Abel Martínez Hernández, responsable del Centro Cultural de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Juriquilla, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que albergará el 26, 27 y 28 de abril el Séptimo Simposio Internacional de la Red de Historiadores e Historiadoras del Delito en las Américas, afirma que el delito es tan antiguo como la humanidad, y que sus variaciones sólo dependen del entorno y del contexto social en el cual se presentan.

Abel explica que partiendo de que el delito es tan antiguo como el hombre, los historiadores del delito se dedican a estudiar las continuidades, los cambios del delito, así como las connotaciones, cómo ha ido cambiando desde que el historiador empieza a estudiar, cómo ha ido cambiando la percepción de delitos sociales, culturales, políticos, legales e incluso económicos.

“Los historiadores del delito es lo que hacemos: buscar en el pasado cómo las estructuras sociales y legales han ido transformando esta idea del delito, que nos lleva a un constante ir y venir entre el presente y el pasado. Lo que los historiadores hacemos, a través de una preocupación del presente, es ir al pasado a buscar de dónde surgen estos fenómenos sociales”, afirma.

Querétaro es sede del encuentro de la Red de Historiadores e Historiadoras del Delito en las Américas
Querétaro es sede del encuentro de la Red de Historiadores e Historiadoras del Delito en las Américas

Explica que el delito está circunscrito al contexto, pues no es igual hablar de los delitos en la Ciudad de México que en la Sierra Gorda, y tampoco serán iguales los cuerpos policiales de cada entidad, pues dependen de la zona en la que actúen. Asimismo, no son los mismos delitos en estados del norte que en el sur del país. Incluso “hemos visto que los delincuentes son muy devotos a una religión, es ahí donde el historiador entra”.

El delito, dice, más que ser cíclico es adaptativo, se presenta según las condiciones del lugar.

El especialista indica que en México, en 100 años, el delito ha cambiado únicamente en la presencia del crimen organizado, pues llegan a ser empresas  que pueden ser redituables, incluso para algunos gobiernos.

Hace 100 años se comenzaban a ver estructuras jurídicas de un sistema judicial moderno, con cárceles como las conocemos, pues antes eran prisiones de aseguramiento.

“Cambia en México el asunto del delito a partir de la creación del primer Código Penal, que es en 1872. A partir de ese momento creo que comienza a cambiar la percepción del delito y del crimen. Se comienzan a hacer perfiles de quienes eran quienes robaban, quienes cometían delitos. Hay fotografías de la gente y todos tienen perfiles de clases populares, perfil indígena. Ya no existe eso con la llegada de los Derechos Humanos”, señala.

Precisa que los delitos más comunes eran adulterio, violaciones, homicidios. El más común es el robo de propiedad privada. Muy similares a la actualidad.

Sobre la atracción que generan algunos delincuentes, indica que es parte del sensacionalismo. “El ser humano tiene ese morbo, porque es algo que una persona común no podría hacer. Tenemos como cierta parte interior que admira a alguien que se sale de la norma. Eso hay que entenderlo bajo ciertos contextos. Si hablamos de ‘Chucho el roto’, está supeditado a su propio contexto, en qué momento estaba sucediendo. Es el sensacionalismo que crean los medios en muchos casos para observar personajes que están fuera de la norma. Y a eso ha contribuido mucho Estados Unidos con series de asesinos seriales y criminalísticos”, detalla.

Subraya que los historiadores, no buscan el sensacionalismo en los delitos, sino entender las conductas sociales, entender a la sociedad en general, las causas, tratar de entender cómo se mueve la sociedad. En su caso, dice Abel, en el Siglo XIX en México los homicidios, en su mayoría, eran en defensa del honor.

Asimismo, los delitos no son exclusivos de un género, pues hay casos de mujeres que robaban, asesinaban, hacían brujería, medicaban a la gente —era considerado un delito— o  la prostitución.

Sobre el simposio, dice que está abierto a todo el público, en el cual participarán historiadores de Latinoamérica que investigan el delito. Estarán presentes historiadores de Estados Unidos, Alemania, Colombia, España, Argentina, Chile, Colombia, de muchas universidades mexicanas.

La inauguración estará a cargo de Elisa Speckman Guerra, especialista en Historia de la Justicia y directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, a las 9:00 horas, en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) que participa en la organización del evento. Participarán alrededor de 80 historiadores y el cupo estará limitado al espacio físico de los lugares donde se llevarán a cabo las mesas.

Google News

TEMAS RELACIONADOS