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A sólo diez días de que las 346 escuelas públicas del estado vuelvan a clases presenciales, los planteles educativos ya se muestran listos para recibir nuevamente a los estudiantes después de un año y medio de ausencia.
En la mayoría de las escuelas que reactivarán sus actividades el próximo 30 de agosto, se muestran jardines regados y libres de maleza, y es común encontrar cubetas y trapeadores en los pasillos, pues se realizan constantes jornadas de limpieza en aulas y áreas comunes.
No obstante, lo que más llama la atención es la actividad de los padres y madres de familia, quienes acuden a las escuelas a inscribir a sus hijos; aunque otros, asisten para entregar una negativa por escrito, para notificar que sus hijos no volverán a clases presenciales.
La Unidad de Servicios para la Educación Básica del Estado de Querétaro (Usebeq), anunció que 346 escuelas públicas de todos los niveles volverán a impartir clases presenciales a partir del 30 de agosto, y que el retorno de los alumnos a las aulas será opcional, por lo que cada padre o madre de familia deberá notificar su decisión al comité directivo que corresponda.
En la escuela secundaria Benito Juárez, en Lomas de Casa Blanca, las madres y padres de familia forman una fila afuera del plantel, llevan papeles en mano, los necesarios para inscribir a sus hijos.
Ana Paula Rodríguez espera su turno para registrar a su hijo que pasará a segundo grado, no está convencida al 100% de que el regreso a clases sea seguro, pero reconoce que sus hijos viven con estrés y ansiedad hijos desde que no asisten a las aulas. “Qué Dios nos cuide”, exclama.
“La verdad es que no sabemos cómo nos va a ir, pero mis hijos están desesperados, ellos piden volver a la escuela, me dicen ‘mamá no estoy entendiendo nada de las clases’, y la verdad es que sí están bien burros.
“Tengo a uno de mis hijos en primaria y otro en secundaria, y ellos son los que me dan informes, me dicen que venga a la escuela y pregunte. La verdad ya llevamos más de un año con esta pandemia, sin clases, ya ellos saben cuáles son las medidas y cómo deben cuidarse, yo como les digo, pues que Dios nos cuide”, comenta Ana Paula.
Junto a ella, Maria Soto, enfermera en una clínica particular en Querétaro, también espera en la fila, aunque por motivos diferentes, sólo entregará una carta para informar que su hija, que actualmente cursa el segundo grado de secundaria, no volverá a clases presenciales.
“Soy enfermera y sé que la cosa con los contagios está muy fuerte, nunca estuve de acuerdo en el regreso a clases, lo hablé con mi hija y ella me dijo que no quería regresar, está muy consciente de todo el tema de salud y me dijo ‘mejor sigo con las clases desde la casa’, me sentí aliviada.
“Siempre nos han dicho que el regreso a clases presenciales es voluntario, nos dieron una carta para que especifiquemos si nuestros hijos van a volver o no, yo traigo una negativa porque mi hija no va a volver a clases”, comenta.
Las opiniones están divididas entre los padres de familia, pero un tema común es la incertidumbre sobre los protocolos de seguridad que tendrán en cada uno de los planteles.
Cuotas voluntarias
Y con el regreso a clases, se viene otro tema importante, el aspecto económico; pues algunas escuelas piden aportaciones voluntarias que van desde los 700 hasta los mil pesos por alumno, con el objetivo de dar mantenimiento a los planteles.
Los padres de familia deben contemplar dicha aportación, además del gasto de útiles escolares y en caso de requerirse, también de uniformes.
Frente a la secundaria Benito Juárez, Martha ha reactivado su papelería, que se mantuvo cerrada durante varios meses.
Señala que desde hace algunos días, la venta de materiales escolares ha aumentado poco a poco debido al próximo regreso a clases, por lo que las familias acuden a su negocio para comprar plumas, cuadernos, forrar algunos libros y demás.
“Para nosotros fue muy difícil porque dependemos de la escuela, si no hay clases no hay nada, las ventas van mejorando poco a poquito, esperemos que ya iniciadas las clases las ventas también mejoren, porque siempre hay algún material que los niños deben comprar, cosas que les pidan los maestros”, dice.