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“El box es un deporte ‘celoso’, no se lleva con ningún vicio y hay que tomarlo con mucha seriedad, pues va de por medio la vida misma, el bien más preciado que se tiene”, afirma el púgil queretano Andrés Jaguar Gutiérrez, quien este sábado peleará en el ring de la Arena Querétaro.
“En este deporte arriesgas la vida y es la más preciada, pero este deporte también te da muchas satisfacciones, así como te da, te quita el deporte.
“Yo cada vez que tengo oportunidad de hablar con ellos [con los nuevos púgiles] les digo que este deporte hay que tomarlo con una seriedad muy importante, es tu carrera, entonces tienes que cuidar tu cuerpo para hacer bien tu carrera”, dice el Jaguar.
Después de años difíciles por la pandemia, el peleador queretano regresa al ring para enfrentar a Jorge Vaquita Romero, en lo que considera una pelea fuerte. “El rival viene a mi casa, no tiene nada que perder, todas las de ganar”, refiere.
Asegura que lo más cercano al entrenamiento de un boxeador que puedan ver en el cine es la película de Rocky III, cuando Apolo Creed se lleva a Rocky a Los Ángeles a entrenar y le enseña el boxeo estético.
“Es similar a la preparación de un boxeador. Hay veces que nos preparamos en el agua, la natación, para hacer fuerza. Igual en las montañas. La primera fase son las montañas, la fuerza, para poder aguantar toda la preparación.
“La segunda fase es la resistencia, son distancias largas. También sparring y fuerza. La tercera fase es velocidad, son sprints cortos, distancias más cortas pero más rápidas. En el entrenamiento de boxeo es manoplas, quitas fuerza, quitas gobernadora, costal, sparring, y haces manopla, movimientos de cintura, o la estrategia que vas a llevar a cabo”, explica.
Andrés confiesa que antes de subirse al ring, como católico que es, reza un Padrenuestro, un Ave María, pide por él y por su rival, para que ambos salgan caminando de la pelea, pues así como él “sale a trabajar”, él también “viene a trabajar”.
“Esto no es una rivalidad, sino es una pelea deportiva, entonces piensas mucho eso, y del camino de donde me cambio al ring, pienso muchas cosas, piensas cómo empezar tu ataque, piensas cómo empezar toda la pelea, o cómo saldrá tu rival, cositas, pequeñas cosas que piensas”, narra.
Tras la pelea, confiesa, viene una sopa azteca, que le prepara su mamá, y a la cual le agrega camarones, y la cual comparte con su familia, pues mientras la comen la familia platica del encuentro.
“Este deporte me ha llevado a que esté mi familia involucrada. Es un deporte muy bonito que ha unido a mi familia”, describe.
Andrés ríe cuando se le cuestiona si al siguiente día de una pelea se puede levantar. Dice que tras enfrentar a boxeadores filipinos no se levanta en tres días. Han sido los únicos.
“Con los tres filipinos que me he enfrentado, he estado en cama durmiendo tres días. Nada más me levanto a comer, al baño, a bañarme y a dormir. Quizá el desgaste físico, su anatomía, su raza, no sé qué es lo que tengan, pero con ellos no me levanto en tres días. Con los demás peleadores, gracias a Dios, hay dolores en el cuerpo, cosas así, pero con estos canijos…”, expresa.
El Jaguar dice que para él existe sólo el futuro inmediato. Lo más cercano, su pelea de este sábado, es su prioridad, por lo que se concentra en salir con el puño en alto y luego pensar en lo que sigue.
Señala que en Querétaro, en la actualidad, hay muchos gimnasios de boxeo, pues cuando él y sus hermanos empezaron, apenas había tres, que eran El Terrible, Satélite y El Arteaga. Actualmente hay más de 100 gimnasios en el estado, pero lo que hace falta es más unión entre quienes lo practican.
“Somos un poquito egoístas. Vemos que si alguien hace esto, no lo juntamos. Nosotros trabajamos más para el boxeo profesional, pero aquí es más para el boxeo amateur. Muy pocos son los boxeadores profesionales que hay en Querétaro.
“Nosotros somos, se podría decir, de los pioneros o de los que abrimos otra vez el camino del boxeo. Mis hermanos, mi papá. No solamente es el Jaguar, si no somos los ‘Cuatro Jaguares’, mi papá es el ‘Jaguar mayor’. Todos nosotros volvimos a abrir el boxeo en Querétaro”, subraya.
Andrés cuenta una anécdota, que en un principio le daba tristeza. Dice que cuando llegaba a Tijuana, Sinaloa, Sonora, lugares donde había semilleros de boxeadores, lo veían y le preguntaban: “¿De dónde eres, güerito?”. Él les respondía que de Querétaro. Sus interlocutores se quedaban pensando y le decían que ahí, en el estado, no había ningún boxeador.
“A mí me daba tristeza. Decía: ‘Caray, tienen razón’. Pero a la vez me motivaba para que cuando dijeran ‘Querétaro’, pensaran que es la casa de ‘Los Jaguares’. Eso me motivaba. Todo eso me llevó a echarle muchas ganas, pero siento que hace falta mucho apoyo [al box] hay muchos jóvenes que tienen muchas cualidades, pero no reciben apoyo, lamentablemente”, puntualiza.
El box, afirma, es un deporte muy bonito, en el cual no se necesita ser un experto para saber quién pierde y quien gana.
“Aquí gana el que tira más fregadazos, así de sencillo”, precisa el Jaguar, al tiempo que invita a los aficionados a la función de este sábado.