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En vísperas de que inicien las vacaciones de verano, algunos viajeros han comenzado a salir de visita al interior del país.
En la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ), la afluencia comienza a incrementar poco a poco; aún no es el mediodía y ya se percibe un flujo constante de viajeros que llegan para abordar un camión o que acaban de bajar de una unidad, ya sea porque Querétaro es su destino o un punto de conexión.
Pasajeros entran y salen, unos con más prisa que otros; entre los pasillos de la TAQ se observa un joven que en la espalda, en los brazos y de cualquier forma posible, va repleto de mochilas, maletas y pertenencias. Solo se detiene un segundo para compartir que su camión está a tres minutos de salir, entonces acelera el paso y se pierde entre los caminantes.
En el acceso A, a un costado de las ventanillas de las líneas del transporte, en una banca, José Manuel Reyes espera a su esposa. Junto con sus pequeños hijos, nos cuenta que hicieron de cuatro a cinco horas para llegar a Querétaro, procedentes de Cuernavaca, Morelos.
“Nos hicimos como cuatro o cinco horas, no está muy lejos. [Viajan] ahorita que están de vacaciones, para que conozcan por acá estos chamacos”, dice José Manuel.
Vienen a visitar a sus familiares, pero también a vacacionar por un periodo de 10 a 15 días; sus hijos ya terminaron el curso escolar, y eso les facilitó salir en estas fechas.
Aún no saben qué lugares visitarán en el estado, pero recuerda que le han hablado de unos viñedos, que podrían ser una opción para su estadía.
“Venimos de Cuernavaca a ver a la familia, hemos visto harta afluencia. Esperamos regresar pronto, vengo con mi esposa, con mis chiquitos, a ver si estamos de unos 10 a 15 días. También venimos a descansar un rato, como no sabemos [qué lugares visitarán], pues a ver qué nos recomiendan por aquí, dicen que están unos viñedos muy bonitos y a ver qué sale”, comparte.
José Manuel señala que su lugar de origen pasa por un complejo momento de inseguridad. “Se ve bien tranquilo, no se ve mucha delincuencia a comparación de Cuernavaca. Por allá está bien feo ahorita, aquí está más tranquilo”, comenta.
Osvaldo Ríos es originario de Torreón, Coahuila. Llegó a la TAQ para hacer una conexión que le permita llegar a su destino: San Miguel de Allende, Guanajuato, donde pasará sus vacaciones.
“Soy de Torreón, Coahuila, del norte, pero tuve que llegar a Querétaro a hacer escala, porque quitaron el viaje directo a San Miguel de Allende. Entonces vine aquí, y de aquí ya voy para San Miguel de Allende. Voy de vacaciones, aprovechando el periodo vacacional”, relata Osvaldo.
En su trayecto del norte al centro del país, refiere que le ha tocado ver afluencia de viajeros, tanto en su ciudad natal como en Querétaro.
“Sí he visto pasar mucha gente, de hecho estaban todas las bancas ocupadas y por eso estoy aquí. Sí he visto mucha gente, incluso hasta allá de Torreón”, asegura.
En sus traslados, Osvaldo procura seguir aplicando diversos protocolos sanitarios, con la finalidad de evitar contagios ante la eventual quinta ola de casos positivos de Covid-19. Junto con sus maletas, lleva un dispensador de gel antibacterial.
“Pues me sigo cuidando, con la aplicación del gel. Me estaba poniendo gel, uso el cubrebocas, ya tengo mi cuarta dosis de la vacuna y pues con la sana distancia”, describe.
Personal de la TAQ comparte que la mayor afluencia la reciben en los periodos de Semana Santa, así como durante las fiestas decembrinas.
Al ingresar a una de las salas de espera, los caminantes pisan una estructura que fue habilitada para que sus pasos se conviertan en energía; se trata de un aditamento que funciona desde hace ya algunos años, y que fue instalado por la empresa Econic; de frente a esta plataforma, hay una pantalla que contabiliza los pasos y da cuenta del nivel de energía que se genera al pasar por ese sitio.
En el área de taxis autorizados se da una serie de recomendaciones para los usuarios, quienes deben tomar un turno para abordar una unidad que los lleve a su siguiente destino, con la finalidad de que tengan abordajes seguros.
En el andén de salida del acceso B de la terminal, se observa la prisa de algunos viajeros que van con el tiempo medido, particularmente un par de pasajeras que ingresan corriendo.
Mochilas, maletas, bolsas de mano, bolsas de mandado son algunos de los artículos que es común ver entre los usuarios que llegan a la TAQ; por los pasillos también se observa a lo lejos a un hombre que lleva en sus brazos una jaula con un pequeño pájaro de color negro.
Una de las quejas que se escuchan con frecuencia entre los viajeros es la falta de transporte público, principalmente en la modalidad de taxi.
Lo anterior, debido a que viajeros locales que llegan a la ciudad por esta terminal señalan que llegar por la noche es un riesgo, “principalmente porque no hay taxis, no hay cómo irte, los andenes de los amarillos están vacíos y son horas de espera para que puedas tomar uno”, externó Juan Miguel Casas, residente de la ciudad que usa frecuentemente la terminal.
Ubicada sobre 119 mil 777 metros cuadrados, la Terminal de Autobuses de Querétaro cuenta con 149 andenes y 191 cajones de espera. Tan sólo en 2020 registró un total de 413 mil salidas, 180 mil de ellas en líneas y categorías de lujo y primera clase; 125 mil de clase regular, y 108 mil en modalidad alimentador.
Durante 2020, con el inicio de la pandemia de Covid-19, en total se movilizaron 14 millones de usuarios, precisa el Anuario Querétaro Competitivo, de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu).
