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El inicio de este negocio fue complejo, requirió de mucho esfuerzo, horas de trabajo y de ahorros que dieron vida a Papelería Grisy o mejor conocida como la papelería de Los Gatitos, en honor a Grisy y Ofi, un par de mininos que reciben a los clientes.
Un establecimiento, que a 12 años de haber iniciado funciones, ha recurrido a nuevas estrategias para sobrevivir a los efectos de la pandemia de Covid-19.
La contingencia sanitaria que ha provocado el virus SARS-CoV-2 marcó el momento más difícil por el que ha pasado este negocio: las clases presenciales se trasladaron al escenario virtual y la demanda de útiles escolares se fue en picada.
A un año y diez meses de los primeros efectos de la pandemia, la recuperación es progresiva, pero ver hacia atrás es visualizar un parteaguas para la papelería, recuerda Irma Jiménez López, su propietaria.
“Sí nos ha impactado bastantito, porque sí nos hacían mucha falta los niños que son nuestros principales consumidores. Sí nos ha bajado un poquito la venta, pero aquí seguimos con regalitos, con envolturas y solamente así hemos estado subsistiendo. Los útiles escolares están paralizados, pero tenemos bolsas de regalos, envolturas, dulces; es lo que podemos ofrecer al cliente”.
Durante estos 12 años, ha habido momentos difíciles, pero ninguno se compara con las afectaciones y caída en ventas que se vivieron en el segundo trimestre del 2020.
“Sí, es lo que más nos ha pegado [en los 12 años de funcionamiento], ya vamos para dos años [de pandemia]. En abril del 2020 se pararon las ventas, desde ahí se han mantenido bajas, lo que nos ayuda son las temporadas de diciembre, del Día del Amor y la Amistad, del día del grito, que vendemos adornos y es lo que nos ha pegado un poquito, de ahí en fuera, paralizado desde abril del 2020”.
Variedad de envolturas para regalos, dulces, adornos —según la temporada— se convirtieron en la principal alternativa para darle vida a Papelería Grisy y entonces resistir a los embates de la emergencia sanitaria.
Cada fecha especial o que evoca a una celebración es una oportunidad de venta para Irma, quien también gusta de realizar adornos y manualidades. Entonces recurre a su creatividad y genera artículos de ornamentación según la fecha: Día del Amor y la Amistad, de la Independencia, de la Revolución, fechas decembrinas, Semana Santa, e incluso pedidos especiales de recuerditos, entre otras variedades.
“Las envolturas son lo que más se vende ahora. Y con cada temporada nos vamos más o menos nivelando. Ahorita en la temporada de diciembre se venden envolturas, luego viene febrero que es el Día del Amor y de la Amistad, y tratamos de vender chocolatitos, regalitos, para el detallito; luego en septiembre viene lo del día de la Independencia y con puras temporadas, con adornos para la temporada, que es lo que nos ha hecho fuertes para seguir de pie”.
Esta alternativa la implementó desde los primeros impactos de la pandemia, cuando todo se paralizó, pero se avecinaba la Semana Santa y con ella la tradición de adornar las fachadas de las casas del Centro Histórico, aunque se suspendió la procesión del silencio, recuerda, los vecinos adornaban sus puertas.
“Cuando empezó la pandemia quedó todo paralizado, entonces mucha gente todavía adornó un poquito sus puertas, el poner el moño morado, la cadena para la procesión, que no hubo nada de eso, pero la mayoría de esta calle (Manuel Gutiérrez Nájera) y de 5 de Mayo tienden a poner sus adornos, entonces nos dimos cuenta que podíamos más o menos buscarle en cada temporada y ya ves que ponen el papel de china morado, el crepé para las flores, de ahí surgió la idea; luego venía el día del grito y trajimos adornos de la Independencia”, comenta.
Irma relata que cuando estableció la papelería vivió situaciones difíciles, tardó de tres a cuatro años en que el negocio despegara, posteriormente empezaron mejores momentos, que se cayeron con el surgimiento del Covid-19.
“Nos costó de tres a cuatro años despegar, medio empezábamos bien cuando se suscitó esto de la pandemia. Ahora ahí la llevamos, despacito, pero no desistimos. Aquí lo importante es que como teníamos trabajo, yo trabajaba en una cenaduría, y eso era un ingreso para seguir manteniendo la papelería. Mi sueldo se invertía aquí, tardamos en despegar unos cuatro años, nos las veíamos complicadas porque luego no salía ni para la renta”.
Con las primeras afectaciones de la pandemia, comparte Irma, dejó de surtir su papelería durante un año, pues las ventas de estos artículos eran ínfimas; entonces las ventas cayeron casi 70%, cifra que poco a poco se repone. Actualmente, las ventas se mantienen 50% por debajo de lo que se comercializaba antes de la contigencia.
“Nos bajó muchísimo, yo creo un 70%. Estuvimos subsistiendo como con 30% nada más. Sacábamos especialmente lo de la renta o apenas lo de la renta. Esperemos que esto se componga, si no del todo, al menos que nos dé para subsistir, para mantenernos en gastos y renta, algo de inversión. Pero prácticamente lo de papelería ha estado paralizado”.
Papelería Grisy inició en un local de la calle 16 de Septiembre, en el Centro Histórico de Querétaro. Posteriormente, tuvieron que buscar un nuevo espacio, donde se encuentran actualmente, en la calle Manuel Gutiérrez Nájera (casi esquina con la calle Independencia), número 35, en La Cruz, a unos pasos de la Plaza Fundadores, donde Irma, Grisy y Ofi esperan a sus clientes con una amplia oferta de artículos y productos de papelería.