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Finca de zarzamoras: “niños comen de la planta lo que conocen sólo del súper”

El lugar ofrece una alternativa a la de la Ruta del Vino, en Tequisquiapan, donde los visitantes cosechan sus propios frutos

Foto: Lorena Alcalá
27/05/2022 |07:01
Lorena Alcalá
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El niño mete la mano entre las hojas y las espinas del arbusto, toma entre sus dedos una fruta morada, casi negra; sin prisa, la desprende de la rama y se la lleva a la boca. Sus ojos se abren bien grandes, sorprendido por el sabor dulce de la zarzamora, mientras algunas gotas de jugo púrpura caen sobre su playera.

Esta es la experiencia que tiene lugar durante los fines de semana de mayo en La Finca de las Zarzamoras, ubicada en Tequisquiapan, Querétaro.

El  proyecto, nacido en 2016, tiene el objetivo de ofrecer una alternativa “libre de alcohol” a las familias que visitan ese municipio, tan famoso por su Feria del Queso y el Vino.

Leonel Cumplido Fuentes, responsable de la Finca Las Zarzamoras, platica a EL UNIVERSAL Querétaro que esta es una actividad dirigida sobre todo a las familias con niños, para acercarlos a la naturaleza y que sepan de dónde vienen los alimentos; porque, dice, muchos de ellos sólo conocen  las frutas en el supermercado.

Finca de zarzamoras: “niños comen de la planta lo que conocen sólo del súper”

“Los niños, desde que pueden caminar, pueden entrar a cortar y comer la fruta que quieran. Vemos en ellos esa cara de satisfacción cuando vienen pensando en que van a tener la oportunidad de comer directamente de la planta algo que sólo conocen en las tiendas”, señala.

Y es que en La Finca de las Zarzamoras se puede recorrer los plantíos de arbustos que rebosan de esta baya, pues  además de que está permitido comer todas las que uno guste, también se ofrecen dos contenedores por persona para que  sean llenados  del jugoso fruto y así poder llevarlo a casa.

“La Finca de las Zarzamoras es diferente a la experiencia de los viñedos, porque ahí, por ejemplo, la fruta nunca la ves. Aquí puedes venir a consumir lo que visitas y, además, también tienen el después, el que se pueden llevar la fruta a su casa”.

Sin contar que, en el sitio, les  esperan galletas con mermelada de zarzamora y, claro,  una deliciosa agua morada, hecha al momento, para refrescar del sol que, eso sí, cae a plomo sobre la huerta, pero nada que un buen sombrero no solucione.

“Esta planta es muy generosa. Aquí en La Finca tenemos dos variedades: la brasso, que es muy jugosa; y la brasileña o tupi, que es más pulposa. Pero las dos tienen un sabor exquisito, sobre todo cuando las consumes directamente de la planta y madura al 100%. 

“En nada se parece su sabor a lo que se encuentra en el súper, porque aquellas son más ácidas ya que se tienen que cortar todavía sin madurar para que tengan más tiempo de vida en el almacén”, indica Leonel.

Finca de zarzamoras: “niños comen de la planta lo que conocen sólo del súper”

“La comercialización es complicada hacia el mercado normal, porque la tienes que cortar, separar, empacar y distribuir para hacerla llegar al consumidor final. Entonces vimos la posibilidad de que fuera la gente quien viniera a cortarla y llevársela directamente de la planta.

“Nosotros, al día de hoy, no sacamos ni un sólo kilo al mercado, sino que la gente se la lleva toda”, dice.

La Finca de las Zarzamoras tuvo su primera cosecha en 2017, cuando comenzó a darse a conocer; posteriormente repitió la experiencia en los años 2018 y 2019, hasta que llegó la pandemia de Covid-19 en 2020, en que tuvieron que suspenderse las visitas.

Leonel comenta que para 2021 se reanudaron las actividades, pero con un cupo muy restringido y este año -aunque el número de contagios de coronavirus ha comenzado a tener una tendencia a la baja- de todos modos, las visitas tuvieron que limitarse a unas pocas familias por cada fin de semana.

De tal manera que este 2022, la convocatoria para programar una cita salió el 27 de abril a través de su página de Facebook y para la siguiente semana, ya estaba completa la agenda.

Por el ciclo natural del arbusto y la capacidad de siembra, que abarca sólo media hectárea de terreno, la temporada de cosecha es únicamente  una vez al año, en el mes de mayo.

“La base de reproducción de la planta es la raíz. Ahorita termina la cosecha, cortamos la planta que ya dio fruto a nivel de raíz y tenemos planta nueva, que es la que vamos a cuidar para la próxima cosecha en mayo de 2023. 

“En algunos lugares como Michoacán, por ejemplo, por el clima, la zarzamora puede dar hasta dos producciones al año, pero aquí, con las heladas de noviembre- diciembre, el clima no lo permite, no tenemos una producción importante. 

Por lo anterior, “tendríamos que poner un sistema de invernadero, pero se perdería el enfoque, porque  estaría cubierto o sería un proceso artificial. Y lo que le ha gustado a la gente es convivir en el área al aire libre”, explica el productor.

Mientras una familia camina entre las hileras de arbustos comiendo y recogiendo las zarzamoras, Leonel mira a su alrededor, se percata de que otros visitantes han llegado y se apresura para recibirlos con una sonrisa.

En la huerta, apenas se oye el murmullo de las hojas de los árboles movidas por el viento, el ruido de los automóviles se queda lejos y lo sustituye el tranquilizante balido de los cercanos rebaños de cabras y ovejas.