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Este sábado, Querétaro amaneció con el Escenario A de la pandemia de Covid 19. En las calles, principalmente del primer cuadro de la ciudad, se aprecia mucho movimiento y lo mismo se ve en los mercados capitalinos, los estacionamientos lucen llenos.
Apenas el viernes por la tarde, las autoridades del estado anunciaron el inicio del Escenario A en el estado, debido a que registró una disminución en los contagios de Covid- 19.
Los mercados de la ciudad, como es normal desde que se terminó con el periodo del confinamiento obligatorio, lucen llenos. Es el caso del mercado de La Cruz, cuyo estacionamiento se encuentra lleno, es muestra de la cantidad de personas que acuden a hacer sus compras a ese centro de abasto.
Los pasillos del mercado lucen atiborrados. En ocasiones la sana distancia es apenas un recuerdo. Un exhorto, pero no más. Los pasillos resultan insuficientes para los compradores que acuden a veces en pareja, a veces incluso en familia, aunque por grupo sólo pueden ingresar dos personas.
El Escenario A es bueno para el comercio, aunque a las pocas horas de anunciarse surgieron voces que alertaron sobre la decisión. Tal fue el caso de la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Teresa García Gasca, quien calificó como un error la decisión, pues la pandemia en la entidad se puede salir de control.
Sin embargo, las ganas de salir a la calle, de volver a retomar sus vidas, de dejar atrás el encierro, lanza a los queretanos a las calles, aunque con ello puedan aumentar los contagios de coronavirus.
En las calles que llevan a la Plaza de Armas, las familias caminan rumbo a alguno de los restaurantes ubicados en la zona, encontrándose de frente con quienes ya vienen de los mismos y que caminan sin el cubrebocas puestos, a pesar de la recomendación de las autoridades de continuar con las medidas de sanidad, como el uso de mascarilla, pues la pandemia no ha terminado.
Sin embargo, el llamado es inútil. Familias completas salen a la calle sin sus mascarillas. Sólo se lo colocan en el rostro cuando tienen que entrar a un negocio, en donde los encargados les precisan que es obligatorio.
Contrario a lo que ocurría semanas atrás, el sábado se ve a más niños en las calles. Los menores salen portando caretas, pero no cubrebocas. No es la recomendación de las autoridades de Salud, “pero para algo les han de servir”, dice la abuela de dos menores que portan sendas caretas de acrílico en la cara.
Sin embargo, a pesar del anunciado Escenario A, las plazas y jardines del primer cuadro queretano permanecen cerrados. La Plaza de Armas sigue cercada. Las rejas que se colocaron para evitar que los paseantes utilicen sus pasillos y bancas para pasear y descansar, son usados por los comerciantes indígenas, los cuales esperan tener alguna venta después de meses de “vacas flacas”.
Lo cerrado del espacio para transitar frente al Palacio de Gobierno propicia que las personas que caminan por la zona no guarden la sana distancia.
Caminar hacia la avenida Corregidora, por el andador 5 de Mayo es un recorrido que se hace rodeado de personas que salen a caminar. También hay turistas que visitan el estado y que miran con interés las artesanías que se venden en la zona por sus creadores indígenas.
El jardín Zenea permanece cerrado al público. Las personas que quieren pasear lo deben hacer por las orillas, sin ingresar a sus pasillos, a sus bancas y sus jardineras, que no ven a los queretanos descansar bajo la sombra de los árboles desde hace meses.
Frente al templo de San Francisco un grupo de personas invitadas a una ceremonia, espera el momento para ingresar al recinto religioso. De los asistentes, al menos una tercera parte no lleva cubrebocas. Mujeres y niños olvidan sus artículos de primera necesidad durante la pandemia.
Cerca, en la calle de Madero, la gente llena la calle convertida en andador hace unos años por una administración municipal. Las familias salen a hacer compras. Salen aunque no puedan ingresar a todos los comercios. Deben esperar en la calle, haciendo que la misma luzca mucho más llena de lo habitual.
Por unos momentos la calle de Madero luce como en febrero de 2020. Gente haciendo compras, turistas paseando, comercios en apogeo. Parecen tiempos muy lejanos. Muchos no sobrevivieron. Muchos negocios cerraron sus puertas para siempre. Los que se sostienen aprovechan el momento para recuperar un poco de las ventas perdidas en poco más de un año de emergencia sanitaria provocada por el virus SARS CoV-2.
En las plazas comerciales se vive una situación semejante. El movimiento es el habitual. En los bancos ubicados en centros comerciales, como Plaza del Parque, las filas en los cajeros y para ingresar a las sucursales que abren los sábados son las habituales desde hace meses.
Los estacionamientos aquí no lucen llenos, hay lugares para estacionarse y para que los integrantes de la brigada de una candidata que contiende en las elecciones locales se reúnan luciendo sus camisetas en colores blanco, azul y naranja, preparándose para promover a su candidatura.