Más Información
Querétaro, Qro.
El parque Alcanfores Norte se convirtió, desde hace una semana, en la casa de alrededor de 40 personas que vivían en las calles de la ciudad de Querétaro.
Esto pudo ser posible gracias a la intervención de organizaciones sociales y del gobierno municipal de Querétaro, que habilitaron un espacio en el que se instalaron casas de campaña donde pernoctan y pasan la cuarentena, lo que les permite tener un lugar seguro, con asistencia alimentaria, médica y emocional.
Subrayaron que este lugar no es un albergue, sino que se le denonomina Centro de Servicios, de acuerdo a los conceptos que maneja la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las personas que llegan a este centro viven de manera individual en tiendas de campaña. Las familias conviven en una tienda y por separado de la población.
Walter López, vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico, dice que hay 32 hombres, seis mujeres y cuatro niñas.
Las familias ocupan un espacio aparte, separados del área de dormitorios de los hombres.
“Cuando el gobierno dijo ‘Quédate en tu casa’ en el Frente Queretano nos preguntamos qué iban a hacer quienes no tienen casa. Nos acercamos con el municipio, luego con el Inmupred, y empezamos a trabajar porque encontramos la misma preocupación en el (gobierno del) municipio”, indica el activista.
Las personas que pasan la cuarentena en el lugar tienen actividades durante el día, como acompañamiento sicológico y reciben tres alimentos al día.
“Involucramos a gente de la ONU, a gente del Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en México, y nos dijeron que el modelo albergue no está recomendado, de hecho la ONU está desinstitucionalizando las cárceles, los albergues, los orfanatos. Lo que están promoviendo son centros de servicios, casas individuales, limpias, separadas, que haya aire corriendo. En otros lados lo hicieron en estacionamientos y aquí, con el municipio (de Querétaro) en un parque”, indica.
El activista señala que hay tres compromisos, que son la salud, por lo que se cuida que nadie enferme, o que si llega a contagiarse, canalizarlo a los servicios de sanidad. Otro tema es la seguridad, donde se trata que sea un espacio libre de violencias.
El tercer compromiso es la libertad, pues las personas pueden decidir por ellos mismos.
De entre quienes ocupan este centro de servicios, se encuentra Norma Santiago, quien junto con su esposo Eliseo y su bebé, ocupan una de las tiendas de campaña habilitadas en la zona reservada para las familias.
Norma señala que llegaron de Acapulco, Guerrero, pues venían a trabajar. Ella cuidaba niños y su esposo se dedica a la construcción. El primer lugar donde estuvieron, desde hace un mes que llegaron a Querétaro, fue el albergue municipal que se ubica a un costado del jardín Guerrero, pero ahí los sacaban en la mañana y tenían que estar el resto del día en las calles, por lo que cuando les dijeron que en el parque Alcanfores podían estar todo el día, aceptaron de inmediato.
Dice que los han tratado bien, pues les dan sus tres alimentos y tienen diferentes actividades durante el día, además de que están en un lugar con espacios más abiertos; no están encerrados entre cuatro paredes.
José Cruz Martínez camina por unos de los pasillos del parque. Porta el chaleco naranja que lo identifica como parte de las brigadas. Chef profesional, originario de la Ciudad de México, narra que viajó a Querétaro porque su jefe, en el restaurante donde trabajaba en la capital del país, abriría un local, pero ya no fue posible y no pudo regresar a la CDMX.
En los Alcanfores también participa la brigada de sanidad, pues tiene conocimiento de medicina, y revisa a las demás personas que están en el centro de apoyo.
José revisa a Oswaldo Ávila Jiménez y a Mayra Guadalupe Hermosillo Díaz. Los esposos llevan seis días en los Alcanfores, junto con sus dos hijos, de nueve y cuatro años de edad.
Oswaldo tenía una vulcanizadora en Pachuca, Hidalgo, pero por la emergencia sanitaria tuvo que cerrar, pues no podía pagar las rentas del local y vivienda.
Se dirigieron a San Juan de los Lagos, pero en ese lugar las condiciones económicas también son complicadas, por lo que decidieron dirigirse a Querétaro. En el estado tienen ocho días. Una noche la pasaron en la terminal de autobuses. La otra en un albergue municipal.
Oswaldo desea, cuando se vuelva a la nueva normalidad, encontrar un empleo y conseguir un apoyo para vivienda, para retomar su vida y seguir adelante.
Otro de los residentes es Gonzalo, originario de Morelia, Michoacán. El hombre es policía estatal en retiro de aquella entidad. Incluso, fue escolta de gobernadores michoacanos.
Dice que fue engañado por una empresa de seguridad privada, que le ofreció empleo y casa en Querétaro, pues quería dejar Michoacán, por la violencia que se vive en esa entidad.
Aquí, comenta, fue golpeado y despojado de sus pertenencias, por lo que buscó un lugar donde quedarse. Ahora, en los Alcanfores, se encarga de la sanidad. Es el encargado de sanitizar a todos los visitantes que llegan, para evitar el ingreso del Covid-19.
Adriana Bouchot Beltrán, directora del Instituto para Prevenir Conductas de Riesgo, y Salvador Martínez, delegado del Centro Histórico del municipio de Querétaro, explican que la instrucción es buscar una solución humanista de la problemática de las personas en situación de calle.
Bouchot Beltrán precisa que se tiene capacidad para atender a 100 personas, por lo que invitó a quienes no tengan un lugar seguro donde pasar el confinamiento a que se acerquen y puedan pasar en mejores condiciones estos momentos difíciles.