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María Verónica Hernández Martínez observa su puesto en el tianguis navideño de La Cruz. Con orgullo, dice que en estos lugares “se preservan las tradiciones de nuestro Querétaro”, pues además de ser visita obligada durante esta temporada, se encuentra todo lo necesario para montar un nacimiento típico.
Un conflicto con la administración de mercado impedía que el tianguis se colocara en uno de los estacionamientos, como lo hacen todos los años, del 1 de diciembre al 6 de enero. Luego de solucionar las diferencias se pudieron instalar.
María dice que tiene 40 años vendiendo en este tianguis. “No nos querían dejar poner porque el secretario del mercado decía que todos los compañeros de adentro [los locatarios] pedían un estacionamiento. Pero aquí, alrededor del mercado, ya no tenemos estacionamientos porque hay plazas en todos lados. Los clientes no piden estacionamiento, es algo injusto porque ese era el impedimento.
“Nos hizo batallar para ponernos. Nos teníamos que instalar a las seis de la tarde [del 30 de noviembre] y nos pusimos hasta las 11 de la noche [de ese día] hasta que se llegó a un acuerdo”, abunda.
Sobre las ventas, señala que por la pandemia de la Covid-19 su economía apenas comienza a recuperarse. Confía en que este año sea mejor que el pasado, cuando había más restricciones, pues, además, como parte de las medidas sanitarias, se colocaron menos puestos.
Destaca que a pesar de la pandemia y la crisis, la gente, los queretanos, no deben de olvidar las tradiciones del estado, como poner nacimiento.
“Que no sea sólo un árbol navideño o arreglos, también hay que enseñar a las generaciones más pequeñas a que el nacimiento es una tradición, es algo bonito para todos, porque ahora sólo ponen su árbol, un adorno y se acabó, afirma.
“Ya no le estamos enseñando a los niños sobre la importancia que tiene poner un nacimiento y explicarles de los Reyes Magos, los pastores, todo lo que fue el nacimiento de Cristo. Lo típico de nuestro Querétaro es el nacimiento, con su musgo, sus animalitos. Ya lo de Santa Claus es más de otro país. Es algo bonito [el nacimiento] que le tenemos que enseñar a los niños, saber su importancia”, explica.
En el tianguis se puede encontrar desde lo más tradicional hasta lo más moderno, en una mezcla de tradiciones con las nuevas tendencias.
Lo mismo hay clásicas figuras de barro del nacimiento, como piezas de confección extranjera que recrean viviendas de Medio Oriente hace más de dos mil años, con luces led, pasando por los árboles navideños naturales, esferas y figuras inflables de Santa Claus u osos polares con gorros rojos y moños verdes.
En tanto, Elodia Sánchez termina de colocar las cajas con esferas en su puesto. Un joven la ayuda a instalar, mientras los clientes se acercan a preguntar el precio de la docena.
“Las [esferas las] traigo del Tlalpujahua, allá las mando hacer, me comienzo a surtir desde marzo. Hay muchos artesanos que las hacen, pero son diferentes, con diferente decorado”, precisa, al tiempo que destaca que ninguna de las esferas son de plástico, que todas son de vidrio soplado.
“A mí me gustan todas las esferas porque son las que vendo. Ya depende también de los clientes cómo las quieren.
“Los que las hacen ya tienen el catálogo y ya se escoge el decorado que quiere el cliente de Querétaro”, explica.
Al igual que María Verónica, confía en que las ventas este año sean mejores que en 2020, cuando había más restricciones sociales para evitar los contagios del virus SARS-CoV-2. Sin embargo, comenta que la economía está deprimida.
A un costado del puesto de Elodia se encuentra el de Agustina Morales, quien vende en el tianguis navideño desde hace 35 años, junto con su esposo; él ya no está, pero ella sigue con la tradicional venta.
Agustina ofrece a los clientes algunos de los productos más tradicionales para estas fechas, como los son las velitas y las novenarias impresas para pedir posada. Del mismo modo, ofrece adornos como espirales, faroles, piñatas miniatura, silbatos, al igual que velas para las coronas de adviento.
“Soy de las que tiene el puesto con lo tradicional. Nosotras no cambiamos, siempre invertimos lo mismo porque los clientes nos lo piden. Mucha gente llega y nos pide ciertos productos, si no los tengo les digo que se los consigo. Mucha gente nos busca, porque dice que con nosotras encuentra todo lo que es lo tradicional”, apunta.
Precisa que lo único que no vende son luces de bengala. Desde hace mucho, por disposición oficial, no pueden ofrecer este tipo de productos.
En otro puesto, Socorro Pozas acomoda guías elaboradas con flores de nochebuena artificiales, listones y coronas de ramas. Dice que las hace su hija, aunque reconoce que este año vivieron incertidumbre, pues de último minuto les autorizaron la instalación. Pese a ello, es optimista luego de que el año pasado no vendió. Espera que la gente recupere el espíritu navideño, que tengan alegría para celebrar estas fechas y se olvide por unos momentos de virus, enfermedades y dolor.
