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Una decena de unidades de bomberos llenan la estación central en avenida Zaragoza. Son tragahumo de toda la capital que están en su semana de capacitación, y a quienes el desabasto de combustibles que se vive en el estado y en otras partes del país poco o nada afecta en su tarea de proteger y auxiliar a la ciudadanía.
Los bomberos salen de la sala de capacitación donde durante unos días refuerzan los conocimientos aprendidos y adquieren nuevas habilidades.
Rubén Arias, director general de los Bomberos de Querétaro, comenta que no tuvieron problemas con la escasez de combustible que se registró en días pasados, ya que las gasolineras con las que tienen convenios estuvieron surtidas, además de que la mayoría de sus unidades usan diésel.
En el caso de los vehículos de gasolina, en los momentos críticos, la ciudadanía lo entendió y dejó pasar en las filas a las unidades de la corporación para que cargaran combustible.
Las unidades, señala Arias, tienen tanques llenos para cumplir con los servicios normales.
Explica que los bomberos capitalinos que están en capacitación son 25. Acuden de las cinco estaciones distribuidas en el municipio. Reciben capacitación en derechos humanos, que se les da cada año. El domingo pasado, tomaron un curso de estructuras colapsadas, en el Instituto de Capacitación que tienen en Jurica.
Precisa que las unidades que están en ese instituto son una parte, ya que en total tienen 42 unidades, mientras que el total de bomberos son 179, de los cuales 65 son voluntarios.
Servir para ser bombero
Lo primero que se necesita para ser voluntario en los bomberos —explica Arias— es capacitarse y muchas ganas de servir. “El día que les toca la guardia tienen que traer su cena y sus cosas para asearse, una vez que termina su turno, pero lo importante es la capacitación, porque no pueden salir si no saben cómo operar todos los fierros que tiene cada vehículo. La capacitación es durante un año”.
Afirma que él tiene 12 años en la corporación y han cambiado muchas cosas para bien, ya que cuando llegó había muchas áreas de oportunidad. Ahora reciben mucho apoyo por parte de los gobiernos estatal y municipal, además de que tienen un trabajo coordinado con Protección Civil y la Cruz Roja.
Recuerda que antes no tenían colaboración con la Cruz Roja, derivado de un partido de futbol que sostuvieron ambas instituciones y que terminó en una escaramuza entre jugadores de los dos bandos, hace 10 años.
Todo ello cambió cuando las direcciones de ambas dependencias cambiaron y limaron asperezas, pero siguen sin hablar de futbol.
Guillermo Ayala González es voluntario en la estación Jurica de Querétaro. Es uno de los bomberos que acude a capacitarse cada año, en la semana que asignan para actualizarse en técnicas de salvamento.
Las herramientas de trabajo
El joven bombero muestra el equipo con el que cuenta la unidad, que les donaron apenas hace año y medio.
El equipo es amplio y para cualquier tipo de emergencia que se pueda presentar. Cuentan con pinzas especiales para liberar a personas prensadas en el interior de autos siniestrados, las llamadas quijadas de la vida, herramienta cuyo peso supera los 25 kilos, por lo que los tragahumo deben tener una condición física impecable para realizar su labor.
Antes de empezar a trabajar deben revisar el adecuado funcionamiento de la unidad y del equipo: desde checar el estado de los niveles del motor, hasta la planta de energía eléctrica que lleva el camión.
Explica que cuando se presenta una llamada acuden todos los bomberos, porque ante una emergencia quizá se necesitan muchas manos para controlarla.
El joven vulcano muestra orgulloso el equipo del camión. Desde los tanques de aire, tan útiles y esenciales para su labor, hasta las hachas, palas, sierras para cortar metal, que fueron donadas por la empresa que las fabrica, tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México, contingencia a la que acudieron para labores de rescate y salvamento.
Explica que los camiones son de manufactura estadounidense o canadiense, mientras que los uniformes también son de aquel país.
Las unidades están equipadas con mangueras de diferente tipo, no todas son iguales. Algunas son para emergencias en edificios y pueden tener una extensión de hasta 30 metros.
Junto con el equipo de punta, como tabletas que usan para geoposicionarse y llegar más rápido a las emergencias, una pieza única usada para los incendios en terrenos baldíos y pastizales aparece en la unidad. Se trata de un matachispas, que consiste en un palo de madera con tiras de cuero, que sirve para sofocar esas conflagraciones molestas de pastizales, y que en temporada seca los tienen muy activos.
Ayala precisa que entre los servicios más riesgosos para ellos destacan las fugas de gas, porque aunque la gente las pueda ver como algo común, el gas puede explotar en cualquier momento, como pasó hace unos años, dejando heridos y con secuelas de por vida a dos de sus compañeros.
Los bomberos de Jurica dejan la estación central. Sacan sus unidades y regresan a su base, en espera de una nueva emergencia, que representa una nueva oportunidad para servir a la ciudadanía.
arq