, el agua, pensamos en tener comida”, expone.
“Nosotras tenemos que salir a trabajar porque vivimos al día, los hijos no preguntan si tienes qué darles de comer, ellos dicen ‘tengo hambre’, y no nos pasa sólo a nosotras, sino a otros sectores de la población. La pandemia nos ha afectado mucho, hemos pasado por otras, pero esto está cruel. Ni siquiera en lo de la influenza nos vimos afectadas así”.
“Mi cuerpo es mi herramienta de trabajo, nos tenemos que cuidar, nosotras tomamos las medidas necesarias a la hora de estar con un cliente para no vernos afectadas. No traemos gel porque ni siquiera hay gel en las farmacias, no hay cubrebocas, nosotras usamos bufandas y todo eso para poder prevenir un contagio, usamos alcohol, agua con cloro, algo que nos ayude a estar dentro de las medidas de salubridad", comenta.
Las trabajadoras sexuales son uno de los grupos más vulnerables ante esta contingencia sanitaria, no sólo por la cercanía y el contacto físico necesario en su trabajo, sino porque son un grupo de trabajadoras que viven al día.
Hasta ahora no han tenido ningún acercamiento del gobierno, ni siquiera consideran la posibilidad de recibir algún tipo de ayuda, como se planea hacer con los comerciantes, pequeños empresarios y emprendedores.
“Acercamientos siempre hemos tenido, pero sin ningún apoyo. Ya lo hemos visto con otros temas, es un desgaste de sentarse en reuniones y no ver resultados, con el tema de la contingencia es lo mismo. Yo veo que ya están pensando en apoyar a los tianguistas y si le dan a uno deberían darle a todos; considerar también a las trabajadoras sexuales para que puedan estar en su casa. Eso es un sueño jarocho, pasará en otros países pero no en México”, denuncia.
Mónica explica que entre las 10 mil 600 trabajadoras sexuales que pertenecen a la asociación Mujer Libertad, hay mujeres de todas las edades y estados civiles, la gran mayoría son el sustento de su familia, de ellas dependen sus hijos, hermanos o sus padres, por lo que dejar de trabajar no es una opción para ellas.
“Hay días en que volvemos nuestras casas sin nada, sin dinero siquiera para el camión, últimamente hemos tenido muchos días de esos, lo que ganas un ratito lo tienes que hacer rendir para muchos días porque no sabes cuándo vas a volver a tener trabajo. Si a un hijo se le antoja un dulce no se lo puedes comprar, tenemos que economizar lo más que podamos".
La presidenta de Mujer Libertad detalla que en la asociación civil se registran aproximadamente mil 500 mujeres de la tercera edad, quienes se encuentran en mayor riesgo ante el contagio de Covid-19.
A los demás sectores de la población, Mónica Mendoza les pide acatar las medidas de salubridad en la medida en que les sea posible, les pide que sean conscientes de que si pueden quedarse en casa, entonces ya son parte de los afortunados por contar con ese privilegio.
“No queremos ver las noticias, queremos saber cómo cuidarnos, los protocolos, queremos hacer todo lo que esté a nuestro alcance, siempre hemos trabajado mucho el tema de la prevención. Entre nosotras decimos que hay que llegar a la casa y quitarnos todo lo que traemos puesto, lavarnos las manos con agua y cloro, para que toda esta situación se vaya controlando, tenemos que hacer lo propio”.
“El otro día visitaba un tianguis y nadie traía tapabocas, la gente vendiendo comida sin ningún cuidado, Hay mucha indiferencia, la gente no cree y no se cuida. Yo hago lo posible por cuidar mi cuerpo, que es mi herramienta de trabajo, pero de qué sirve que me cuide yo si los demás no se cuidan”, lamenta.