Todos estamos hechos de polvo de estrella. Pero Belem Hernández tiene constelaciones completas en su interior, supernovas en la mente y nebulosas en el corazón. Desde que era niño pasaba horas en la azotea de su casa buscando constelaciones; distinguía a Orión, Tauro y las Osas Mayor y Menor; cuando era joven devoraba libros de astronomía, y ahora que es adulto, pasa los días en el Planetario Dr. José Hernández Moreno, donde es administrador.
El lugar ubicado en Cadereyta de Montes, cuenta con un área de observación, donde los telescopios Coronado y Takahashi muestran el sol y las estrellas; el planetario tiene una sala de proyección con una enorme pantalla en forma de elipse, donde se muestran películas sobre el origen del universo y la formación del planeta tierra; tiene también una galería con imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble que dan la bienvenida a los visitantes.
La salida del sol
Todas las mañanas, Belem llega al planetario para cerciorarse de que todo esté bien y recibir a los turistas o grupos escolares, pues él y su compañero Alexis Romero se encargan de realizar los recorridos turísticos. En su labor diaria los acompañan Laika y Bolik, ambos perros rescatados de las carreteras y refugiados con amor en las instalaciones del centro científico, con la única encomienda de vigilar las instalaciones todas las noches. Los caninos portan orgullosos sus famosos nombres, en honor a los animales que han viajado más allá de la estratosfera.
Aunque Belem Hernández es profesor en una escuela primaria, su verdadera pasión es la astronomía, por eso considera que tiene el trabajo más hermoso del mundo, donde observa el sol, la luna y las estrellas todos los días, recordándose a sí mismo lo pequeños que somos los humanos en relación a la inmensidad del universo.
Para Belem, cualquier planetario es un oasis para las mentes, un sitio que nos invita a mirar el cielo y ver las cosas en su justa medida; mirar hacia el infinito y despegar la vista de la tecnología que nos obliga a verlo todo a través de un teléfono celular.
“Aquí siempre le decimos a los visitantes qué hay que ver hacia arriba, que no dejen de mirar el cielo, y les pedimos que dejen de ver los celulares, la tecnología nos da mucha información pero también son distractores que no nos dejan apreciar el mundo real. La función del planetario como centro de divulgación de la ciencia es acercarnos al universo y a los objetos espaciales de los cuales provenimos, debemos maravillarnos con él, nos centra porque nos pone los pies en la tierra y al ver la inmensidad del espacio nos damos cuenta de cuál es realmente nuestro papel en la tierra. Somos bien efímeros y siempre nos preocupamos por pequeñeces”.
Desde que se creó este planetario en Cadereyta de Montes, Belem Hernández ha visto cosas sorprendentes, además de estrellas y planetas alineados, ha visto pequeños milagros en la tierra, como, por ejemplo, niños pequeños que eligen celebrar su cumpleaños en este lugar y pasar la tarde mirando por el telescopio.
Estas pequeñas acciones, le recuerdan con entusiasmo que aún hay mentes interesadas en absorber todo lo que aquí se enseña.
“He visto niños que eligen venir aquí para su cumpleaños, que parten un pastel aquí y que están muy emocionados por conocer el telescopio y ver las estrellas.
“Aún hay muchos interesados en conocer este tipo de lugares; de manera constante recibo grupos escolares y turistas que pasan unos días en Cadereyta y se dan el tiempo de venir a conocer el planetario. Lo mismo para las observaciones nocturnas. Hemos tenido tan buena respuesta que ahora pedimos que hagan una reservación, las personas vienen aquí y pasan un buen rato observando el cielo, podemos ver galaxias y estrellas, para estas observaciones dependemos del clima, pero hemos venido incluso en las madrugadas para apreciar ciertos fenómenos astronómicos; tenemos mucho turismo académico, eso nos da mucho gusto”.
Invitado de lujo
Hace 5 años, este planetario fue inaugurado por el astronauta José Hernández Moreno, quien prestó su nombre al lugar para dar a su vez un mensaje de perseverancia y disciplina para alcanzar, literalmente, las estrellas; pues el mismo astronauta nadó contra corriente cuando todos le dijeron que jamás cumplíría el sueño de llegar hasta el espacio sideral.
Durante 2019 este lugar recibió alrededor de 12 mil visitantes; por lo que el objetivo para este año es incrementar el número de visitas y desarrollar nuevas estrategias para que cada vez sean más las personas que se empapen de la astronomía, por ejemplo, la realización de la Semana Mundial del Espacio, que se llevará a cabo del 6 al 10 de octubre.
“Es un evento donde conmemoramos la llegada del hombre a la luna y otros acontecimientos importantes, tendremos talleres de ajedrez, exposiciones, talleres de dibujo. Queremos hacer varios convenios para traer más actividades al planetario, y que además de ser un centro de divulgación de la ciencia, sea también un centro de reunión y conciencia de las familias queretanas”.
El planetario no sólo tiene visitas diurnas, sino que también tiene temporadas de veladas astronómicas, donde los visitantes pueden observar las estrellas los jueves y sábados de ocho de la noche a la una de la mañana (hay que reservar). Está abierto de martes a domingo con un horario de 11 de la mañana a 5 de la tarde.