Los colores del arcoíris invaden las calles de Querétaro. Por unas horas miles de personas se sienten libres, libres de expresarse, de ser, de sentir, de existir y de exigir ser reconocidos y que sus derechos sean respetados como los de cualquier integrante de la sociedad.
Con el lema “En Querétaro marchamos por nuestros derechos”, se lleva a cabo la séptima Marcha de Orgullo y Dignidad LGBT+. La convocatoria es respondida por miles de personas que se dan cita en el Mirador de Los Arcos desde minutos antes de la 16:00 horas, cuando está programada para comenzar el evento, pero se ve atrasado.
Las coronas de flores, las banderas de las diferentes identidades se hacen presentes.
Ni las altas temperaturas, por arriba de los 30 grados Celsius impide que jóvenes, adultos y adultos mayores acudan a caminar por las calles del primer cuadro queretano.
Entre los presentes hay quienes ofrecen abrazos de madre o de familia. En este lugar todos son familia, todos se aceptan, todos se quieren.
Los asistentes llegan en grupo o en pareja. No faltan los que llegan solos. Lo que importa es hacer acto de presencia.
En el lugar se encuentran los amigos, se buscan entre la multitud. Cuando por fin se ubican, los abrazos, los besos se reparten. Marchar en grupo empodera.
“Me dijeron que aquí nos veíamos, no sabía que era la marcha, pero cuando me dijeron que vinieramos no dije que no. Tenía que estar presente con mis amigos”, afirma un joven que busca a sus amigos entre la multitud.
Benjamín Delgado, integrante de la organización de la marcha, estima en 11 mil los participantes de esta séptima marcha.
Alrededor del Mirador de Los Arcos el dispositivo de seguridad se organiza. Oficiales de Movilidad en motocicletas y bicicletas esperan el comienzo de la marcha. Cuando les avisan por radio que el tranvía que lleva a personas con discapacidad arranca, los oficiales hacen lo propio. Una moto no quiere arrancar. Un oficial la empuja, pero aún así, la máquina se niega a iniciar la marcha por unos minutos. Tras algunos esfuerzos, se logra el cometido.
También se hacen presentes los vendedores de banderas, raspados, paletas, aguas frescas y sombrillas. Las banderas del arcoíris y de las diferentes identidades se venden en 200, 100, 50 y 25 pesos, según el tamaño.
Las banderas que predominan son las del arcoíris, pero también hay banderas bi, pansexual, gay, de la comunidad lésbica, de la comunidad no binaria, trans, bigénero, entre otras. Todos se hacen presentes en la marcha.
El contingente parte alrededor de las 17:00 horas. Avanzan por Independencia hasta Gutiérrez Nájera para tomar Zaragoza. Este año la ruta se modifica, para no entorpecer la circulación en la ciudad de Querétaro que se ha visto comprometida con las obras en Paseo 5 de Febrero.
La música no puede faltar. Con bocinas que llevan, animan la marcha. Canciones de Gloria Trevi, Rocío Durcal, Lady Gaga, Dua Lipa, entre otras intérpretes, sirven de himno para la comunidad de la diversidad sexual de Querétaro.
El sol comienza a ceder y la temperatura baja apenas un poco. Los participantes avanzan también cantando y gritando consignas. “Esos mirones, también son maricones”, “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”, eran algunos de los gritos de la comunidad a su paso por lugares tan emblemáticos como el templo de La Cruz, de donde salían los invitados a una boda justo en el momento en el cual la marcha avanzaba.
Hay otros asistentes que lucen atuendos y disfraces. Una joven mujer se mete en un disfraz de unicornio y posa con quienes quieren una foto con ella. A pesar del calor que tiene dentro, no para de sonreír y divertirse.
Los participantes avanzan ondeando sus banderas. Ríen, se abrazan, se toman de la mano, pero hoy hay una diferencia: No sienten miedo. Miedo a ser maltratados, o discriminados, o echados de un restaurante, de un cine, de un centro comercial porque ofendieron a las “buenas costumbres”, o porque “ya no hay moral”.
No, este sábado, no. Este día son libres, porque como dicen los carteles que portan algunos jóvenes: “El amor es tan grande que no cabe en un clóset”.
Por otro lado, se ve marchar a familias completas en apoyo de un integrante de la familia. Se ve a algunos adultos mayores acompañando a jóvenes, orgullosos de sus muchachos o muchachas, porque como dice otro cartel: “La orientación sexual de tu hijo no te hace fallar como padre, rechazarlo, sí”.
A su paso por avenida Corregidora, como es costumbre año con año, el contingente llama la atención de las personas que en ese momento pasean o hacen sus compras en el primer cuadro de la ciudad.