Con el uso de tecnología de punta y seguimiento a través de telemedicina se llevó a cabo en el estado el primer tratamiento de ablación de tejido prostático con termoterapia por inyección de vapor de agua, conocido como Rezum.
Esta es la tercera ocasión que se lleva acabo este procedimiento en el país y sienta precedente en la zona del Bajío.
La intervención fue realizada por los doctores Enrique Hans Mues y Rolando Bonilla Silva, director y subdirector de CURAQ (Centro de Urología Avanzada de Querétaro), con el acompañamiento del médico Ricardo González a través de una teleconferencia, debido a que se encuentra en Houston, Estados Unidos.
La ablación de tejido se refiere a la destrucción del tejido de manera precisa y confiable sin sacrificio de órganos o esctructuras del cuerpo.
Existen diferentes tipos de ablación que van desde el uso del ultrasonido, láser, químico, frío. El sistema Rezum está indicado para aliviar los síntomas, despejar obstrucciones y reducir el tejido prostático en el tratamiento del agrandamiento de la glándula prostática. Esta última es una afección frecuente de hombres que superan los 50 años.
Y se traduce en síntomas urinarios molestos como necesidad de orinar frecuentemente o con urgencia, aumento de la frecuencia de la orina por la noche, goteo después de orinar, imposibilidad de vaciar la vejiga por completo y en casos extremos, sangre en la orina.
El procedimiento consiste en inyectar vapor en el tejido prostático que se dispersa rápidamente por el espacio entre las células del tejido.
Al contacto con el tejido, el vapor se enfría y se condensa, liberando la energía térmica almacenada, lo que desnaturaliza las membranas celulares y causa la muerte de la célula. Las células desnaturalizadas son absorbidas por el organismo, lo que reduce el volumen de tejido prostático junto a la uretra.
Hans Mues Guizar, quien cuenta con especialidades en cirugía robótica, urología y certificado en Rezum, apunta que la novedosa técnica permite tres cosas principales: “que el procedimiento se lleva acabo en un tiempo muy corto, que es de tres a cinco minutos; la segunda es que es un procedimiento ambulatorio en la que el paciente puede retirarse el mismo día y tercera es que el paciente a la cuarta semana empieza a notar los cambios del flujo urinario”.
Los resultados a corto plazo, dijo, muestran excelentes resultados con un potencial para el tratamiento ambulatorio que preserva la función sexual y con mínimos riesgos de sangrado, además de menos efectos colaterales en el paciente.
El paciente, agregó, tendrá cerca de 5 días la sonda mientras desinflama la zona intervenida con el vapor y al sexto día puede hacer sus actividades.